El Senado estadounidense votó este martes a favor de realizar el segundo juicio político al hoy expresidente Donald Trump. Seis senadores republicanos se unieron a la bancada demócrata y sumaron 56 votos, contra 44 de quienes se opusieron. La votación se celebró después de que los fiscales de la Cámara de Representantes abrieron la exposición del caso con la proyección de un desgarrador video de 13 minutos. El audiovisual mostró los violentos disturbios en el Capitolio del pasado 6 de enero, de los cuales responsabilizan al magnate.
Pero, el hecho de que solo seis republicanos votaran a favor parece una premonición de que Trump será absuelto, nuevamente. «El resultado de este juicio está predeterminado», enfatizó en la sesión el senador republicano por Texas, Ted Cruz. «El presidente Trump será absuelto». Ahora, el porqué los Demócratas quieren enjuiciarlo y condenarlo ya lo abordamos en un trabajo previo que puedes leer AQUÍ.
Sin embargo, más allá de esta realidad, surge la interrogante de cómo una persona puede convertirse en alguien como Trump. Peor, cómo un ser tan sociópata pudo llegar a la presidencia de la primera potencia económica y militar del mundo. Meses atrás, una de sus sobrinas ofreció algunas claves para responder esa pregunta que vale millones de dólares.
Qué tipo de hombre es Donald Trump
Un sociópata es reconocido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales — de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría — como un individuo con “trastorno de la personalidad antisocial”. Es un ser mentiroso, manipulador, impulsivo, irritable, agresivo, irresponsable, obstinado, arrogante, sin empatía ni remordimiento, y le cuesta tener una relación monógama. Entonces, ¿es Donald Trump un sociópata?
Sí, lo es, de acuerdo con su sobrina, Mary L Trump. Ella es la autora del libro “Too Much and Never Enough: How My Family Created The World’s Most Dangerous Man” (Demasiado y nunca suficiente: Cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo).
Mary L (55 años) es hija de Fred Trump Jr., difunto hermano mayor de Donald. Es graduada en Literatura Inglesa con doctorado en Psicología Clínica de la Universidad Adelphi, en Nueva York. Además, vivió en primer plano su niñez y adolescencia en el seno de una “familia malignamente disfuncional”.
En declaraciones recogidas por The Guardian, Mary L. describe al magnate como un fraude, narcisista, retorcido, rencoroso, sin empatía, víctima de un padre sociópata y machista. Precisamente, retrata a Fred Trump — su abuelo — como “un patriarca dominante, con corazón de piedra”, que transmitió todos sus complejos y antivalores al actual mandatario.
Los psiquiatras señalan que la psicopatía puede ser hereditaria, producto de una lesión cerebral o abuso y/o negligencia en la infancia. Al respecto, Martha Stout, psicóloga de Harvard y autora del libro The Sociopath Next Door (El Sociópata de al lado), explica: “Una paternidad inestable o irregular o la disciplina parental inconsistente aumentan la probabilidad de que el trastorno de conducta se convierta en un trastorno de la personalidad antisocial”.
¿Cómo se formó el sociópata Trump?
Los médicos que han examinado a Trump en la última década afirman que su estado de salud es “excepcional”. Entonces, cobra mayor fuerza la tesis de la autora. The New York Times recoge que en el libro, Mary L asegura que su abuelo Fred “provocó que el presidente adoptara la intimidación y otras conductas agresivas para encubrir sus propias inseguridades”.
Asimismo, expone que la familia Trump “estaba profundamente dividida en términos de género”. Fred “educaba” a los tres varones y su esposa Mary a las dos hembras.
“El ambiente de división que mi abuelo creó es el agua en la que Donald siempre ha nadado. Era un sociópata de alto nivel” que seguía dos reglas estrictas: “nunca muestres debilidad” y “nunca te disculpes”. “Si Fred Jr. decía alguna vez: ‘Lo siento, papá’, Fred “se burlarba. Él quería que su hijo mayor fuera un asesino”.
“En las cenas familiares había ciertas cosas que Fred no toleraba. ‘Mantengan los codos fuera de la mesa, éste no es el establo de un caballo’, exclamaba repetidamente. Incluso, con cuchillo en mano, llegaba a golpear su mango contra el antebrazo de quien no hiciera caso”.
Trump y sus hermanos preferían mentirle a su padre. “Para Freddy, era defensivo, no solo una forma de eludir la desaprobación o evitar el castigo, sino una forma de sobrevivir (…) Para Donald, mentir era un modo de autoengrandecerse. Quería convencer al resto que él era mejor de lo que realmente era”.
Según la autora, su abuelo “limitó el acceso de Donald a sus propios sentimientos. Hizo que muchos de ellos sean inaceptables, pervirtió la percepción del mundo de su hijo y dañó su capacidad de vivir en él”.
Un sociópata torturador
Desde pequeño, cuenta Mary L., “Donald vio a su hermano menor, Robert, como el más débil, y disfrutaba atormentarlo. Muchas veces escondía sus juguetes favoritos y fingía que no tenía idea de dónde estaban”. También recuerda que una vez, cuando la rabieta de Robert se descontroló, Donald amenazó con desarmar sus camiones si no dejaba de llorar.
“Desesperado por salvarlos, Robert corrió hacia su madre. La solución de Mary — quien no tenía derecho a educarlos — fue esconder los camiones en el ático. Castigó a Robert, que no había hecho nada malo, haciendo sentir a Donald invencible (…) Aunque no era recompensado por su egoísmo, obstinación y crueldad, tampoco era castigado”, detalló.
Un sociópata rencoroso
Una vez, relata su sobrina, Trump atormentaba a Robert y recibió una cucharada de su propia medicina: su hermano mayor, Freddy, arrojó un tazón de puré de papas sobre Donald, hiriendo profundamente su orgullo. Más de medio siglo después, en 2017, su hermana Maryanne trajo a colación la anécdota en un brindis en la Casa Blanca y el presidente se molestó profundamente.
Desde aquel día de niño, decidió que como su padre no respetaba a su hermano mayor, él tampoco lo haría. Según el testimonio recogido por el Times, Donald notó las burlas de su padre hacia su hermano mayor y decidió sumarse, para convertirse en “el hijo predilecto” del primer sociópata Trump.
“Donald no soportaría un desprecio similar. Su personalidad sirvió al propósito de su padre (…) Eso es lo que hacen los sociópatas: cooptan a los demás y los usan para sus propios fines, de manera despiadada y eficiente. Sin tolerancia para la disidencia o la resistencia”.
Un sociópata narcisista
Mary L. revela también que su tío “le pagó a un amigo para que le hiciera el SAT, un examen estandarizado con que se evalúa a los aspirantes a acceder a la universidad”, reseña BBC Mundo.
“Estaba preocupado. Temía que su promedio de calificaciones, que lo colocaba lejos de la cima de su clase, arruinaría su esfuerzos para ser aceptado (…) Así que contrató a un niño inteligente con reputación de ser bueno en los exámenes, para hacer sus SAT por él», escribe la autora, y agrega: «Donald, que nunca careció de fondos, pagó bien a su amigo».
“Su consuelo al retratar esa imagen, junto con el favor de su padre y la seguridad financiera que le brindaba la riqueza de este, le dieron la confianza no merecida para lo que fue una farsa desde el principio: venderse no solo como un playboy rico, sino como un brillante empresario hecho a sí mismo”, dice el libro.
A juicio de su sobrina, una de las características esenciales del sociópata Trump es “hacer trampa como forma de vida”. Según el Times, en el libro se muestran documentos legales, bancarios, declaraciones fiscales y otros “papeles” para apoyar estos señalamientos.
Los marginados
No es secreto que Mary L, su hermano y sus padres fueron marginados desde siempre por los Trump. Su papá murió de un infarto en 1981, a los 42 años, mientras luchaba contra el alcoholismo. Según ella, él nunca soportó la presión del rechazo de su familia.
“En una ocasión, la pequeña Mary se despertó con la risa de su padre mientras apuntaba con un arma de fuego a la cara de su madre, quien gritaba (…) En 1970, su madre le dijo a su padre que se fuera, y él nunca volvería a vivir con ellos. Se divorciaron en 1971”, reseña el Times.
En junio de 1999, cuando su abuelo falleció, Mary L y su hermano, Fred Trump III, se enteraron de que los habían dejado fuera del testamento. Meses después, impugnaron la decisión en un tribunal de Nueva York. Legalmente, argumentaron que Fred Trump “padecía demencia y sus hijos lo habían manipulado para influir en la redacción del testamento”.
El Times añade que días posteriores, una empresa familiar suspendió su seguro de salud y el de toda su familia. Eso incluyó «al hijo de nueve meses de Fred III, William, quien sufría trastornos convulsivos y parálisis cerebral». La orden fue de Donald, el sociópata Trump II.
Incluso, Donald reconoció que esa decisión respondió a la pelea por el testamento. “Cuando (Fred III) nos demandó, dijimos: «¿Por qué debemos darle cobertura médica?», declaró a The Daily News en aquel momento. Finalmente, resolvieron sus disputas en abril de 2001, aunque años después Mary L. afirmó que fueron engañados.
Una familia disfuncional
Y así se hace pública parte de la historia de cómo su familia moldeó el comportamiento del presidente, el sociópata Trump, a quien Mary L. considera «el hombre más peligroso del mundo». “Está desgastando el país, tal como lo hizo con mi padre. Está debilitando nuestra capacidad de ser amables, de creer en el perdón, conceptos que nunca han tenido significado para él”.
Por último, recuerda que el día de la victoria de Trump, un temor recorrió su cuerpo. Sintió miedo de que los votantes “hubieran elegido convertir a Estados Unidos en una versión macro de mi familia malignamente disfuncional”. Y al parecer fue así, y así fue.