En Chile, hay 802 campamentos a nivel nacional según el registro del Minvu 2018, un millón setecientas mil personas en condiciones de hacinamiento conforme el censo 2017 y en 2019, se registraron 47 mil familias en situación de campamento, lo que pone en evidencia la profunda crisis habitacional que atraviesa el país.
Con dos mil a tres mil nuevas personas en campamentos o situaciones habitacionales irregulares cada año, el fenómeno que se arrastra desde 2011 no ha hecho más que acentuarse por la pandemia.
En conversación con El Ciudadano, Sebastián Bowen, director general de Techo, explicó que algunas de las principales causas de esta crisis “se deben a un déficit habitacional, a una exclusión habitacional y a una dificultad en el acceso a la vivienda de aquella población más vulnerable para poder acceder a un techo digno”. Situación que es síntoma de un país extremadamente desigual.
Otro factor es el ya conocido altísimo costo de vida en Chile en comparación al sueldo de los trabajadores, a lo que se le suma que no existan suelos destinados a soluciones de tipo social, y el aumento en la complejidad de la demanda, que según Bowen ha sido mucho más diversa, «con distintos tipos de familias que buscan distintos tipos de soluciones, pero también más grandes».
Exclusión habitacional
El director de Techo también fue enfático en destacar que la campamentización, hacinamiento y allegamiento no son los problemas principales de la crisis habitacional, más bien, son un síntoma del nulo acceso habitacional para la población más empobrecida.
Indicó que si se focalizan las soluciones, éstas deben ser tratadas desde el problema de fondo: “la exclusión habitacional o la falta de acceso de garantías para acceder a una vivienda digna que tenemos hoy día en Chile y eso se refleja como un problema social que no solo se refleja en los campamentos.”
Por otra parte, el director de la fundación planteó que “por ejemplo si tuviéramos políticas, programa o soluciones pensando solamente en los campamentos. Probablemente reproduciríamos el problema, porque los campamentos son un síntoma de un problema mayor.”
El iceberg de los síntomas del déficit habitacional
Para Bowen, es importante establecer que los efectos de la falta de hogares dignos en Chile son percibidos como un iceberg: “donde la punta que se puede ver estos campamentos que están a la vista, pero hay un campamento oculto de toda esta exclusión habitacional».
«Por ejemplo, por cada familia que viven campamentos, aproximadamente tenemos 10 familias que viven en condiciones de allegamiento o hacinamiento o por ejemplo, las familia que están en condiciones arriendo informal y muchas veces con arriendos abusivos en conventillos, en piezas, en zonas semicentricas de las principales ciudades y que son finalmente otro tipo de déficit habitacional», subrayó.
Agregado a esto, también agregó que el 85% de las familias que hoy en día están en campamentos vienen de vivir en situación de arriendo o de allegamiento. O sea, no estaban en una situación irregular, pero esa vivienda también era un tipo de exclusión habitacional», según consigna en el medio Cooperativa.
Piden a la gente que se quede en casa cuando no tienen una
A pesar de que la problemática habitacional es un problema que se arrastra desde 2011, el factor más preocupante de la desigualdad al acceso habitacional en Chile radica en la crisis sanitaria que atraviesa el país desde marzo de 2020.
Al consultarle al director de Techo respecto a los riesgos y consecuencias de no buscar soluciones a corto plazo a la exclusión habitacional, Bowen se refirió principalmente los riesgos a la salud publica que conlleva tener a grupos de personas muy grandes en espacios pequeños, sin acceso a agua potable y por sobre todo, sin un lugar donde resguardarse.
“Yo siempre digo, la crisis sanitaria, en el caso de Chile nos pilló mal parados, porque estábamos a mitad de una crisis habitacional. En otras palabras, nosotros no solamente no teníamos la vacuna para enfrentar el contagio, sino que tampoco teníamos esa otra vacuna que es la vivienda, entonces cuando nosotros pedimos que se quedaran en sus casas, resulta que nunca entramos en consideración a nivel de país, de sociedad, de Estado, que habían más de quinientas mil familias a las que el `quédate en tu casa` significaba, en otras palabras, no te quedes en ningún lugar, porque no tenían casa”, expresó.
Para el director de Techo, esta crisis debió enfrentarse al igual que la pandemia, y planteó que si el Estado está en capacidad de llevar a cabo procesos de vacunczión tan masivos, es posible trabajar el tema de la vivienda en un plazo de 3 años si es que existe la voluntad política de hacerlo, ya que los recursos para realizar un proceso como ese, en este país existen.