Diez kilómetros de resistencia: pedaleando por los derechos cannábicos

El sábado 20 de marzo se llevó a cabo la Primera Rodada Cannábica Ancestral; se exige una legalización más justa y transición a energías renovables

Diez kilómetros de resistencia: pedaleando por los derechos cannábicos

Autor: Daniel Carpinteyro

Un grupo de jóvenes amantes de las bicicletas y de la marihuana realizó el sábado 20 una peculiar expedición.

La caravana ciclista partió a las 10 hrs. del quiosco del Paseo Bravo y subió por Avenida Juárez hasta llegar a la calle Teziutlán, de donde tomaron la recta a Cholula hasta llegar a su destino final, el Parque el Soria, al pie de la pirámide, en San Andrés Cholula. 

El contingente, conformado en su mayoría por personas menores de treinta años, partió del Paseo Bravo con aproximadamente 20 ciclistas, a quienes se unieron otros a lo largo del trayecto. En todo momento, las policías municipales monitorearon el evento tanto en la entidad de partida como en la de llegada.

Un recordatorio antes del banderazo de salida

Justo antes de arrancar la rodada, durante la concentración inicial en el Paseo Bravo, un integrante del grupo emitió una arenga desde el quiosco. En ella, reafirmó los objetivos de la rodada:

 * Defender los derechos de los consumidores de cannabis, que en el sentir de los ahí presentes no representa la Ley Federal para la Regulación de la Cannabis, aprobada el 10 de marzo por el Pleno de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

* Manifestarse por el aprovechamiento de las energías renovables y contra el uso de combustibles fósiles, en virtud del impacto ecológico que han generado a nivel planetario.

La arenga terminó con la enunciación de consignas tales como «Tierra para sembrarla, libertad para fumarla«, «La ley tiene un hueco, ¡derechos al pacheco!«, «¡Pachecos unidos jamás serán torcidos!» y «La mota legal eleva la moral«, a las que sobrevinieron aplausos y gestos de aprobación entre los presentes.

No faltó el provocador que dio la nota interrumpiendo la arenga profiriendo «¡Estás diciendo incoherencias!», entre otras simplonerías. Los activistas los ignoraron olímpicamente, fieles al llamado a «contener buena vibra» que se publicó en la convocatoria en redes sociales.

Cannabis con un toque poblano

El Ciudadano pudo entrevistar durante la concentración a Héctor, el activista que emitió la arenga y un luchador con trayectoria en la entidad poblana por la defensa de los derechos del consumidor de cannabis.

«Somos el colectivo Toque Poblano, un grupo de personas organizadas en pro de los derechos del usuarios del cannabis. Ninguno de nosotros tiene como fin la venta, sino la información.»

En cuanto al dictamen aprobado el 10 de marzo en la Cámara de Diputados, puntualizó:

«Creemos que es un dictamen que viola los derechos. Es un dictamen que reguló un mercado y no reguló un derecho. La ley que actualmente están legislando los senadores en las cámaras de diputados sigue criminalizando al usuario y sigue vulnerando sus derechos como usuario. Hace referencia a que ahora vamos a poder tener de seis a ocho plantas, pero tenemos que sacar un permiso, donde ellos tienen el derecho de ingresar al domicilio para verificar el número de plantas o la cantidad de gramos que pueda uno tener al año».

La Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic) es el organismo que podrá expedir permisos para la posesión de hasta seis plantas de marihuana destinada al consumo lúdico. La ley prevé que dependencias gubernamentales como la Cofepris puedan hacer inspecciones en domicilios particulares para verificar que no se exceda el cultivo permitido.

 Oficialmente, la Cofepris tiene como función «proteger a la población contra riesgos a la salud provocados por el uso y consumo de bienes y servicios, insumos para la salud, así como por su exposición a factores ambientales y laborales, la ocurrencia de emergencias sanitarias y la prestación de servicios de salud mediante la regulación, control y prevención de riesgos sanitarios».

Sin embargo, cabe recordar que la Cofepris ha sido denunciada por abuso de autoridad ante la PGR por la ONG México Unidos Contra la Delincuencia, precisamente por obstaculizar de manera sistemática las solicitudes que recibe para usos recreativos de la marihuana, ya sea mediante la dilación excesiva en la expedición de permisos o añadiendo requisitos que exceden su competencia administrativa.

Los activistas cuestionaron la extensión de la jurisdicción de estas corporaciones gubernamentales en los domicilios particulares de los usuarios canábicos.

«A los que consumen alcohol y a los que fuman cigarro no les dicen: ‘tú puedes tener cinco cajetillas en tu casa o puedes tomarte dos botellas al año, o puedes tomarte diez botellas al año’. No hay un límite, no hay un registro, no hay nada. Hay espacios tolerados para el consumo de alcohol, hay espacios tolerados para el consumo de cigarro… ¡en convivencia! Es decir, hay lugares donde puedes tomar alcohol y puedes ir a fumar; no así para los usuarios del cannabis», explicó el activista Héctor.

Todas las atribuciones para el gobierno, todo el peso de la Ley contra los ciudadanos

El monopolio gubernamental sobre la producción, distribución y venta de la planta es otro de los puntos que preocupa a los integrantes del colectivo Toque Poblano.

«Se va hacia que el gobierno sea el único que tenga el control de eso. Es el único que va a poder sembrar en grandes cantidades o va a poder transformar en grandes cantidades. Se habla de que ellos únicamente van a ser quienes transformen, quienes vendan, quienes compren. Un ejemplo: si yo, que trabajo con mis plantas, quiero venderle a alguien, tengo que sacar una licencia para poder venderle al gobierno. Si en alguna situación agarran a una persona vendiéndole a alguien, sea su amigo, su familiar o lo que sea: cárcel. Y las penas son muy duras; antes eran de cinco a diez años y ahora son de diez a 20 años. Las penas mínimas eran de tres a cinco, ahora son de cinco a ocho«.

Según el activista, fue este delineamiento de la ley lo que motivó el plantón en el Senado de la República: el Plantón 4.20, que implementó la primera plantación de marihuana en la Ciudad de México, establecido en febrero de 2020 y que se convirtió en un punto de encuentro de activistas cannábicos y altermundistas de diversa estampa.

Desde hace un par de meses, frente a la Fiscalía General del Estado de Puebla, también existe un plantón cannábico al que se vincula el colectivo Toque Poblano.

La llegada a Parque Soria; planeando la Revolución al ritmo del Psytrance

En la explanada bajo la pirámide de Cholula se congregaron cerca del mediodía alrededor de 40 activistas. El aroma de la marihuana flotaba con libertad en el ambiente, que pulsaba al ritmo del Psytrance. El ritmo era de distensión y camaradería, aunque diversas patrullas que custodiaban el evento no perdían detalle de las interacciones. La policía montada efectuaba rondines con regularidad.

«Todo ha sido con oficios y dando aviso de que se van a hacer este tipo de actividades», nos explicó el activista Jordi.

Uno de los participantes -un joven en sus tempranos veintes- nos compartió que venía acompañado de su madre, que sin ser consumidora de cannabis, toleraba el consumo del hijo a condición de mantener el hábito en unos estándares de responsabilidad.

«Ya estamos en pleno siglo XXI«, explicó Jordi, «ya la conciencia de las personas va cambiando. Los jóvenes ahorita tenemos una forma de pensar, pero queremos alentar a los adultos a que cambien esa forma como peligrosa que hay del cannabis, como que si consumes te pones a robar. Y eso no, la cannabis es como cualquier sustancia, hay que llevar un control en la persona, saber controlar».

El Ciudadano México también conversó con la cantautora y escritora Lita Wing, quien reflexionó sobre la dura batalla que se ha librado y falta por librar para legalizar plenamente el uso medicinal de esta planta, y sobre el potencial del cáñamo como materia prima para la elaboración de textiles e incluso como generador de energías limpias y renovables, tan urgentes ante la devastación ambiental que se observa en la actual fase del antropoceno.


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