La travesía del Rally Dakar por el norte arrojó un sombrío resultado para el patrimonio cultural y el medioambiente. Luego de apagarse las luces del show, el Consejo de Monumentos Nacionales descubre un sitio arqueológico precolombino destruido y numerosas especies arbustivas afectadas. Según la ley chilena, todo sitio arqueológico es un monumento nacional. Éste en particular no estaba estudiado, era entonces como un trozo de historia no develado, pero el daño ya está hecho y es irreparable. El polémico fenómeno Dakar, fascinante para algunos, peligroso y grotesco para otros, regresará al país en 2010, año del Bicentenario. Afortunadamente, luego del informe presentado por Bienes Nacionales y los reclamos ciudadanos, La ASO decidió que el próximo no pasará cerca de San Pedro de Atacama.
Hasta ahora se ha examinado sólo el 10% de la ruta, por lo que es posible descubrir más sitios rotos. Según el Consejo de Monumentos, una gran responsabilidad cae sobre Chiledeportes como organizador del evento, pues no cumplió con los requisitos solicitados con antelación.
El informe del consejo concluye que se produjo la “destrucción de, al menos, un sitio arqueológico, denominado preliminarmente ‘Pelícano 1’, provincia de Elqui, Región de Coquimbo”. El hallazgo “corresponde a un pequeño campamento de cazadores recolectores que ocuparon el sitio entre los años 2000 a.C a 1000 d.C (período arcaico tardío y alfarero temprano), situado en la quebrada Pelícanos, en la cercanía de la frontera entre las regiones Atacama (III) y Coquimbo (IV)”, agrega el documento.
También, el Rally Dakar causó un “significativo daño ambiental sobre los suelos, la vegetación y posiblemente fauna nativa, que se refleja en la destrucción de arbustos y la generación de nuevas huellas, con el consiguiente desarrollo de cárcavas y erosión”.
Dicha alteración ambiental “se relaciona con los sectores en donde la competencia abandonaba los caminos existentes, o siguiendo la ruta definida a priori fueron generando nuevas huellas a lo largo de kilómetros”.
José Berenguer, arqueólogo y curador jefe del Museo de Arte Precolombino, indica que los autos ingresaron por Copiapó hacia el norte, pasaron por El Salvador y Pueblo Hundido, “pero fundamentalmente entraron en el desierto duro, que es la parte más árida del desierto de Atacama. Es decir, sólo se bordeó la Región de Antofagasta”.
Por el desierto “pasa el Camino del Inca y todas las rutas de caravanas anteriores a ellos; están los campamentos de cazadores recolectores; las huestes españolas: Almagro y Pedro de Valdivia pasaron por ahí; los mineros de las salitreras… En fin, por ahí pasó la historia”, explica José Berenguer.
Un sitio arqueológico es semejante a una enciclopedia que está en el suelo. “Al romperse se destruye toda la información y es muy difícil estudiar un sitio impactado. En Chile ya estamos aburridos de llegar tarde a los sitios, luego que han sido impactados por la minería, empresas privadas y estatales, por la construcción de caminos, etc.”, critica Berenguer.
NO ES DEPORTE
Hoy día el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) habla maravillas de las “ganancias para Chile” que dejó el Rally y anuncia que el gobierno aumentará la inversión pública para la competencia del 2010. “En su paso por Chile el Rally dejó ganancias por casi US$ 30 millones (…) Sólo en Atacama, la carrera arrojó casi US$ 2 millones”. A futuro, la participación del Estado crecerá de US$ 2 millones a US $6 millones en logística el 2010 (“El Mercurio”, 20 de marzo).
Sin embargo, para la Red por la Justicia Social y Ambiental, “el Rally Dakar tiene muy poco de deporte (…) Se trata de una prueba de resistencia, pero no de personas sino que fundamentalmente de máquinas”. Por ello, ven que “la gran competencia es entre Vollkwagen, BMVV o Yamaha y el ganador incrementará sus ventas producto de la publicidad”.
No aceptan que una institución del Estado como Sernatur, promotora del deporte y del bienestar humano, “propicie y apoye una actividad que promueve un consumo (de petróleo) nocivo para la salud, la naturaleza y que daña directamente los territorios por donde pasan. El Rally Dakar es una competencia asesina de la naturaleza y de personas inocentes”, sostienen las organizaciones. Por último, califican al Dakar como “una muestra más de lucro y violencia en este mundo. No es un deporte”.
Al respecto, la Corporación de Defensa de la Flora y Fauna (Codeff) informa que los autos de doble tracción como los del Rally consumen más combustible y son más pesados, por lo que representan un peligro para las personas.
Codeff advierte que por donde ellos pasen “no volverá a salir una brizna de hierba y un fenómeno tan maravilloso como nuestro desierto florido podría dañarse en forma irreparable”.
LA OTRA RIQUEZA
En idioma Quechua “Qhapac Ñan” quiere decir Camino Principal. Antiguamente fue una gran vía que permitió la expansión del Tawantinsuyu o Estado Inca hacia los territorios de Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Argentina y Chile.
Muchos de sus tramos eran pre-incaicos, aunque hoy la ruta se conoce como Camino del Inca o Camino Principal Andino. En dirección norte-sur alcanzó los 6 mil kilómetros.
En Chile recorre las siete primeras regiones: desde el desierto de Atacama cruza la Cordillera de los Andes y llega hasta los valles centrales. Todavía se usan muchos de los corredores trasandinos hacia Perú, Bolivia y Argentina.
Oscar Acuña, abogado y secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, destaca que varios países, entre ellos Chile, propondrán a la ruta “Qhapaq Ñan” ante la UNESCO para preservar este importante camino milenario.
En la UNESCO opera la “Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural”. Fue creada en 1972 durante la 17ª conferencia general de ese organismo a fin de proteger la arquitectura, monumentos nacionales, parques, culturas, lenguas y tradiciones de todo el mundo.
Para eso se crea la “Lista de Patrimonio Mundial”, en que varias obras humanas y naturales son protegidas. Ahora será el turno del camino andino, pues el 2010 la ruta patrimonial Qhapaq Ñan postulará para ser inscrita.
De este modo podría ocupar un sitial junto a la Muralla China; Machu Pichu y Chichén Itzá, y ser más valorada en su calidad de patrimonio mundial.
Chile ya tiene inscritos el Parque Nacional Isla de Pascua, las Iglesias de Chiloé, el barrio histórico de Valparaíso, las oficinas salitreras de Humberstone, Santa Laura y la zona minera de Sewell.
Muchos conocen que ese es el verdadero tesoro, aquel legado cultural ajeno a tanto materialismo y “fiebre de oro” que aquejó a los comerciantes, turistas y mercenarios del Rally Dakar.
por Rocio Munizaga