La historia de la popularmente conocida ‘momia de lobo’ comenzó en julio de 2016 en Yukón, Canadá. Ese año, un buscador de oro encontró el cuerpo momificado de un cachorro mientras disparaba un cañón de agua a una pared de permafrost. El hallazgo se bautizó como Zhùr, por el pueblo indígena local Tr’ondëk Hwëch’in.
Cuatro años después, científicos finalmente proporcionan detalles sobre la edad y el estilo de vida del animal, reseñó la agencia Sputnik. «Es la momia de lobo más completa que se haya encontrado. Prácticamente está intacta al 100%. Lo único que le falta son los ojos», afirmó la investigadora Julie Meachen, de la Universidad de Des Moines.
Precisamente, por mantenerse casi intacta fue que los investigadores pudieron «reconstruir la vida» del animal. Primero, determinaron cómo terminó preservado en el permafrost durante siglos. Meachen explicó que el cachorro murió en un lugar de permafrost y fue enterrado muy rápidamente.
En cuanto a las razones de su muerte, explicó que los animales que «mueren lentamente» tienen menos probabilidades de conservarse en buen estado. Por tanto, es probable que Zhùr —que vivió hace 57.000 años y tenía alrededor de siete semanas— falleció instantáneamente por el colapso de su guarida.
«Nos sentimos un poco mejor sabiendo que la pobre niña no sufrió por mucho tiempo», señaló la investigadora, citada por Sputnik. Incluso, sostienen que el animal estaba bien alimentado y su dieta estaba influenciada por lo cerca que vivía del agua.
Zhùr desciende los lobos prehistóricos
Asimismo, tras analizar el genoma del cachorro, los investigadores llegaron a la conclusión de que desciende de lobos prehistóricos de Rusia y Alaska, que también son antepasados de todos los lobos modernos.
Sin embargo, no lograron averiguar por qué estaba sola en su guarida y qué pasó con sus padres o hermanos. «Tal vez era un cachorro único. Quizás los otros lobos no estaban en la guarida durante el colapso. Desafortunadamente, nunca lo sabremos», concluyó la investigadora.
Los científicos esperan encontrar más cuerpos momificados en los próximos años, a medida que el permafrost canadiense se derrita debido al cambio climático. Los resultados de la investigación se publicaron en la revista científica Current Biology.