Libro recomendado: Vivir de la basura, de Carlos Gallegos

"El contexto es el Gran Buenos Aires y uno de sus gigantescos vertederos, cuyas puertas se abren regularmente para que un no tan pequeño ejército de seres humanos ingrese, escarbe y encuentre desde alimentos a ropa, herramientas y/o monedas".

Libro recomendado: Vivir de la basura, de Carlos Gallegos

Autor: Absalón Opazo

En “Vivir de la basura”, el escritor argentino Carlos Gallegos (1966) indaga en un aspecto que ha acompañado desde siempre a las civilizaciones humanas: los recolectores y recolectoras de desechos. En este caso, el contexto es el Gran Buenos Aires y uno de sus gigantescos vertederos, cuyas puertas se abren regularmente para que un no tan pequeño ejército de seres humanos ingrese, escarbe y encuentre desde alimentos a ropa, herramientas y/o monedas.

Se trata de verdaderas montañas de basura, desde cuyas cimas se puede observar la ciudad galopante, con sus modernas carreteras y sus avisos publicitarios. En este duro entorno, emerge en la poesía de Carlos Gallegos la humanidad con toda su grandeza y luz, pero también su reverso: el puñal de la pelea, el crimen, y de fondo, el sistema y sus miserias.

Sin embargo, prevalece una mirada esperanzadora sobre la persistencia del espíritu y temple humanos. En algunos círculos se denomina a esto “resiliencia”, pero tras la lectura de los poemas que componen “Vivir de la basura”, da la sensación que se trata de otra cosa, como todo lo que tiene que ver con el lenguaje poético, y en ese sentido, hay en el libro una amplitud y profundidad que Gallegos va revelando con gran oficio, transitando hábilmente por lo tenebroso del sentido común.

Uno encuentra de todo entre la basura pero nada que lo salve.
Todo viene a parar aquí de algún modo.
Para mí la vida tiene acá su desembocadura
dice Pedro
mientras hojea una biblia a la que le quita de encima
restos de comida.
Luego espanta a unos perros que comen
una pierna aparentemente humana (…)

Piensan que soy pobre dice Raquel Gómez
porque junto cosas en el vertedero

cosas que mis hijos limpian y cuando están relucientes
venden en la feria de Dominico.
Ellos deben tener esa oportunidad que yo no tuve (…)

En este volumen, la crónica cruda y dura se ve fortalecida por lo lírico-poético, alcanzando altos momentos. A la pobreza material del ambiente, el poeta contrapone toda una riqueza humana, conteniendo por ese solo hecho una potente crítica social que marca su latencia página tras página.

La noche que Flores se abrió la mano con una lata
lo llevaron al Eva Perón en un camión recolector.
Hubo que ensayarle un torniquete con un trozo de cable de teléfono
lidiar con lo que no se espera
con la negligencia que da la desigualdad (…)

Joaquín Gálvez compacta el plástico según los colores.
Los fardos de chatarra le hacen de pared
al techito bajo de su casa.
A la sombra de una bombita que apenas ilumina
trabajan durante la noche.
Clasifican los materiales que luego partirán
hacia las fábricas.
Soy un elefante demasiado viejo
y ya encontré mi lugar donde morir, dice (…)

En los tiempos actuales, se agradece encontrar poesía que exponga estos “ejercicios de crueldad” en los que se han convertido nuestras sociedades, que en sus avances antropófagos van dejando un reguero de perdedores y marginados largamente invisibilizados y estigmatizados. Así, frente esta Historia que suele dejarlos fuera, surge la labor fundamental de los poetas, en cuanto a mantener viva la oralidad del relato de la belleza y la dignidad en la condición humana.

Sobre este punto, Pablo Ravale, lector de la obra de Carlos Gallegos en Argentina, señala: “Todo el libro está teñido por una lectura filosófica-sociológica con tintes de opinología callejera, acompañada del lenguaje más directo y evocador (…) En cada relato asoma una evaluación profunda y a veces cruda de las cosas, contada con un estilo que resulta entrañable y exquisito en lo no solemne y común (…) Más allá de su prosa admirable, en la cualidad emocional de casi todo lo que ve y luego pasa a palabras, en particular la rebeldía romántica que se cuela por sus análisis de la alienación inherente al individuo masificado, institucionalizado, consumista y satisfecho”.

“Vivir de la basura” de Carlos Gallegos fue publicado en Chile por Ediciones Periféricas de Valparaíso, que antes había publicado, del mismo autor, las plaquettes “Animales sueltos” y “Dios me dio la bendición de ser ateo”.

Los interesados en adquirir “Vivir de la basura”, pueden escribir a [email protected]


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