Guerrillero Pablo Beltrán: «El momento que vive la sociedad colombiana es de una decisión irreversible de pasar la página de la guerra»

El vocero del Ejército de Liberación Nacional relata su visión de la política actual en su país y denuncia el asesinato sistemático de exguerrilleros firmantes de los acuerdos de paz

Guerrillero Pablo Beltrán: «El momento que vive la sociedad colombiana es de una decisión irreversible de pasar la página de la guerra»

Autor: Sofia Belandria

Encontrar la paz y buscar una solución política al conflicto armado que sacude a Colombia desde hace más de 60 años es el principal reclamo de los colombianos, aseguró el comandante guerrillero Pablo Beltrán, miembro del Comando Central de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN).

«El momento que vive la sociedad colombiana es de una decisión irreversible de pasar la página de la guerra, ese es el punto que la sociedad colombiana ve», subrayó Beltrán, que encabeza el equipo negociador de la paz del ELN presente en La Habana, proceso suspendido de manera unilateral por el Gobierno de esa nación suramericana en enero de 2019.

«Ahora —enfatizó el líder guerrillero—, una solución política en Colombia tiene más futuro que antes», una apuesta que mantiene vigente el grupo insurgente fundado en 1964 y que desde marzo de 2016 propuso una agenda de diálogos que incluye el diseño del proceso de paz y el fin del conflicto armado.

«El futuro de la mesa de diálogo es muy promisorio, las facciones de extrema derecha más opuestas al diálogo se están debilitando, y se están fortaleciendo las fuerzas políticas de centro e izquierda que si quieren desarrollar el proceso de paz», aseguró.

Comentó además que en los últimos cuatro años, en Colombia se dio un impulso entre el grueso de la sociedad colombiana y la mayoría de las fuerzas políticas y sociales que quieren desarrollar el proceso de paz, y un sector que va en decrecimiento, que es la extrema derecha que se opone al fin del conflicto.

A su vez, confía en que, retomar las mesas de diálogo sería el mejor regalo porque, si en las posiciones de extrema derecha hay una oposición tan refractaria al proceso de paz, la centro-izquierda se ha ido fortaleciendo precisamente por la defensa y desarrollo de las conversaciones.

«Si hubiese un Gobierno en Colombia en 2022 de un signo más de centro-izquierda, quiere decir que habría un mejor interlocutor para una mesa de conversaciones de paz», puntualizó Beltrán.

Insistió que se trabajará por sacar la violencia de la política, que —dijo— «quiere decir que no se acabarán las diferencias políticas pero resolvámoslas sin violencia. A ese futuro el ELN le sigue apuntando, consideramos que sobre eso hay que construir y en eso estamos comprometidos».

Explicó además que, como delegación para los diálogos de paz, les ha correspondido dos tareas grandes, una de ellas mantener vivo el esfuerzo y la lucha porque se desarrolle en conjunto el proceso «porque es lo único que es viable en Colombia», y la otra, reivindicar y defender los acuerdos que se hicieron con el Gobierno de (expresidente colombiano Juan Manuel) Santos, referidos a protocolos de seguridad, funcionamiento, retorno, porque —aseguró— «es lo que mantiene el hilo de la posibilidad de una negociación».

Incumplimiento de acuerdos

Según el comandante Beltrán, hubo un desplome de los acuerdos de paz firmados por la exguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno de su país, rubricados en noviembre de 2016.

«Hay un incumplimiento descarado, 250 exguerrilleros firmantes de esos acuerdos de paz han sido asesinados, la mayoría de ellos habían asumido un liderazgo social, eran cabezas en sus comunidades y por eso los matan», subrayó el líder insurgente.

A su vez, denunció la posición agresiva y letal contra ese proceso de parte del Gobierno de Estados Unidos y de la extrema derecha colombiana, porque —afirmó— «el que más ha conspirado contra los acuerdos de paz ha sido el Gobierno de EE.UU. a través de la DEA, la agencia antidroga estadounidense, enterrando los procesos de sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícitos con los campesinos, imponiendo fumigaciones con glifosato, una ofensiva muy grande que viene desde Washington y se sostiene con el Gobierno de Duque».

«A nosotros —aclaró el representante de la guerrilla del ELN— eso nos dice que hay que persistir en la paz pero buscar otro modelo, y hay que asegurar presión social para que se cumplan los acuerdos, y ya frente al futuro de lo que fueron las FARC, hemos dicho que respetamos a los que se mantienen intentando dar una lucha desde la legalidad, pero también respetamos a los compañeros que, perseguidos por esta ofensiva contra el proceso de paz, han tenido que regresar y volverse a armar».

Crisis socio-económica

En opinión de Beltrán, la crisis social y económica que sufre Colombia está golpeando fundamentalmente a la juventud y a las mujeres, que no encuentran representatividad a sus reclamos.

«Hay una descomposición y desagregación de los partidos políticos tradicionales [en Colombia] que ya no representan los anhelos de mucha gente, y también hay una crisis social y económica muy fuerte que está golpeando fundamentalmente a la juventud y a las mujeres».

«Si se miran los datos de este año —subrayó el jefe rebelde—, el grueso de la gente se va quedando sin empleo, las universidades van cerrando, el desempleo golpea más a mujeres y jóvenes. Entonces, ese fermento social no encuentra una expresión en los partidos tradicionales y es la que se ha lanzado a las calles a las protestas».

En Colombia hoy —enfatizó—, el mayor peso de la política no se vive en el Congreso, se disputa en las calles, la oposición al Gobierno se hace sentir y la gente que está en las protestas no se siente interpretada por los partidos tradicionales, por lo que posiciones de izquierda revolucionaria como la del ELN se convierten atractivas para esos sectores que están luchando porque haya cambios profundos en el país.

«Es un fenómeno social que tiene unas raíces económicas muy fuertes y también tiene que ver con una crisis del régimen de partidos en Colombia. Por eso, mucha gente opta por ingresar al ELN, que crece en las ciudades con base a esa lucha que está dando para que haya cambios profundos. Por eso son las incorporaciones» a la guerrilla, dijo.

Frontera colombo-venezolana

«No tenemos ninguna pretensión de estar dentro de Venezuela o de actuar en conjunto con las fuerzas armadas de Venezuela», enfatizó el comandante Pablo Beltrán, desmintiendo las acusaciones de que la guerrilla del ELN mantiene vínculos con las autoridades de Caracas.

«La propaganda de Estados Unidos nos trata de mostrar como si fuéramos una guerrilla que actúa a favor de los intereses de Venezuela. Nos han preguntado si en una guerra entre Colombia y Venezuela de qué lado estaríamos, y siempre hemos dicho que jamás vamos a apuntar para que haya una guerra entre hermanos», comentó.

Beltrán explicó que el ELN, desde su fundación hace casi 57 años, tiene un asentamiento en la frontera colombo-venezolana. «No llegamos a esa frontera ayer, son 2.200 kilómetros de frontera, es muy compleja, y EE.UU. y distintos Gobiernos colombianos vinculados a [expresidente Álvaro] Uribe han tomado la frontera como una base de ataque contra Venezuela».

El líder insurgente colombiano explicó que desde que el expresidente estadounidense Barack Obama (2009-2017) declaró en 2015 que el proceso revolucionario en Venezuela era una amenaza para EE.UU., se incrementó un plan para derrocar ese Gobierno (de Nicolás Maduro), y Colombia, de manera incondicional «ha sido una pieza clave en esos esfuerzos de derrocar al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela».

Resaltó desde las posiciones de centro-izquierda, hay un llamado para que Colombia respete la autodeterminación nacional, algo que aparece en la Constitución colombiana.

«Si no dejamos que los venezolanos soberanamente decidan, ¿qué esperamos nosotros? ¿Qué nos respeten?», cuestionó el dirigente guerrillero, quien denunció a las máximas autoridades de su país de aplicar «una política incorrecta, agresiva y de injerencia en los asuntos de un país vecino».

En la despedida, el comandante Pablo Beltrán alabó la posición de Cuba en el acompañamiento internacional para poner fin al conflicto armado en su país, reafirmando que La Habana «ha representado un gran respaldo, ha motivado y ayudado mucho a buscar una salida de paz en Colombia».

El ELN —concluyó— sigue siendo una organización político-militar que lucha por el socialismo en las condiciones de América Latina, pero al ser una guerrilla seguimos buscando una solución política al conflicto y que haya paz en Colombia, que es lo único que volverá viable al país».

Cortesía de Miguel Fernández Sputnik


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