En un episodio especial de Voces sin Fronteras, conducido en esta ocasión solo por Denis Rogatyuk, se entrevistó a Jorge Jorquera, desde las calles de Melbourne, en Australia.
Rogatyuk conversó con este chileno que vive hace mucho tiempo en territorio australiano, desde que su familia fue exiliada durante la dictadura de Augusto Pinochet. Jorquera ha estado en muchas luchas sociales y sindicalistas en Australia y recientemente fue electo como concejal en la ciudad en Melbourne, por la lista electoral socialista.
Por Denis Rogatyuk
JJ: Estoy muy feliz de estar aquí con ustedes, y poder compartir un poquito la historia de nosotros, de lo que ha pasado aquí en Australia. Obviamente, la elección de cualquier socialista, revolucionario, aquí en Australia es algo más o menos especial. Uno tiene que volver a los años de los 30, para ver algún tipo de representación a nivel de Gobierno, cualquier nivel, del movimiento de izquierda.
Principalmente en esos tiempos era el Partido Comunista de Australia, pero han pasado ya muchas décadas donde el movimiento socialista, los revolucionarios, y en verdad el movimiento social, no ha tenido el tipo de apoyo o el tipo de movilización para llegar a este tipo de triunfo, que ha sido para nosotros aquí.
Ahora en Australia se encuentran como tres o cuatro socialistas en Gobierno local, por lo menos, y con las ambiciones políticas de seguir más allá, desde el punto de vista de representación parlamentaria, que en verdad es totalmente dominada, igual que en Chile, por los partidos de la derecha y los del llamado centro, los partidos viejos, antiguamente socialdemócratas, que ahora no son ni social ni demócratas, pero neoliberal.
Más que nada el esfuerzo de los movimientos socialistas aquí es de levantar una alternativa real a lo que es el neoliberalismo que, por ejemplo, no la ha podido hacer el Movimiento Verde, que en un momento por lo menos fue algún tipo de oposición en los años 80/90, al programa neoliberal, pero se ha formado más y más como un partido del centro, de la clase media, y lo que es la clase obrera y los movimientos sociales no encuentran ninguna representación a ese nivel.
Ahora esperamos que los socialistas, los revolucionarios que están ahora en posiciones como la de nosotros podamos hacer más empeño, y levantar los movimientos, las campañas, ayudar a ese proceso por lo menos y ser parte de las luchas que vienen.
DR: Cuéntanos un poco más sobre tu pasado, cómo tu familia llegó a Australia y qué te convenció de convertirte en un socialista, revolucionario, especialmente en este país.
JJ: Mis ideas socialistas vienen de mi infancia, todavía tengo un recuerdo muy vivido, muy real, de lo que les pasó a tantos en mi familia igual que a miles, millones de chilenos, me recuerdo claramente cuando salía mi papá en esas noches de septiembre, octubre, a ayudar a familiares a escapar por las embajadas, me recuerdo muy claramente cuando fuimos a visitar a un tío a la embajada mexicana, que estaba repleta en esos días que siguieron al golpe.
También me recuerdo claramente como niño visitando a un tío en una cárcel, donde fue torturado, y al final fue exiliado con su familia a Francia, tuvo esa suerte por decirlo así, donde todavía vive la familia. Además, tengo familia en Suecia, otra que ha vivido en Cuba, como tantos chilenos que tuvieron que escapar o que fueron exiliados después del golpe, entonces mí política empezó en esos momentos.
Después, llegando aquí como niño y como joven me integré a diferentes campañas, movimientos. En mis principios fui muy metido en la Iglesia católica, el movimiento de liberación teología, y después integrado al Partido Laborista aquí, que es como decir el Partido Socialista de Chile hoy, pero después de poco tiempo allí donde nada pasaba para la izquierda me integré al movimiento socialista, lo que hay de movimiento revolucionario.
A los 17 años fui elegido como secretario general de uno de los sindicatos estudiantiles más grandes aquí en Australia, en la Universidad de Queensland, que es una de las más grandes, y como representante nacional del movimiento estudiantil australiano, que en esos tiempos estaba en una lucha muy grande, creo que una de las más grandes que ha pasado en los últimos 40 años, contra las llamadas reformas neoliberales contra las universidades de Australia.
Después de eso seguí metido en lo que es el movimiento socialista, revolucionario, los sindicatos, lo que conoce toda persona de izquierda.
Mi familia, todos, volvimos en el 89, trataron el retorno, que lo hicieron todos, pero como tantos miles, de nuevo no resultó eso por razones económicas y culturales, porque uno volvió a un Chile bien diferente y, especialmente, mis padres esperaban un Chile igual que de los 70, en términos de la cultura política y eso había cambiado mucho.
Igual Chile sigue en el corazón, nosotros hemos vuelto a Chile muchas veces, hemos vivido en Chile poco tiempo también, la última vez que estuvimos allí fue un poquito más de un año viviendo allí con los niños de nosotros, hace como cuatro años, para que estudiaran allí la escuela básica. Los dos hijos de nosotros estudiaron en la Escuela República de México, en el centro de Santiago, cerca de Santa Lucía, y planeamos volver de nuevo, espero estar de vuelta pronto. En cierto momento, por lo menos.
DR: Australia tiene una tradición sindicalista muy fuerte y esos movimientos también tienen una tradición internacionalista, han estado en luchas internacionales muy importantes. Incluso la lucha contra el golpe de Estado en Chile. Cuéntanos un poco sobre eso.
JJ: Sí, en verdad se puede decir que el movimiento sindical australiano históricamente es uno de los más fuertes del mundo, fue uno de los primeros movimientos que levantó o ganó el día de ocho horas de trabajo. En las primeras décadas de los años 1900, fue muy fuerte, en tiempos de la guerra también muy fuerte, el problema, y esto es lo raro, fue que la fuerza de ese movimiento después de la caída, especialmente con la relación del Partido Comunista y la influencia que tenían ellos, fue casi más fácil que fuera incorporado al Estado o, por lo menos, al proyecto neoliberal, entonces se puede decir que el movimiento sindical fue cómplice aquí del neoliberalismo, de una manera que no lo fue en ninguna otra parte del mundo, menos Suecia, a lo mejor, o Alemania.
Pero aquí por la dominación del Partido Laborista, que fue el que dirigió históricamente el proyecto neoliberal, fue integrado en ese proyecto, en una manera que al fin ha llegado casi a destruir el movimiento. Por ejemplo, en los 80 se encontraba un movimiento sindical que tomaba, organizaba casi 50% de la fuerza laboral, ahora apenas llegamos a 15, estamos en el mismo nivel que en muchas partes de Europa, Chile mismo, etcétera.
Lo raro es eso, que la misma fuerza del sindicalismo es lo mismo que, en parte, ha destruido el movimiento y la fuerza que tenía políticamente, y eso es el resultado de la influencia, de la dominación política del Partido Laborista, socialdemócrata, sobre ese movimiento sindical.
DR: El sindicato más importante en la lucha internacional ha sido el sindicato marítimo…
JJ: Sí, ellos, igual que el sindicato de construcción, han sido muy importantes aquí, los metalúrgicos también, y diferentes sectores de los mineros también han sido importantes en diferentes momentos históricos, y todavía sigue esa importancia a cierto nivel, pero la verdad es que sin cambios a nivel político más general, sin que se aumenten las luchas sociales, sin que se levante con más fuerza la izquierda misma, todo va a seguir para atrás en los movimientos sindicales, eso creo que ya es totalmente claro.
Por eso mismo, es tan importante lo que está pasando ahora con el movimiento socialista aquí, los diferentes grupos, los movimientos sociales, que se están empezando a levantar de una manera que yo no he visto en dos, tres décadas, poco a poco.
DR: Hablando un poco de la política más contemporánea de Australia, ¿cuáles son, desde tu punto de vista, los tres movimientos sociales más importantes aquí ahora y cómo están desarrollando su labor?
JJ: Buena pregunta, bien difícil de responder, porque si le preguntaras eso a cualquiera sobre Chile, Argentina, Bolivia, la respuesta es más o menos fácil, puede haber un poquito de disputa sobre cuáles caben en los tres, pero no es tan complicada.
Aquí es más complicada porque los movimientos sociales en verdad no han levantado su cabeza hace tanto tiempo, y se ven lo que se puede decir movimientos sociales a nivel molecular. Entonces, hay una oposición social importante contra el tratamiento de refugiados que llegan aquí, muy importante, pero no es como un movimiento tradicional, uno no lo ve siempre en las calles, no se ven las mismas caras de la línea de frente, para ponerlo así, los activistas, eso no se ve como se ve en Latinoamérica, igual que el movimiento indígena aquí, súper importante, y ese yo creo que es el que más ha seguido como movimiento verdadero, aunque complicado por los mismos problemas que ya hemos discutido, que lo han afectado igual que a los otros movimientos, la influencia del Partido Laboral y todas esas cosas también lo han afectado, pero ha mantenido una cierta independencia importante , que le ha dado una fuerza política que es casi única todavía, especialmente considerando que la población indígena aquí no es el mismo porte ni la misma capacidad de movilizarse que es, por ejemplo, la población mapuche en Chile, menos en Bolivia o Ecuador, pero creo que, a nivel simbólico, sigue siendo el más importante.
También existe, y ha existido ya décadas, el Movimiento Verde, pero también ese ha sido complicado por las mismas razones que ya hemos discutido, y no se ve en las calles como se veía en los 80, en los 90, ahora se ve en el Parlamento un poco y se ve también en la opinión pública, pero no se ve como movimiento de calle, activistas, es poco lo que se ve en ese respecto, comparado con los 80, los 90.
DR: Si puedes contarnos un poco más sobre la campaña para las elecciones locales en septiembre de este año. ¿Cómo la organizaron y cómo ha sido la elección?
JJ: Fue rara la campaña, porque como todo el mundo hemos estado bajo controles de la pandemia, como sé que en Chile los han conocido muy bien, que significaban que no podíamos hacer ningún tipo de campaña de calle, no pudimos visitar las casas, lo que habríamos hecho normalmente de ir casa a casa, pero eso no se pudo hacer, y esa es la fuerza de nosotros, especialmente a nivel local, es una fuerza muy grande que ni los verdes la tienen yo creo, por lo menos en ciertos locales, ni el Partido Laborista lo habría hecho, porque ellos tienen ese tipo de fuerza hasta cierto punto, pero no la habrían usado porque típicamente no la usan para las campañas del Gobierno local, entonces nosotros habríamos tenido una ventaja muy grande si no hubiesen existido esas restricciones de la pandemia al nivel de campaña callejera, yo creo que por eso no ganamos tantas posiciones como podríamos haber ganado, porque sacamos unos votos altos en algunas partes, salimos segundos o terceros en muchas partes donde apenas perdimos.
Entonces, fue rara pero igual pudimos con social media, con el Facebook, con toda esa cosa, hacer campaña también con altos carteles por todos lados y altas llamadas telefónicas, todo ese tipo de cosas. También ya teníamos cierto apoyo donde ganamos, el movimiento socialista había efectuado todo tipo de campaña hace mucho tiempo, yo mismo llegué a vivir en esa área, que es bien obrera, hace dos décadas yo creo, y habíamos estado en todo tipo de campaña, yo había sido, por ejemplo, presidente de los consejeros educativos, había hecho altas campañas a ese nivel de educación, en las escuelas, también campañas contra la detención de refugiados, ese tipo de cosas, entonces nos conocían y teníamos apoyo hasta de Iglesias, que fue una cosa interesante y buena, muy buena.
Creo que podíamos haber hecho más sin las restricciones de la pandemia, pero al mismo tiempo demostramos que tenemos la capacidad.
DR: El tema de una Asamblea Constituyente no se ha discutido en Australia. ¿Crees que el esfuerzo que observamos en Chile también puede impulsar o, al menos, echar algunas semillas aquí?
JJ: Sería muy lindo si se pudiera exportar un poco lo que ha sido el movimiento en Chile, de lo que ha sido la lucha allá, porque tristemente lo que ha exportado Chile para acá ha sido el proyecto neoliberal, es fascinante ver cuántas reformas neoliberales en este país han seguido el ejemplo chileno, hasta un nivel de detalle, porque en los tiempos de los 90, bajo uno de los gobiernos laboristas aquí, el de Paul John Keating (primer ministro), él seguía a Chile en detalle, todo el proyecto, y sacó muchas cosas del ejemplo chileno, en términos de las reformas y el proyecto neoliberal, entonces en ese respecto Chile ha exportado, no el pueblo chileno, mucho para acá que ha sido malo.
Sería lindo que pudiera exportar el ejemplo tan fabuloso, tan grande, del movimiento en Chile de las últimas dos décadas, por ejemplo, el ejemplo estudiantil, combatiente, de los secundarios, vimos un poquito de eso aquí con lo que se vio sobre las campañas estudiantiles secundarias, especialmente en términos de la ecología en los últimos dos años que se ha visto a nivel internacional con la Greta Thunberg, y se ha visto un poquito de eso. Creo que aquí los estudiantes han visto un poquito del ejemplo chileno, me gustaría que vieran más de eso y que ese ejemplo impulsara algo aquí, una discusión por lo menos en el movimiento social, progresistas, y también en el movimiento socialista, porque aquí nos falta.
La verdad es que el movimiento socialista en Australia siempre, hasta el viejo comunismo, ha sido un poco aislado, el país en verdad es aislado, entonces el ejemplo de otros movimientos no se ha seguido como se debería seguir en algunos casos, hay algunas tradiciones políticas que aquí las siguieron más que otras, que entendieron la importancia de la lucha antiimperialista de Latinoamérica y de la cual sacaron inspiración, pero creo que ahora nos encontramos bien aislados a ese nivel.
Entonces, sería bien lindo ver que el ejemplo chileno llegara aquí un poquito más.
En términos de las discusiones de la Constituyente, aquí no sé si eso vaya a tener mucha influencia porque todo lo que ha sido debate sobre un plebiscito, o contra la monarquía, ya se perdió una vez, fue tan anticlimático que fue casi para reírse de lo que pasó, porque quién se iba a imaginar que en esta época moderna iba a haber una mayoría efectiva votando para seguir parte de la monarquía de Inglaterra, es casi tan ridículo que es mejor olvidarse de ese momento aquí en Australia.
Pero a lo mejor, por lo menos, podemos ver el ejemplo del movimiento y también del debate más grande que está empezando en Chile, sobre el significado del constituyente, del voto que viene, el significado que tiene que llegar más allá de reforma constitucional, porque tiene que llegar a lo que es el problema social y llegando a ese problema social, lo que ha hecho la destrucción social, económica del proyecto neoliberal, ahí se abre una discusión grande, importante para todo el mundo, y espero que llegue ese ejemplo aquí.