El artista visual Leonardo Portus acaba de inaugurar la exposición ‘Concepción, fragmentos de Modernidad’, que se exhibe en la Sala de Exposiciones de la Universidad del Bio Bio. Es una instalación que recorre diversos fragmentos de edificios representados en retablos representativos de la arquitectura modernista de la ciudad penquista.
RECORRER LA CIUDAD A OTRA ESCALA
En el entramado de las calles de cualquier ciudad, sus flujos e historias encausan y proyectan en su rostro lo que algunos llaman identidad y otros patrimonio. En especial Concepción, sobreviviente de terremotos y desastres, donde arquitectos talentosos como Emilio Duhart, Roberto Goycolea, Osvaldo Cáceres, Jorge Labarca y tantos otros experimentaron creando una ciudad nueva, hilvanada por una arquitectura funcional enriquecida con rasgos lúdicos y bellos, alcanzando a veces trazos escultóricos de gran plasticidad.
Como artista visual conocí Concepción el año 2006 a través de mi proyecto VIEXPO, en el cual buscaba investigar la historia de la vivienda social en Chile, recolectando imágenes e historias en las ciudades de Santiago, La Serena, Valparaíso, Talca y la capital penquista. Aquí descubrí valiosos ejemplos habitacionales de arquitectura modernista como la Remodelación Paicaví y otras construcciones que se alejaban del enfoque de éste proyecto por ser edificios públicos o residenciales para otros sectores socioeconómicos.
Decidí entonces, preparar un proyecto autónomo que analizara esta arquitectura penquista, una experiencia señera que produjo una faz única entre los años 40’ al 70’. Fotografié fachadas que luego traspasé a la manualidad del retablo recortando sus volúmenes, troquelando sus bordes como si la fotografía al volverse tridimensional realizara una disección anatómica al paisaje urbano. Volviéndose híbrida con la pictoricidad artesanal del retablo que ficcionaliza su superficie, el paso del tiempo denotando el desgaste de la modernidad.
Este encuadre juega con el acertijo en la mirada del espectador, para que éste se reconozca en esa ciudad que muchas veces pasa desapercibida. Aquí, la museificación de la urbe enunciándola con nomenclaturas y mapeos se desconstruye, el caminante la encuentra nuevamente rastreándola a tientas, un “deja vú” a otra escala. Esta serie de retablos se ubican en los muros de la Galería de manera irregular alojados en torno a una línea horizontal imaginaria. Produciendo un efecto visual de profundidad alternando distintos formatos y escalas que acentúan este caminar virtual, azaroso y espontáneo por Concepción, similar al que tuve al conocerla por primera vez.
Destaco edificios como el Tucapel del arquitecto P. Schoeufeld, que impacta al visitante foráneo como un emblema que cubre el horizonte conservando su cromatismo original, un hito que dirige la mirada en sus planos limpios y elegantes. También el edificio INP de Schapira y Eskenazi, que nos recuerda como arquitectos de renombre concursaban en certámenes para la construcción de edificios públicos en décadas donde existía una mirada épica de la arquitectura al servicio de ideales de progreso y bienestar, regalando de paso a la ciudad bellos edificios.
Trato de pensar en los posibles habitantes originales de la casa Merino, del arquitecto Santiago Aguirre, y comparo su contemporaneidad latente actual y como tal vez en los años 40’ fue mucho más vanguardista que varias residencias construidas en Santiago. En esta misma línea es imposible no mencionar a la Remodelación Catedral de Roberto Goycolea, sus espacios que fluyen generosos, abiertos desde la calle y hacia los jardines del templo, acompañados por aquella cinta roja y negra del pasamano de barandas y escalas. El cielo raso con espacios cóncavos por donde se ensamblan los pilotis, pareciendo los muros flotar ajenos a toda gravedad en la secuencia interminable de troqueles de su fachada como una juguetona huincha de papel. Es imposible no contrastar esta lúdica construcción comercial con los bunkers egoístas y cerrados de los malls actuales, ajenos a su contexto y paisaje.
Leonardo Portus