El próximo 11 de abril se elegirán por voto popular los 155 miembros que conformarán la Convención Constitucional (CC). Tendrán un plazo que oscila entre los nueve y 12 meses para redactar el texto de una nueva Constitución Política. Se estima que en el primer semestre de 2022 se realizaría el Plebiscito para que la ciudadanía apruebe o rechace la propuesta de las y los convencionales constituyentes.
La ciudadanía ha expresado la necesidad de que esta Convención sea lo más pluralista, diversa y representativa del tejido social del país de modo tal que la nueva Constitución Política recoja transversalmente las demandas por una sociedad más justa, solidaria e inclusiva tan bien expresadas en la “revuelta social” y ratificadas contundentemente en el Plebiscito de octubre.
En ese contexto, los actores de los movimientos sociales y sindicales son los más indicados para formar parte de la redacción de esta nueva Carta Fundamental que regulará un nuevo ordenamiento jurídico ajustando la relación entre los poderes del Estado y los aspectos fundamentales de la vida política del país, estableciendo los derechos, deberes y libertad de las y los ciudadanos y los mecanismos para hacerlos valer.
No hay duda de que el mundo del trabajo es el eje de las sociedades que cruza multidimensionalmente la vida de las personas. No solo desde la mirada material como fuente de los ingresos que permiten el sustento y el motor que mueve la economía; también la centralidad del trabajo tiene dimensiones humanas de dignidad, de integración social y de autorrealización.
De ahí que la representación de la Clase Trabajadora es fundamental: “…no hay mejor voz para poner los temas del mundo del trabajo en la Convención Constitucional que la de los dirigentes y dirigentas sindicales […] Pueden representar de mejor forma cuáles son y cuáles han sido las demandas históricas en el mundo del trabajo”, señaló Pablo Zenteno, abogado laboralista encargado del Programa de Diálogo Social y Tripartismo de la Fundación Instituto de Estudios Laborales FIEL de la CUT.
Para Zenteno, “la democracia chilena tiene una deuda histórica con el mundo sindical, particularmente con los dirigentes y las dirigentas sindicales de nuestro país que se empieza a saldar en cierta medida y con algunos matices también, en el inicio de este Proceso Constituyente […] Desde el punto de vista político, la importancia de la participación de las candidaturas de dirigentes en la Convención Constitucional es comenzar a saldar esta deuda histórica de la democracia con el mundo sindical”.
Esta deuda se remonta al inicio de la dictadura militar de Pinochet que no trepidó es proscribir de inmediato a los sindicatos -iniciándose así una feroz persecución de dirigentes(as)- e implantar un Plan Laboral neoliberal: “Recordemos que las primeras reformas, en términos políticos e ideológicos, que hace el régimen de la Dictadura en el ámbito de las relaciones colectivas, de la participación democrática, tuvo que ver con los sindicatos y todo el ámbito de las relaciones colectivas del trabajo. Por tanto, fue un misil directo a la organización sindical como pilar democrático y como pilar fundamental de la soberanía ciudadana”, precisó el abogado.
Otro elemento relevante que destacó Zenteno son las temáticas en sí que deben estar en la discusión constituyente, sosteniendo que una de las causas que impulsó este Proceso Constituyente tienen que ver precisamente con materias vinculadas a la precariedad que envuelve al mundo del trabajo. ¿Y por qué es importante abordarlas?: “El trabajo es fuente de soberanía. El trabajo es fuente de dignidad. El trabajo es fuente de cohesión social, es fuente de integración social. Es una fuente de ingresos donde la gran mayoría de chilenos y chilenas nos ganamos la vida y de alguna manera podemos obtener los recursos para vivir”.
En esa perspectiva, el rol de los actores sindicales en la CC es primordial al momento de “…defender y establecer que el Valor del Trabajo debe estar al centro de sociedad, pero eso debe tener también la particularidad de la realidad productiva de los distintos sectores: del mundo público y privado, del rol del Estado, de las políticas fiscales, del modelo de desarrollo. Para eso vamos a nutrirnos de toda la expertise y conocimientos de nuestros dirigentes y dirigentas y de los trabajadores y trabajadoras que son el motor que mueve nuestro país”.