Contemplo el cosmos, la cotidianidad, la batalla jurídica que se libra en la política poblana, el encierro. Me enojo con el día por su calorcito molón, siento sus aires podridos de cambio, y me entristece no poder disfrutar el sol con tanto virus suelto. Entonces recuerdo que existe el arte, y ¡me maravillo! porque ¿cómo pude olvidar que existe el arte?
Se me antoja ponerme gastronómica: algo poblanito, algo así como chiles en nogada, pero jum no están en temporada y la verdad ni me gustan. Pienso que quizás se me antoja más ponerme de poeta, pero rayos, no hay varo para libros ni inspiración para escribir.
Entonces se me antoja la cultura: algo que me emocione, algo chido liro, pero que cumpla con la regla de las 3B (bueno, bonito y barato). Quiero todo. Y de pronto recuerdo cuando iba al teatro en DF de morrita (cuando todavía era DF, cuando todavía era una morrita y cuando todavía se podía ir al teatro). Me pongo nostálgica y recuerdo todo lo que había antes de que el covicho entrará a nuestras vidas.
Por ocio (y pa’ no llorar) termino vagando en Facebook, me llega una notificación del IMACP: ayer se inauguró el ciclo de puestas en escena que estarán transmitiendo por el Día Mundial del Teatro… A ver… Me pongo mis gafas de seño chismosa que soy, doy clic y entro a un enlace que me pide que espere con un letrero en el que leo “Transmisión por iniciar”. Aprovecho para poner pausa y colocarme los audífonos, Les voy a dar chance, pues.
Doy play y escucho una musiquita de fondo: suena una chava con una voz que se siente rico en los oídos y una guitarra rasguea en su compañía, sigo revisando memes mientras me emebeleso con la música, y noto algo raro. Le pongo atención a la letra: tapaba la herida para ir al trabajo, y si una amiga pregunta dice caí hasta abajo por la escalera, se hizo libreto que iba creyendo. Achis, achis.
Pausen todo.
Regreso al video, lo pongo en pantalla full y entonces comienza la obra: Entre nos. Un escenario coloreado de naranja, con tres figuras femeninas que deambulan sin cruzarse. Me apodaste feminazi. Según tú donde están mis cámaras de gas, tu ducha letal sorpresa después de un año de labor forzado. Aparece una sombra masculina, que atrofia el ritmo de las tres musas. Libertina vete a casa, feminazi, feminazi. La figura oscura se va gateando cual demonio y las otras tres se sientan en un triángulo.
Comienzan las confesiones:
Una chica explica lo que llama El Folclor Mexicano. La rutina de la folclórica se compone de regalos no solicitados del tamalero, piropos del microbusero, las tiradas de loca de su jefe en la farmacia, el sentimiento de ridícula a los halagos no pedidos. Soy de las que acosan al mismo tiempo que les gritan feas.
Otra chava habla de su interés por el sexo y su inocencia ante el abuso que sufrió de un maestro suyo: el alcohol, la inocencia, el consenso dirigido, el miedo a reaccionar. Intenté convencerme a mí misma de que todo lo que había pasado había estado bien.
Alex, la tercera figura, la risueña, el algo/alguien muy cool, como dice ella. Narra su historia con picardía (la condenada tiene harto carisma): la exploración del género, alejarse de sus hermanas para que dejara de afectarse por su feminidad, el enamoramiento de la infancia. Alguien te puede querer como seas.
En cada intervención hay un número musical que cuestiona las actitudes sociales, nos cuestiona como audiencia, como entes sociales que dejan morir a su gente, que dejan que su gente sufra. De igual modo la figura sombría ataca desde las sombras a cada musa.
Justicia. Justicia. Justicia. Las tres terminan su número abrazadas a las cabezas de las muertas que perdieron, de las que no encuentran, de las que llegan con temor a su casa y de las que de plano no llegan.
Me invade un sentimiento extraño, creo que le llaman incomodidad y creo que no se lleva muy bien con la verdad cruda. Puff, ¿qué acabo de ver?
Entre Nos. Que buen nombre para un confesionario y que excelente obra para no dejar morir al olvido la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y dar pie a las festividades del Día Mundial del Teatro.
Se me olvida el cosmos y la cotidianidad de la pandemia, y recuerdo de nuevo lo que sentía cuando iba al teatro, lo rico que era estimular la mente con diálogos genuinos, lo emotivo que era y es el teatro. Cosas que la virtualidad puede rescatar, punto para el arte.
¿Qué tal es el teatro virtual?
Para mí, siendo muy sincera (y con mucho énfasis en el para mí), las artes escénicas no son algo que pueda contenerse en un teatro, en una tarima, en un escenario, ni que se dicte por lo que pasa bajo el reflector. Es mucho más que eso: es el revoltijo en la panza cuando no sabes qué pasa, es el salto de la butaca al suelo por un susto, es sujetarse de las manos al ver una pareja de enamorados, es (y sí, también es parte de) colar comida apestosa, pero también es reflexión, reflejo, incertidumbre por el presente que nos espera cuando el show termine.
La cuarentena del Covid-19 nos ha limitado a todos en muchos sentidos y también nos ha expandido hacia un panorama digital completamente novedoso: ¿cuándo creíste que el teatro iba a saltar en tu pantalla? Las puestas en escena no son sólo guiones y performance (y perdón si reitero en ello), también puede ser parte de una rutina diaria, algo así como un Netflix cultural (si es que no existe ya tal cosa), puede ser un agente reaccionario que invade tu rutina, que te invita a extrapolar contextos contemporáneos y de paso te entretienen.
EL teatro virtual es una modalidad que forma parte de esta nueva normalidad (inserte aquí ojos de huevito cocido y una disculpa porque de plano ese término se me hace, además de irreal, conformista). En definitiva creo que compañías como Turisteatro (los genios detrás de Entre Nos) han encontrado un gran camino para hacerse de nuevos públicos, fans y views. Brava, bravo, bravísimo.
Sobre la obra ENTRE NOS
“Entre nos” nos cuenta como un secreto, verdades que tendrían que ser contadas a gritos. Cada una interpreta distintos casos, en su mayoría reales que nos ayudan a ser testigos de lo que pudiera ser una obra de teatro, pero se trata de una anécdota real y tangible de un mundo que avanza en miles de cosas pero en justicia, igualdad, equidad y respeto.
- Duración: 50 min.
- Dirección: Carlos Arturo Aguilar
- Actores: Amaranta Cue, Consuelo Torres, Alfredo Ordoñez, Alexandra Hernández y Agustín Cerezo.
- Compañía: Turisteatro
- Guión: Carlos Arturo Aguilar y Consuelo Torres.
Recuerda que puedes consultar la cartelera completa del Día Mundial del Teatro del IMACP aquí.