Por Beatriz Pereyra
La pandemia causada por el covid-19 ha dejado una estela de pérdidas económicas millonarias entre los dueños de los clubes de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), pero, al mismo tiempo, le ha abierto la puerta a un inédito incremento de contrataciones de peloteros exligamayoristas y a la expansión de 16 a 18 equipos que disputarán un calendario recortado de 120 a 66 juegos, más los playoffs.
Dependiendo del club y del porcentaje de afición con el cual tendrá permitido jugar como local, el golpe económico puede ascender a 70 millones de pesos considerando que, además, deberán invertir en la aplicación de los protocolos anticovid, lo cual puede aumentar los gastos de operación en hasta 3 millones de pesos.
Para resistir los impactos negativos, los equipos tomaron medidas drásticas, como reducir los salarios de los peloteros entre 20 y 50 por ciento, recortar personal administrativo, contratar pasantes y hacer trueques con los patrocinadores: publicidad a cambio de la prestación de servicios.
La nómina de jugadores de los Leones de Yucatán, propiedad de los hermanos Arellano Hernández, que fue de 79 millones de pesos en 2018 —año en el que fueron campeones—, se redujo a 43 millones en 2019; ahora la pandemia los obligó a ajustarla en 16 millones para 2021.
El equipo diseñó un análisis financiero que expuso a los jugadores, patrocinadores y hasta al gobernador del estado, Mauricio Vila. El documento indica que todavía les faltan 29.8 millones de pesos para operar la temporada, cifra que se reduce a 21.8 millones si se le permite al equipo jugar con 40 por ciento del aforo del estadio Kukulcán.
“Consideramos que con esa reducción en el costo de la nómina salimos adelante. Si las condiciones mejoran, podemos ajustarnos y subirles. Les explicamos eso a los jugadores y lo entendieron perfecto. Saben que no jugar toda la temporada pasada nos complicó. Pese a que no jugamos, les ayudamos con su manutención porque si un pelotero no juega, no genera ingresos. También vamos a reducir costos en los viajes y en todo lo que podamos porque las pérdidas del año pasado fueron estratosféricas”.
Juan José Arellano, presidente de Leones de Yucatán
Ya se acabaron los tiempos de las vacas gordas, cuando operar una temporada le costaba al equipo más de 100 millones de pesos. En este 2021, el gasto con trabajos rebasa los 53 millones. Otro de los rubros sacrificados es el de desarrollo de peloteros, que bajó de 14 millones en 2019 a 8 millones durante 2020 y 2021.
El calendario que diseñó la LMB para 2021 privilegió los juegos a escala regional, lo cual significa que la novena melenuda no enfrentará a los equipos de la zona norte. Ni siquiera viajará a la Ciudad de México para visitar a los Diablos Rojos.
El gobierno de Yucatán anunció el lunes 10 de mayo que los Leones jugarán con 40 por ciento de aforo, es decir, hasta 6 mil personas podrán ingresar al parque.
Encerrados
Por su parte, la situación para los Toros de Tijuana es aún más dramática. Es la única novena que jugará sin afición. Baja California ha sido uno de los estados más afectados en cuanto a fallecidos por covid-19, el gobierno de Jaime Bonilla no ha autorizado el acceso al público, pese a que el semáforo epidemiológico ya está en amarillo.
“El único escenario en el que podemos ganar es si tenemos entradas normales, pero eso es muy difícil. No sabemos si vamos a tener gente en algún momento y en qué porcentaje; por lo tanto, las pérdidas pueden ser mayores a las del año pasado: en lugar de 18 millones, podríamos llegar a 25 o 30 millones de pesos”.
Alejandro Uribe, presidente ejecutivo de los Toros de Tijuana.
El beisbol mexicano es una industria cuya principal fuente de ingresos es la venta de boletos, alimentos y bebidas durante los juegos. Por tratarse de un deporte que tiene una fuerte presencia a nivel local, el mayor número de patrocinadores son los anunciantes locales que quieren exponer sus marcas justamente en los estadios. La ausencia de fanáticos hace inviable una temporada. Por eso no se jugó en 2020.
Ante el negro escenario de no jugar por segundo año consecutivo, lo que hubiera causado la quiebra de varios clubes, el cambio de color en el semáforo epidemiológico le devolvió la esperanza a los equipos.
Tijuana ya había vendido los abonos para 2020. Para no tener que regresar el dinero, ofreció a los compradores que ese dinero lo usaran para adquirir artículos de la marca Toros o bien que lo utilizaran para apartar sus butacas en los playoffs.
La administración también negoció con los patrocinadores, con quienes tenían firmados contratos multianuales, así lograron mantener 80 por ciento de sus anunciantes.
“En lugar del monto pactado, nos dieron 30 por ciento menos, en unos casos. En otros, les dijimos: vas a recibir menor valor porque no tengo público, pero te doy más presencia en redes sociales, en el back stop o en el uniforme. Así compensamos.
“Mi aforo normal promedio es de 12 mil personas de un estadio de 18 mil, es 65 por ciento; ese es mi ideal. Si no, 50 por ciento de público sería bueno. Un 30 por ciento me aliviaría porque así puedo cumplir con los abonados anuales que tenemos y ya no tengo que negociar otra vez con ellos”.
Alejandro Uribe, presidente ejecutivo de los Toros de Tijuana.
El más golpeado
Los Diablos Rojos del México ya devolvieron los 20 millones de pesos que habían vendido en abonos a 3 mil 700 personas desde 2020. Aunque el equipo que juega en la Ciudad de México contará con 25 por ciento del público del estadio «Alfredo Harp Helú», las medidas sanitarias de respeto a la sana distancia no garantizaba a los aficionados que pudieran ocupar el lugar por el que pagaron.
El daño económico para los pingos es de los más elevados. Según los cálculos de su presidente, Othón Díaz, la operación de esta campaña ascenderá entre 75 y 90 millones de pesos. En el mejor de los escenarios sus ingresos sin gente en las gradas serían de 19 millones de pesos.
La semana pasada se anunció que el estadio «Alfredo Harp Helú» abrirá sus puertas a 25 por ciento de su capacidad. Esto permitirá que sumen otros 17.5 millones de pesos si es que en sus 33 juegos como local entra toda esa gente (5 mil personas).
Así, en lugar de que las pérdidas sean de 70 millones de pesos, serán de alrededor de 53 millones.
Diablos Rojos también tuvo que ajustar los salarios de sus peloteros entre 25 y 50 por ciento, dependiendo del monto que devengue cada uno. A mayor sueldo mayor descuento.
“El beisbol es una burbuja que se puede reventar y si no se rompe es por el dinero que los dueños están metiendo. Si los equipos dependieran de los ingresos por boletaje y venta de cerveza y alimentos, ya no estaríamos ni hablando, porque esos rubros son 50 por ciento de los ingresos de los equipos.
“En el caso de Diablos, nuestros ingresos están muy mermados, serán de entre 20 y 40 millones de pesos, una cifra muy lejana a lo que tuvimos en 2019”.
Othón Díaz, presidente de Diablos Rojos.
Presupuesto “franciscano”
Los Rieleros de Aguascalientes es un equipo que cada temporada sufre para operar. Lo hacen con un presupuesto austero que en este año será “franciscano”, dice uno de los dos socios del club, Eustacio Álvarez.
A la carga económica hay que sumarle la implementación del protocolo anticovid, como parte del llamado Plan Diamante que diseñó la LMB.
El directivo calcula que en la realización de las pruebas tendrá que erogar poco más de 700 mil pesos que podrá sufragar gracias a que gestionó un intercambio de publicidad con la empresa que los realizará.
“Hemos sido creativos porque hemos hecho muchos trueques. Los patrocinadores están escasos y de 50 millones que nos gastábamos en una temporada, si acaso vamos a gastar 25 millones. El dinero que falte lo vamos a tener que poner de nuestra bolsa mi socio y yo.
“En nuestro presupuesto calculamos no tener ingresos por taquilla ni venta de cerveza, pero como las cosas han mejorado creemos que operaremos con 30 por ciento del aforo (2 mil personas de un estadio de 6 mil 500, aunque todavía no es oficial). Si calificamos a los playoffs podríamos absorber algo de las pérdidas para tratar de salir tablas».
Eustacio Álvarez, uno de los dos socios del club
Por concepto de patrocinios, si en la temporada 2019 los Rieleros lograron recaudar 15 millones de pesos, para 2021 con trabajos sumaron 6 millones.
Entre otros ajustes, como la contratación de pasantes o recién egresados de distintas carreras para hacer las labores administrativas del equipo, Rieleros también redujo los sueldos de los peloteros 20 por ciento; a cambio va a concentrarlos a todos en un hotel que les dio una tarifa preferencial por las habitaciones y alimentos incluidos.
De esa manera, los jugadores no gastarán en rentar departamentos ni en comidas, con lo cual el equipo está tratando de compensar lo que les quitó.
“Reconozco que en algunos momentos me he preguntado qué estoy haciendo en este negocio donde pierdo o salgo tablas, pero en la LMB ya se hicieron cosas positivas, como contratar a una empresa (AYM Sports) para que produzca las señales de televisión de todos los juegos y así poder vender como liga la señal a diferentes televisoras nacionales, de paga y abierta, y también a las locales. Esperemos que eso sea un éxito y que en el corto plazo la LMB sea autosustentable y ese dinero sea para los clubes».
Eustacio Álvarez, uno de los dos socios del club
Pero lo que para Álvarez puede ser un beneficio, para los Diablos Rojos es una pérdida más. La novena escarlata le vendía los derechos de transmisión a la cadena SKY por 6 millones de pesos anuales. Como la LMB se apropió de ellos, será otro monto que no entrará a las arcas del club.
Golpe a la economía local
El caso de los Pericos de Puebla se distingue de los demás porque en este club a los jugadores no les bajaron el sueldo y cobrarán los mismo que devengaron en 2019.
Apenas desde 2019, el equipo es propiedad del empresario José Miguel Bejos; así que tras haber jugado su primera temporada tuvieron que poner pausa por la pandemia en 2020.
El pago de la franquicia, las remodelaciones que se hicieron al estadio Hermanos Serdán y la inversión para adquirir jugadores de buen nivel para tener una novena competitiva lo hicieron consciente de que tardaría el retorno del dinero. La pandemia alargará dos o tres años más ese periodo.
“La incertidumbre de no saber si vas a jugar con gente nos ahuyentó a los patrocinadores que en 2019, al igual que los aficionados, respondieron muy bien. El beisbol es un deporte muy local. Son tantos juegos en casa que genera una economía local. Como este deporte no es relevante en la televisión los patrocinadores te piden estar presentes en el estadio ofreciendo sus productos y servicios.
“Ahorita ya sabemos que abriremos con 30 por ciento y estamos retomando las pláticas para ver qué cerramos. Yo soy un loco de esto, me fascina el beisbol y eso es un problema grande porque cuando te gusta esto, cuesta. Se toman muchas decisiones con base en la pasión y no en que es un negocio. Pese a las pérdidas, yo no me arrepiento de ser dueño de un equipo y no está en riesgo el equipo ni su permanencia en Puebla”.
José Miguel Bejos, dueño de Pericos
A Pericos de Puebla esta campaña le costará unos 60 millones de pesos, y si califican a playoffs tendrían que desembolsar otros 10 millones.
Hasta el 15 de mayo, sólo 10 de los 18 equipos podrán jugar con gente en los estadios: Sultanes de Monterrey, con el 20 por ciento; Acereros de Monclova, Saraperos de Saltillo, Algodoneros de Unión Laguna y Águila de Veracruz, con el 50 por ciento de aforo; Guerreros de Oaxaca, Leones de Yucatán, Tigres de Quintana Roo y Pericos de Puebla, con el 30 por ciento.
El Ciudadano / Agencia APRO