La convocatoria de los sindicatos alemanes llenó las calles de Berlín y fue en protesta por las medidas económicas tomadas para atenuar la crisis económica neoliberal y exigir un nuevo plan de estímulo. También salieron a la calle trabajadores de Praga y Turín.
Una de las convocatorias más grandes ocurridas en Europa ocurrió este fin de semana en Berlín: Cien mil personas participaron de la protesta contra las políticas económicas neoliberales y exigieron un nuevo plan estatal de estímulo económico.
La convocatoria fue hecha por la Federación Alemana de Sindicatos (DGB). Frank Bsirske, dirigente de los sindicatos del sector público, consideró que el nuevo plan de reactivación debería rondar los 100.000 millones de euros.
Tras la marcha, el presidente de la DGB, Michael Sommer, exigió el cambio de curso en los lineamientos económicos y otro plan de estímulo económico.
El gobierno de Merkel ya ha aprobado dos planes para paliar la crisis económica neoliberal, los que no se salen de los márgenes del modelo económico. Lo que ha significado que el Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania cayó casi un siete por ciento en los últimos doce meses. La cesantía en el país germano es del 8%.
“Si no actuamos habrá consecuencias para la democracia y la paz social”- señaló Sommer, quien acusó además un fracaso total en la lucha contra el impacto socio-económico de la crisis de parte del gobierno de Merkel.
Los sindicatos alemanes temen que el desplome del comercio internacional agrave la crisis en la industria, lo que provocaría despidos masivos. Por ello demandan un control estatal más riguroso de empresarios, bancos y de los mercados financieros a nivel internacional. También exigieron más co-gestión con los trabajadores y un aumento general de los salarios.
En tanto, el dirigente del sindicato de los trabajadores metalúrgicos IG Metall, Berthold Huber, exigió del gobierno más créditos y apoyo financiero para proteger las industrias claves de Alemania.
PRAGA Y TURÍN
Pero no sólo en Alemania este fin de semana se protestó. También salieron a la calle los trabajadores de Praga y Turín.
En Praga, unos 20 mil trabajadores checos y de otros países participaron de la convocatoria de los sindicatos europeos para exigir que los Gobiernos prioricen el mantenimiento del empleo. La protesta finalizó ante el castillo que es la sede de la presidencia de turno de la Unión Europea.
En tanto que en Turín, al norte de Italia, la convocatoria fue seguida por más de 10.000 trabajadores de Fiat, los que exigen que no se cierre alguna planta del grupo automovilístico. La firma está en un proceso de consolidación tras su acuerdo con la firma estadounidense Chrysler y los contactos con GM para adquirir la alemana Opel.
El Ciudadano