El Zoológico Nacional de Nicaragua tiene un proyecto denominado “Proyecto Tapir”. Su objetivo es conservar esta especie en peligro de extinción en el país centroamericano. En el marco de esa iniciativa, la institución fue protagonista esta semana de un hecho que ha robado titulares y opiniones positivas, informó la agencia EFE Verde.
A través de un comunicado, el zoológico anunció la liberación de Waikú y Goliat, una pareja de tapires nacidos en cautiverio. Desde ahora, su nuevo hogar serán las montañas de la finca privada Los Cervantes, contiguo a la reserva natural El Delta del Estero Real (noroeste), a más de 200 kilómetro al noroeste de Managua.
En su nuevo espacio están rodeados de muchos árboles, alimentos y agua de manantial. Cada uno de los tapires rondan hasta las 350 libras de peso. En el caso de Waikú, fue liberada en estado de gestación con fecha de parto para agosto próximo.
Sin embargo, no solo los futuros padres tapires tuvieron la dicha de conseguir su ansiada libertad. El zoológico también liberó a dos parejas de lapa y guacamayas rojas, otra especie atacada por el comercio y tráfico ilegal en Nicaragua. En total, fueron 83 los ejemplares que hoy son libres del cautiverio.
De acuerdo con EFE Verde, las cuatro lapas rojas salieron una a una con cautela, primero explorando su alrededor. En el caso de las guacamayas, alzaron su vuelo tan impresionante como sus brillantes colores rojo, azul y amarillo.
“Una vez más estamos demostrando que estamos en contra del comercio ilegal de estos animales que están en peligro de extinción”, declaró a EFE el director del zoológico, Eduardo Sacasa.
Un ‘zoológico’ de buena voluntad
Se trata de la primera vez que ese centro de refugio de vida silvestre realiza una liberación de lapas rojas, nacidas en cautiverio y entrenadas por años para reinsertarlas en su medio ambiente. Sacasa expresó su molestia al observar la comercialización de estas aves exóticas y que las autoridades no frenen la situación.
Por ejemplo, una guacamaya roja es comercializada ilegalmente hasta en 600 dólares. A cada guacamaya liberada se le colocó un anillo y un chip numerado. Esto facilitará el reconocimiento del animal en caso de una posible captura, indicaron las autoridades del zoológico.
La finca Los Cervantes tiene más de 2.000 hectáreas. Está repleta de espeso bosque tropical, manantiales bien conservados y totalmente vigilados. Otras especies liberadas fueron zarigüeyas grises, zorros, tortugas, conejos, palomas alas blancas o tórtola aliblanca, gavilanes, pericos frentirrojos y hasta tucanes pico iris y tucanes pico de navaja.
En septiembre pasado, también liberaron a más de medio centenar de pericos rescatados del maltrato y abandono. Lo lograron gracias a la colaboración de su propietario para convertir la zona en un santuario para animales silvestres. En total, ese centro ha liberado a unos 12.000 animales de todas las especies.