Una cariñosa invitación a encapsular momentos del día, de la intimidad en tiempos de pandemia, donde pese al caos político, social y estructural se pudiese entregar y expresar un momento “bello, amoroso, esperanzador, luminoso”, con esas palabras las cineastas Valentina Palma y Veronique Decroux abrieron un portal de complicidad entre 12 colegas y amigues realizadores de Chile y México.
Las seis parejas asignadas intercambiaron postales visuales, rompieron los límites de la distancia y acercando aún más esas similitudes que habitamos por vivir bajo un mismo sistema político-social, además de los años de conquista que hoy se traducen en nuevas reflexiones.
“El cine es capaz de trabajar con cualquier hecho que transcurra en el tiempo; puede tomar de la vida absolutamente cualquier cosa”, esta cita de Andrey Tarkovski es también la punta de lanza que entrega esta invitación para motivar a los convocados a habitar esta experiencia, de abrir un momento del cotidiano, para compartirlo y generar una nueva trama en esta memoria política que se va armando, no lo que se entiende en la hegemonía como “político”, sino más bien desde lo sensible, en estas similitudes que van entregando nuevos elementos a las formas de comunicación, además de posicionar el contexto histórico que palpita.
Los paisajes del sur, centro y norte de Chile llegaron hasta la agitada Ciudad de México, donde el silencio, la soledad, el quiebre del cotidiano conocido y la incertidumbre, manifestaron la fragilidad de los días y por lo mismo, estos fragmentos de vida que se desplazan por la red entregaron, de cierta forma, respuestas o reflejos entre quienes participaron y compartieron su calidez en esta época de caos, mirarse desde adentro y descubrir lo profundo y revolucionario que es compartir.