Con el comienzo del año legislativo, el pasado martes 02 de marzo, el gobierno envió al Senado un oficio que califica de “suma urgencia” 76 iniciativas, donde una de ellas es aprobar el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP-11), posterior a su trámite en las comisiones, las cuales ya han finalizado.
A pesar de que en esta oportunidad el ejecutivo no solicitó que fuera una discusión inmediata, sí quisieron poner el acento en la urgencia de la discusión legislativa, como una muestra de que sigue siendo una prioridad para el Ejecutivo aprobar el polémico tratado.
Los intentos de Piñera y los votos que aún no tiene
A pesar de las claras intenciones desde el Ejecutivo de querer aprobar el Tratado Transpacífico, al que ya han adscrito Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, el propósito de agilizar la votación este año ha sido infructífero, esto, debido a que incluso dentro del propio bloque oficialista, no hay un acuerdo total en esta materia.
Prueba de esto es el anterior recurso de urgencia presidencial que se interpuso al Senado para tramitar el TTP-11, donde se solicitaba su discusión inmediata.
De acuerdo a lo señalado por El Desconcierto, antes de colocar urgencia de discusión inmediata al TPP-11, el gobierno realizó un trabajo prelegislativo para intentar lograr el respaldo que permita la aprobación del polémico tratado.
La iniciativa no ha tenido avances desde octubre de 2019, cuando fue aprobado en la Comisión de Constitución de la Cámara Alta con los votos a favor de los entonces senadores Andrés Allamand (RN), Felipe Harboe (PPD) y Víctor Pérez (UDI), quienes ya no se encuentran en el Congreso, luego que dos de estos (Allamand y Pérez) dejaran sus cargos para ser ministros, y Harboe dejara su cargo para ir de candidato a la constituyente.
Sin embargo, y a pesar de que no se conocen los detalles de esta mesa de trabajo previa a la votación del Tratado, el TPP-11 no solo es rechazado por la mayoría de la ciudadanía -como indican la mayoría de las encuestas- sino que varias figuras política del oficialismo no adscriben a apoyar la iniciativa por el momento.
Una de las voces dentro del oficialismo -críticas en cuanto al manejo del gobierno para sacar lo antes posible el TPP-11-, es el Senador Iván Moreira (UDI), quien señaló a La Tercera que «Si el gobierno no cuenta con la certeza de los votos, se expone a una derrota«.
Esta cautela también coincidiría con la cercanía al siguiente periodo de elecciones, tanto a constituyentes, alcaldes, gobernadores, como las presidenciales que tendremos durante este 2021, pues el alto rechazo que existe por parte de la ciudadanía al TPP-11, es leído por varios parlamentarios como un factor que afectaría en elecciones cercanas de candidaturas que estos apoyan en sus respectivos distritos y circunscripciones.
Cabe recordar que previo al «estallido social», en junio de 2019, diversas organizaciones sociales llevaron a cabo un plebiscito social respecto a este tema, en el que terminaron participando alrededor de 580 mil personas, y que arrojó como resultado un 92,7% de rechazo al TPP-11-
¿Por qué la urgencia del ejecutivo de aprobar el TPP-11?
Este Tratado en múltiples ocasiones ha sido criticado tanto por la ciudadanía como por expertos en la materia económica, debido a los efectos que podría tener en áreas tan importantes como la salud, la agricultura nacional y los derechos laborales.
Sin embargo, lo preocupante del tratado y su legislación actual, reside en cómo este tratado podría afectar a la nueva constitución de ser aprobado antes de la formulación de la nueva carta magna. Esto se debe a que al tratarse de un Tratado internacional, el marco constitucional no podría limitarlo ni modificarlo, explicando así la urgencia del gobierno de Piñera en aprobarlo antes de la convención.
En La columna de Carlos Tromben: El TPP-11 con la mano del gato, se destacan los aspectos negativos del tratado más allá de su polémico contenido, donde se expone que el tratado beneficiaría por sobre todo al mercado internacional en desmedro de la autonomía nacional respecto a, por ejemplo, leyes laborales.
Tromben también explica en la columna que “si se aprueba el TPP-11, como quiere el gobierno de Piñera, la Convención Constitucional no podrá establecer una protección más fuerte para los glaciares, el agua o los derechos de quienes habitan en zonas de sacrificio.”
Sumado a esto, no hay que olvidar que en 2019, el gobierno de Sebastián Piñera, a través del ex canciller Roberto Ampuero y del jefe de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), Rodrigo Yáñez, extremaron recursos para conseguir aprobar el TPP-11, según consigna el medio Interferencia, diligencia que se desarrolló con absoluto sigilo, aumentando las criticas por la poca transparencia que ha habido en este tema.
Por otra parte, si bien el tratado ha sido calificado por el Ejecutivo como un beneficio para el comercio nacional, antes de este tratado, Chile ya tenía y mantiene acuerdos comerciales bilaterales profundos con cada uno de los 11 países miembros del acuerdo, según consigna la columna del escritor y periodista chileno.
“El TPP11 es en realidad un dispositivo jurídico vinculante destinado a proteger dichas inversiones no solo en caso de expropiación, sino de cualquier decisión política que afecten sus ganancias directas, sus royalties y sus patentes. Por ejemplo, la dictación de normas laborales o ambientales más estrictas.”, sentencia Tromben.