«Chile limita al norte con el Perú y con el Cabo de Hornos limita al sur, se eleva en el oriente la cordillera y en el oeste luce la costanera»
Canta: Isabel Parra
1.- Los trabajadores siempre serán lo más importante en una empresa, pues sin ellos nada funciona. Podrán tecnificar todo lo que quieran y siempre van a necesitar, en alguna etapa del proceso, la fuerza humana para que las cosas funcionen. Por eso, resulta paradójico constatar que quienes más tardan en darse cuenta de ello, son precisamente los trabajadores.
En los orígenes, fueron las amenazas de castigos divinos si se desobedecían las órdenes del amo. Como eso no funcionó, vinieron los castigos físicos y las privaciones si no se hacía lo que patrón mandaba.
Pero como los trabajadores persistieran en sus reclamos y demandas, se les separó entre blancos y rojos, duros y blandos, proclives al diálogo e intransigentes.
Y cuando los capitalistas estaban logrando algunos avances, se extiende por el mundo la insolencia liberadora de los obreros y campesinos rusos, por lo que se vieron obligados a comenzar todo de nuevo.
Hicieron algunas concesiones, reunieron a patrones, trabajadores y gobiernos en la OIT y siguieron explotando, ya no a garrotazos y balas, sí con promesas que nunca cumplieron, pero que definitivamente separaron a los trabajadores en bandos irreconciliables, cuestión que se mantiene hasta nuestros días.
2.- La necesidad de mejoras económicas y sociales, llevó a la negociación colectiva y para que esta no se transformará en un arma poderosa en manos de los trabajadores, la llenaron de trabas hasta casi anular la huelga como instrumento de presión.
Hubo un tiempo en que los trabajadores llevaron el pandero, pero lamentablemente fueron entregando cada vez más poder a los equipos de asesores. Así, la negociación colectiva terminó siendo una latosa reunión entre abogados, que se ponen de acuerdo incluso pasando por sobre los dirigentes. Valoramos las asesorías, pero creemos que la negociación de los derechos de los trabajadores no la hacen abogados ni técnicos, la hacen los dirigentes sindicales que se preparan convenientemente para ese momento tan importante. Sostengo que los sindicatos deben adherirse a confederaciones, y corresponde a éstas dar asesoría y asistir junto a los dirigentes a la negociación. Al mismo tiempo deben aportar en la preparación de las asambleas para una posible huelga. No es la huelga nuestro objetivo único por los costos que implica, pero debemos estar listos para ganarla cuando se deba recurrir a ella.
3.- Solo volviendo a los orígenes de la lucha reivindicativa, comenzaremos a cimentar las bases para la construcción de la nueva sociedad con la que soñamos.
Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
Por Manuel Ahumada Lillo
Secretario C.G.T. Chile
Pulso Sindical, 11 de noviembre de 2020.