El papa Francisco designó al periodista y activista chileno Juan Carlos Cruz como miembro de la Pontificia Comisión para la Tutela de Menores, un organismo que promueve la responsabilidad de las iglesias en la protección de los niños y adolescentes, publicó Sputnik.
«Estamos muy contentos de tener a Juan Carlos Cruz como un nuevo miembro de la Comisión para la Tutela de Menores del Vaticano, ¡bienvenido! Tenemos mucho por hacer durante nuestro viaje juntos para una iglesia más segura», escribió en su cuenta de Twitter el organismo.
El activista agradeció al Papa el nombramiento y escribió a través de la misma red social que «esto renueva mi compromiso para seguir trabajando en terminar con la lacra del abuso, y por tantos sobrevivientes que aún no obtienen justicia».
Cruz comenzó su activismo el año 2004 cuando denunció, junto a otros dos sobrevivientes, que el exsacerdote Fernando Karadima había abusado de él.
Karadima era uno de los religiosos más influyentes de Chile, principalmente entre la elite política, empresarial y económica, y las acusaciones de Cruz y de otras personas consiguieron abrir una puerta que permitió comenzar una serie de investigaciones canónicas y penales contra otros sacerdotes católicos en el país.
«¿Quién soy yo para juzgar?«
“¿Qué pasó con quién soy yo para juzgar? La Congregación de la Doctrina de la Fe (CDF) en el Vaticano, y en especial sus prefectos, la quieren destrozar”, publicó recientemente Cruz un artículo en el diario La Tercera el pasado 19 de marzo, a propósito de la decisión del Vaticano de rechazar la unión de personas del mismo sexo.
“Viven en un mundo propio, alejados de las personas y tratando de defender lo indefendible. Lo vemos tras la funesta declaración sobre las uniones de parejas del mismo sexo, en la lentitud con que se tratan los crímenes de abuso, su falta de humanidad y su poco conocimiento del sufrimiento de las personas”.
Señaló que “conozco personas excelentes en la CDF que trabajan por encontrar justicia o explicar la doctrina católica. Pero desgraciadamente prefectos de una inquisición al estilo Torquemada hacen de las suyas y siguen ahuyentando a católicos”.
Aseveró que “soy católico a pesar de que todo me juega en contra: me abusó un cura, soy gay, creo en la participación completa de la mujer en la iglesia y espero algún día que el celibato sea optativo.
No permitiré nunca que me digan que no pertenezco a algo en lo que creo, donde vive un Dios misericordioso y donde cabemos todos y todas, y donde he conocido personas maravillosas que me han sacado de oscuridades tremendas y hacen labores heroicas en el mundo”.