El pasado fin de semana se celebró en Ecuador la segunda vuelta de los comicios presidenciales en los que resultó victorioso el derechista Guillermo Lasso, del movimiento Creando Oportunidades (CREO), en alianza con el Partido Social Cristiano (PSC), quien acudía por tercera vez en busca de la primera magistratura del país.
Lasso se impuso ante Andrés Arauz, de la coalición de izquierda Unión por la Esperanza (UNES), que aglutina al correísmo. Con 98,55 % de las actas válidas computadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), Lasso alcanzó 4.615.772 votos, el 52,43 % del total; mientras que Arauz consiguió 4.187.835 sufragios, 47,57 %.
Pero también hubo otro protagonista: el voto nulo. Con ese mismo porcentaje de actas, se contaron 1.746.231 sufragios inválidos. Estas boletas pudieron haber dado un resultado distinto en los comicios, otorgándole mayor porcentaje a Lasso o favoreciendo a Arauz.
En un artículo del periodista Edgar Romero, corresponsal de RT en Ecuador, se explica como el voto nulo definió el destino de los ecuatorianos para los próximos años, sobre todo desde el ala del otrora candidato Yaku Pérez.
Promoción del «nulo»
La promoción del voto nulo fue hecha por Yaku Pérez, perteneciente al Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik. La resolución también fue acompañada por la propia Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). La decisión se tomó luego que Pérez no pasara al balotaje y quedara en tercer lugar en la primera vuelta de los comicios presidenciales, celebrada el pasado 7 de febrero.
En esa primera vuelta, Pérez y Pachakutik denunciaron un presunto fraude en su contra, que favorecía a Lasso —con una diferencia de poco más de 32.000 votos— y lo sacaba de la contienda. El 23 de febrero, luego de días de protestas, presentó ante el CNE 27.767 actas con presuntas irregularidades para exigir que se hiciera un recuento de los votos; tras analizarlas, el organismo determinó que solo se recontarían 31.
Ante esa decisión, acudieron al Tribunal Contencioso Electoral (TCE), a fin de dejar sin efecto la resolución del CNE y poder conseguir el recuento, pero esta instancia también falló en su contra el 14 de marzo.
Mientras el caso era estudiado en el TCE, el 10 de marzo, la CONAIE celebró su Consejo Ampliado, en el que determinaron que si el TCE impedía el recuento, no apoyarían a ningún candidato en la segunda vuelta e impulsarían el «voto nulo ideológico».
Divisiones de la comunidad indígena de Ecuador
Al acercarse los comicios en Ecuador, las posiciones de algunos líderes fueron cambiando. El pasado 3 de abril, durante un acto en la comunidad Cofán Dureno en la provincia de Sucumbíos, el presidente de la CONAIE, Jaime Vargas, estrechó la mano de Arauz y le dijo que sus propuestas de gobierno tienen «el total respaldo del movimiento indígena».
«La decisión de Jaime Vargas no representa la decisión del movimiento indígena y, peor, de Pachakutik», dijo Marlon Santi, coordinador nacional de la organización política, durante una conferencia de prensa, en la que anunció la expulsión del presidente de la CONAIE del partido, del cual era adherente.
Pérez, por su parte, dijo: «El señor Vargas visibilizó el apoyo que tenía hace rato al correísmo. Vargas toda la vida estuvo apoyando a Arauz. Es más, nosotros pensamos que lo iba a hacer en la primera vuelta».
Vargas, además de ser el presidente de la CONAIE, es bastante conocido por liderar las protestas antigubernamentales de octubre de 2019 contra el gobierno de Lenín Moreno, tras las medidas anunciadas, como la eliminación del subsidio a los combustibles, en respuesta a un acuerdo que había alcanzado el Ejecutivo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las manifestaciones que fueron apoyadas por sectores de la izquierda ecuatoriana, entre ellas simpatizantes del correísmo.
El 7 de febrero, la CONAIE ratificó que iría a los comicios del pasado domingo con la bandera del voto nulo. También lo hizo Leonidas Iza Salazar, presidente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC), otro de los grandes personajes de las protestas de octubre de 2019.
Aparte de Vargas, Virna Cedeño, excandidata a la Vicepresidencia por Pachakuitk en binomio con Pérez, manifestó su respaldo a Lasso. Desde Pachakutik también anunciaron la separación de Cedeño. Aunque no era adherente de Pachakutik, Santi recordó que había firmado un «acta de compromiso» para «ser leal en las decisiones» que tomara el partido en el proceso electoral.
¿Sabotaje a Ecuador?
El domingo, al momento de votar, Pérez, para anular su voto, escribió sobre la papeleta: «Yaku presidente, resistencia», que luego la mostró a los medios que estuvieron en el momento en el que sufragó.
Posteriormente, al declarar, dijo que esta era una manera de resistir ante un CNE «salpicado por la corrupción» y alegó que el voto nulo servía para presionar para que en «algún rato haya transparencia».
De acuerdo con los resultados del CNE, el llamado de Pachakutik a votar nulo parece haber surtido un efecto. Si se toma en cuenta que en primera vuelta los votos nulos fueron 1.013.395 (9,55 %), durante el balotaje ese porcentaje creció.
Con el 98,55 % de las actas válidas computadas, más de 1,74 millones ciudadanos emitieron un voto nulo, es decir, más de 16 % de las boletas. El porcentaje es considerable y augura un factor decisivo de negociación entre los sectores políticos del país.
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