Investigadores descubren causas de la desaparición de pueblo originario al suroeste de EE.UU.

Sequía, cambio climático, crisis social se conjugaron para desplazar y diezmar a poblaciones de nativos

Investigadores descubren causas de la desaparición de pueblo originario al suroeste de EE.UU.

Autor: Sofia Belandria

Los problemas climáticos no fueron la única razón que detuvieron el desarrollo de las antiguas sociedades Pueblo en lo que ahora es el suroeste de Estados Unidos. Representaban una cultura arqueológica amerindia y se consideran como los ancestros de los actuales indígenas pueblo.

La sequía a menudo es señalada como la causa de las interrupciones periódicas en el desarrollo de las sociedades Pueblo, pero los arqueólogos han encontrado pruebas de que la tensión social desempeñó un papel aún más importante en tres dramáticos episodios del desarrollo de estas comunidades.

Los hallazgos de los científicos muestran que los agricultores de aquella civilización a menudo perseveraban durante las sequías, pero cuando las tensiones sociales aumentaban, incluso las sequías más modestas podían significar el fin de una era de desarrollo.

«Las sociedades unidas suelen encontrar formas de superar los problemas climáticos. Pero las sociedades que están divididas por dinámicas sociales internas de cualquier tipo —diferencias de riqueza, disparidades raciales u otras divisiones— son frágiles debido a esos factores. Entonces, los desafíos climáticos pueden convertirse fácilmente en algo muy serio», afirma Tim Kohler, arqueólogo de la Universidad Estatal de Washington y uno de los autores del estudio.

Las comunidades en cuestión ocupaban la zona de las Cuatro Esquinas de Estados Unidos entre los años 500 y 1300, donde hoy Colorado limita con Utah, Arizona y Nuevo México. Aunque solían ser estables durante décadas, a veces sufrían trastornos antes de abandonar la zona a finales del siglo XII. Estas transformaciones coincidían con períodos de sequías, por lo que muchos arqueólogos supusieron que eran su causa principal.

En este estudio, Kohler colaboró con científicos especializados en complejidad de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), dirigidos por Marten Scheffer, que han demostrado que la pérdida de resiliencia en un sistema que se acerca a un punto de inflexión puede detectarse a través de cambios sutiles en los patrones de fluctuación.

«Esas señales de alerta resultan ser sorprendentemente universales. Se basan en el hecho de que la ralentización de la recuperación tras pequeñas perturbaciones señala la pérdida de resiliencia», afirma Scheffer, uno de los autores del estudio.

La investigación utilizó análisis de anillos de árboles de las vigas de madera utilizadas para la construcción. La tala de árboles y la construcción eran componentes vitales de estas sociedades y cualquier desviación de lo normal indica cambios a nivel de la sociedad.

Los científicos descubrieron que la recuperación debilitada por las interrupciones en la actividad de la construcción precedió a tres grandes transformaciones de las sociedades Pueblo. Estas ralentizaciones fueron diferentes a otras interrupciones, que mostraron un rápido retorno a la normalidad en los años siguientes. Los arqueólogos también observaron un aumento de los signos de violencia al mismo tiempo, lo que confirma que la tensión probablemente había aumentado y que las sociedades se acercaban a un punto de inflexión.

Esto ocurrió al final del periodo conocido como el Cestero III, alrededor del año 700, así como cerca del final de los períodos llamados Pueblo I y Pueblo II, alrededor del 900 y 1140, respectivamente. Al final de cada período, también hubo evidencia de sequía.

Los investigadores han resumido que fueron tanto la fragilidad social como la sequía los factores que causaron problemas a estas sociedades.Sin embargo, a finales de los años 1200, cuando los agricultores Pueblo abandonaron las Cuatro Esquinas para ir más al sur el factor de tensiones sociales no figuraba. Este estudio apoya la teoría de que fue una combinación de sequía y conflicto con grupos externos lo que impulsó a los pueblos a marcharse.

Los autores del estudio destacan que la situación ahora no es muy diferente de la de hace siglos y el cambio climático vuelve a representar una amenaza seria. «Si no estamos preparados para afrontar los retos del cambio climático como una sociedad unida, habrá verdaderos problemas», resume Kohler.

Cortesía de Sputnik

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