Fue obligado a renunciar el director de la Policía Estatal Preventiva (PEP), Julián Palomar del Valle. Una ola expansiva lo alcanzó tras el arresto la noche del martes por elementos del ejército de Juan Carlos N, quien fuera jefe de la base de operaciones del municipio de Esperanza hasta su detención por elementos del Ejército en posesión de un arma y una cantidad considerable de estupefacientes.
Julián Palomar del Valle, procedente Morelos, laboró durante algunos años en el departamento de bomberos; en su gestión, algunos subordinados señalaron que lucraba con el agua y el combustible de las pipas, así como con cursos, tal como lo reportó en su momento Ángulo 7.
Palomar del Valle ocupó su cargo en la Policía Estatal a principios de 2019, en sustitución de Óscar López Sánchez.
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De acuerdo a otros elementos de la corporación policiaca, Palomar del Valle habría sido advertido en más de una ocasión sobre el comportamiento poco confiable de Juan Carlos N, a lo que habría hecho caso omiso, tolerando la permanencia del mencionado elemento pernicioso.
Es importante recordar que durante su conferencia matutina de prensa de ayer miércoles 26 de mayo, el gobernador Miguel Barbosa Huerta hizo referencia al “hecho bochornoso” y dejó claro que ordenaría una revisión a fondo de las bases de la policía estatal, dejando claro que valoraría la permanencia en la dependencia de elementos que no pasaran los controles de confianza. El mandatario lanzó la siguiente declaración contundente:
“Yo no voy a jugar a solapar a ningún cabrón que venga a comprometerse de manera individual con la delincuencia”.
Miguel Barbosa Huerta
Esta destitución engrosa una lista creciente de perfiles despedidos de la Policía Estatal de Puebla, entre los cuáles fue Raciel López Salazar –hoy exiliado en su notaría chiapaneca- el de mayor repercusión, toda vez que arrastró consigo una considerable cantidad de funcionarios chiapanecos.