Secta religiosa en Colombia se quedó esperando “el fin del mundo”

Integrantes llevaban más de dos semanas ayunando para “limpiarse” y estar libres de pecados en la “nueva llegada del Mesías”

Secta religiosa en Colombia se quedó esperando “el fin del mundo”

Autor: Félix Eduardo Gutiérrez

Una secta religiosa, asentada en la población rural “Isabel López” ubicada al norte de Colombia, se quedó esperando “el fin del mundo”.

Más de tres mil habitantes de la agrupación estuvieron en expectativa por varios días, ante la supuesta segunda aparición de Jesucristo en la tierra pregonada por los líderes del grupo, informó EFE.

El pretendido mensaje bíblico, emitido por un pastor religioso de la ciudad de Barranquilla, para que se congregaran en una precaria edificación del pueblo a esperar la segunda venida de Cristo, se convirtió en el tema de conversación, e incluso de burla.

El hecho se registró en Isabel López, una población rural del departamento caribeño del Atlántico, en donde feligreses de la congregación evangélica Berea anunciaron que el viernes 29 de enero era el día del “juicio final”.

Secta religiosa: Hallan a ocho menores en secta religiosa que generó alarma  en el Atlántico | Barranquilla | Caracol Radio
Autoridades colombianas tomaron cartas en el asunto. Foto: Radio Caracol.

En el poblado se observan humildes viviendas dispuestas de manera desordenada en calles sin pavimentar por donde fluyen a cielo abierto aguas negras debido a que no tienen servicio de alcantarillado.

Además de generar una natural incredulidad en sus habitantes, la noticia, que hace dos semanas se regó por todo el pueblo, fue conocida por las autoridades del municipio de Sabanalarga, al que pertenece el caserío Isabel López, que de inmediato se apersonaron en el lugar, incluso con la intervención del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que se llevó a los siete menores de edad que estaban dentro del templo.

Una de las características que tienen los feligreses congregados en la iglesia Berea es que hacen parte de los mismos grupos familiares, porque si no comparten su fe los presionan para que sus parientes abandonen la vivienda materna.

Desde la víspera un nutrido grupo de personas se apostó frente a la vivienda que sirve como templo a la congregación evangélica Berea, cuyos integrantes llevaban más de dos semanas ayunando para “limpiarse” y que en la “nueva llegada del Mesías” estuvieran libres de pecados.

La Policía, funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF, que se encarga de la niñez), y una gran cantidad de vecinos y curiosos se agolparon en la estrecha callejuela bajo un inclemente sol a la espera del desenlace de una historia que comenzó desde finales del año pasado.

El pastor Gabriel Alberto Ferrer Ruíz, profesor de lingüística de la Universidad del Atlántico, presentó su carta de renuncia ante la rectoría de la institución en la cual decía que tuvo “una orden directa que me dio el Señor Todopoderoso”. A partir de ahí se dedicó a preparar a los feligreses para lo que debía ocurrir.

Mientras en Isabel López sus habitantes esperaban que ocurriera algo que no pasó, en Barranquilla, a la residencia Ferrer llegaron la Policía, el ICBF, y la Procuraduría para verificar la presencia de otras personas congregadas para recibir la “segunda llegada de Jesucristo”.

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