Al menos cuatro personas, entre ellas un niño, murieron este miércoles cuando un hombre abrió fuego en un edificio de oficinas en la ciudad de Orange, al sur de Los Angeles, según informó la Policía.
El atacante, cuyas motivaciones se desconocen de momento, también resultó herido de bala tras la intervención de los agentes y fue trasladado a un hospital. Una quinta víctima, que quedó herida, también fue hospitalizada.
La Policía no ha dado ningún detalle sobre las víctimas del ataque que se registró en el último piso de un edificio de oficinas. Tras recibir una llamada en la que se informaba de un tiroteo, las fuerzas del orden acudieron al lugar en donde el atacante continuaba disparando, según informaron las autoridades locales.
Según el diario Los Angeles Times, cuando los policías llegaron, se produjo un tiroteo entre los uniformados y el atacante. Todos los agentes que participaron en el operativo resultaron ilesos.
“Horrible y desgarrador”, ha lamentado el gobernador de California, Gavin Newsom, que envió un mensaje de solidaridad a los familiares de las víctimas a través de sus redes sociales. La congresista demócrata Katie Porter también condenó el ataque y aseguró que su equipo dará seguimiento a las investigaciones.
El tiroteo en California ocurre apenas una semana después de que un hombre asesinara a 10 personas en un supermercado en Colorado. Unos días antes, otro hombre armado atacó tres salones de masajes en el área de Atlanta y asesinó a ocho personas, seis de ellas mujeres asiáticas.
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