La luz causada por una explosión espacial hace miles de millones de años ha ayudado a un grupo de astrónomos a detectar un tipo raro de agujero negro, cuya existencia desconcierta a la comunidad científica.
En 1995, astrónomos lograron mirar atrás en el tiempo y observar el brote de rayos gamma GRB 950830, el cual explotó en nuestro universo hace 3.000 millones de años. Ahora, los científicos han utilizado la luz proveniente de la explosión para detectar un agujero negro de masa intermedia —IMBH, por sus siglas en inglés—.
Los IMBH son una clasificación hipotética de agujeros negros, más grandes que los agujeros negros estelares y más pequenos que los agujeros negros supermasivos. Su masa estaría entre 100 y un millón de masas solares.
Si bien se han encontrado evidencias indirectas de la existencia de los agujeros negros de masa intermedia en diferentes ocasiones, no se ha registrado una detección inequívoca de esos objetos celestes. De hecho, no existe un consenso en la comunidad científica de que los IMBH realmente existan.
Sin embargo, la luz proveniente del GRB 950830 ha permitido a un equipo de astrónomos australianos utilizar un fenómeno llamado lente gravitacional para encontrar evidencia que respaldaría la existencia de los IMBH. Sus hallazgos se han publicado en Nature Astronomy el 29 de marzo.
La lente gravitacional es un fenómeno que ocurre cuando un objeto, como un agujero negro, actúa como una lente y distorsiona la luz proveniente de una fuente de luz lejana, como una explosión cósmica. Esta distorsión indica la presencia de un objeto masivo en el camino, explica el sitio web Space.
Al determinar la masa del objeto que causa la distorsión de la luz emitida por el destello GRB 950830 y eliminar otros posibles causantes debido a factores como sus tamaños o densidades, los científicos concluyeron que lo más probable es que sea un IMBH el responsable de la distorsión.
Según Rachel Webster, coautora de la investigación, el descubrimiento de un agujero negro de masa intermedia utilizando esta técnica, «nos dice algo sobre lo común que son».
«Si fueran muy, muy raros, sería muy poco probable que lográramos ver incluso un único caso de lente gravitacional. Se trata de estadísticas y probabilidad», afirmó la astrónoma.Además de sugerir que los IMBH son más frecuentes de lo que creen los científicos, el estudio también arroja luz sobre cómo se pueden formar diferentes tipos de agujeros negros y cómo los agujeros negros supermasivos —SMBH, por sus siglas en inglés— podrían alcanzar tamaños tan grandes.
«Es importante descubrir estos objetos para llenar el vacío en las observaciones entre los agujeros negros estelares y los agujeros negros supermasivos. Actualmente, no sabemos cómo el SMBH es capaz de crecer a masas tan enormes considerando la edad del universo. Simplemente no hay suficiente material para que puedan acumular, ni suficiente tiempo», afirmó James Paynter, líder de la investigación.Paynter sugiere que los SMBH podrían originarse de un acúmulo de IMBH.
Sin embargo, el origen de los IMBH sigue siendo una incógnita. Podrían haberse formado a partir de la fusión de estrellas masivas de hidrógeno puro en el universo temprano o ser agujeros negros primordiales formados durante las primeras fases del universo, sugiere Paynter.
Cortesía de Sputnik
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