Israel se libera de la mascarilla tras intensa campaña de vacunación contra la Covid-19

El 80% de la población mayor de 20 años recibió las dos dosis de la vacuna, según los datos oficiales del país.

Israel se libera de la mascarilla tras intensa campaña de vacunación contra la Covid-19

Autor: Félix Eduardo Gutiérrez

Una intensa campaña de vacunación, facilitada por un acuerdo firmado entre en el Estado y el gigante farmacéutico Pfizer, permite hoy a los israelíes salir a las calles sin mascarillas.

A cambio de un acceso rápido a millones de dosis de la vacuna, Israel aportó a Pfizer datos reales sobre el efecto de la vacunación. En Israel, los datos médicos de la población están digitalizados, informó la agencia AFP.

De esta manera a partir de diciembre de 2020, casi cinco millones de israelíes (el 53% de la población) recibió las dos dosis de la vacuna, es decir, el 80% de la población mayor de 20 años, según los datos oficiales del país, en el que se reportaron unos 836.000 casos de covid-19 y más de 6.300 decesos.

En enero, Israel registró un pico de 10.000 casos diarios a pesar de la campaña de vacunación, pues los efectos del inmunizante no se empiezan a sentir hasta que no pasan unas semanas desde la inyección. Desde ese momento, la curva empezó a doblegarse, por lo que las autoridades permitieron la reapertura de bares, restaurantes y cafeterías a principios de marzo.

En los últimos días, el país solo ha registrado unos 200 casos diarios.

Israel se libera de las mascarillas al aire libre | Actualidad
En las calles de Israel ya no es obligatorio el uso de la mascarilla. Foto: Actualidad.Es.



«No hay mejor publicidad para Pfizer», afirma, bromeando, Shalom Yatzkan, un informático de unos 40 años, que se contagió de covid-19.

«Estuve enfermo durante tres días, me dolía el cuello, me sentía débil… pero esto es una victoria», afirma, contento, y esperanzado en que «las variantes no nos acaben alcanzando». 

En las unidades de transporte público algunos pasajeros prefieren dejarse la mascarilla puesta hasta salir del bus, o se la dejan a la altura de la barbilla para poder ponérsela rápidamente al entrar en alguna tienda. Ester Malka, «acostumbrada» a llevar mascarilla, prefiere esperar antes de quitársela en plena calle.

«Todavía tengo miedo… Veremos qué pasa cuando todo el mundo se haya quitado la mascarilla. Si veo que todo va bien dentro de un mes o dos, entonces me la quitaré», explica la oficinista.

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