La justicia de Argentina imputó este domingo al médico de cabecera del futbolista Diego Armando Maradona – quien falleció el pasado miércoles – y se le investigará por presunta negligencia y homicidio culposo.
Más temprano – según medios locales –, fue allanada la casa y la clínica de Leopoldo Luque, y se investigará si hubo homicidio o abandono de personas.
Durante el proceso de allanamiento, se incautó celulares, computadoras y documentación de la clínica de Maradona, así como información relacionada con su tratamiento.
La sentencia fue ordenada por el juez que lleva la causa en San Isidro.
La decisión de la justicia se tomó tras las declaraciones realizadas por las hijas de Maradona (Giannina, Dalma y Jana), quienes señalaron a Luque como principal responsable de la falta de cuidados de su padre en las últimas semanas.
Por su parte, la enfermera que estaba a cargo de los cuidados de Maradona en su casa en El Tigre (Buenos Aires); Dahiana Gisela, declaró que de la obligaron a mentir en sus declaraciones y asegura que no entró a la habitación como le obligaron a escribir.
Maradona falleció el pasado miércoles de un paro cardiorespiratorio, una semana después de someterse a una operación por un hematoma en la cabeza.
Luque tendrá que testificar ante el fiscal ante la sospecha de que existió negligencia médica en los últimos días de vida del ex jugador y, por tanto, un posible delito de homicidio culposo.
También podría ser imputada la médico-psiquiatra encargada del cóctel de medicamentos que tomaba Maradona y una de las personas que se encontraban en la casa en el momento del fallecimiento.
La Fiscalía sospecha que el astro argentino no había sido dado de alta por la clínica tras ser intervenido de un coágulo en ele cerebro cuando fue trasladado a su domicilio en el Tigre.
El ex futbolista argentino sufrió esta dolencia después de «un traumatismo» generado tras un golpe que se pudo haber producido «hace un mes o cinco años», según indicó su entorno.