El director de ‘War on Journalism: Julian Assange case’ (La guerra contra el periodismo), Juan Passarelli, denuncia a Sputnik la «espeluzante» decisión de la Justicia británica de negarle la libertad condicional al fundador de WikiLeaks.
La magistrada de la Corte de Westminster, Vanessa Baraitser, ordenó su retorno a la prisión de máxima seguridad de Belmarsh dos días después de dictar sentencia contra la solicitud de extradición a Estados Unidos y «eximirle» en primera instancia judicial.
«No le extraditó por cuestiones de salud y me parece espeluznante que lo haya dejado en Belmarsh, cuando sabemos por los informes del relator de la ONU en tortura y otros tratos inhumanos, Nils Melzer, que está siendo torturado en la cárcel», criticó Passarelli en una entrevista con Sputnik.
El documentalista y periodista guatemalteco, que reside en Londres desde hace once años, denuncia como una «falacia y una perversión de la justicia» la declaración de la jueza de que las autoridades penitenciarias están gestionando adecuadamente la salud de los reclusos, ya sean los trastornos mentales o las complicaciones derivadas de la pandemia de COVID-19.
«No me extraña la decisión de esta jueza, que ya le denegó la libertad cautelar en ocasiones anteriores. Dice que hay riesgo de fuga, pero la situación es totalmente diferente a 2012», dice.
Baraitser no quiso pasar página del precedente de 2012, cuando Assange burló su libertad condicional y se refugió en la embajada de Ecuador después de perder la batalla judicial contra la extradición solicitada por Suecia para ser interrogado sobre alegaciones de abuso sexual, que finalmente fueron desestimadas.
«Entonces no acababa de ganar un juicio de extradición en el nivel de magistrado, lo cual es poco común en este país y muy raro por motivos de salud», recuerda Passarelli.
Reconoce las limitaciones y el riesgo de la decisión de Baraitser de frenar la entrega de Assange debido al riesgo de suicidio en prisiones de EEUU, mientras rechazó los argumentos de la defensa sobre el carácter político del proceso y los ataques contra la libertad de información.
«La sentencia del lunes 4 es una derrota del periodismo y una victoria para Julian. Esa pelea la podemos retomar después, ahora lo más importante es sacarle de la cárcel», urge.
Dice sentirse «con más miedo hoy que ayer» porque la Corte de Magistrados de Westminster «ha sentado un precedente» que podría facilitar la extradición por «hacer periodismo y exponer crímenes de guerra de otros países».
«Han atado de manos a cualquier periodista que quiera publicar algo que sea considerado un secreto de Estado para un país extranjero porque están diciendo que las extradiciones por motivos políticos son posibles», argumenta.
Passarelli tiene en marcha un segundo documental sobre Assange siguiendo el lema de «bajo presupuesto y alto impacto» que sustenta su compañía de producción, Guerilla Pictures.
Mientras, ‘War on Journalism’ está recorriendo medio mundo desde su estreno en el Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona (FCDH), a finales de noviembre.
«Traza una línea clara de cuáles fueron las revelaciones que causaron que EEUU lanzara tal increíble acusación de espionaje —la primera vez en la historia de USA que un periodista o un editor es acusado de espionaje— y cumplió su función de alertar al público o refrescar a las audiencias del caso que tiene a Julian Assange en prisión y perseguido por el gobierno estadounidense», explica.
El exdirector de WikiLeaks podrá quizá apelar contra el veto judicial a su excarcelación bajo fianza y estrictas condiciones que su defensa ofreció a la Corte de Westminster. Las cárceles inglesas no han quedado inmunes a la pandemia del coronavirus y Belmarsh ha registrado rebrotes de casos positivos, aunque Baraitser les restó importancia al pronunciar su dictamen del 6 de enero.
Fuente Sputnik
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