Casi 5% de las menores de edad en Argentina están casadas o viven en pareja con hombres que tienen, en su mayoría, entre 10 y 15 años más de edad. Los datos fueron revelados por un informe de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) con apoyo de un programa de Naciones Unidas contra la violencia a las mujeres.
Cuando la fotoperiodista y activista estadounidense Stephanie Sinclair presentó su reconocida exposición «Too Young to Wed» (Demasiado joven para casarse) en Buenos Aires, en diciembre de 2014, quienes no se imaginaban próximos al tema salieron impactados. Las obras retratan a niñas y adolescentes obligadas a contraer matrimonio en diversas partes del mundo, y la inclusión de jóvenes argentinas fue una revelación.
«Vimos un pequeño salón donde había casos de América Latina y vimos que estaba Argentina representada. Entonces estudiamos el tema desde el punto de vista del censo de población –el último que se hizo en el país fue en 2010– y vimos que había un porcentaje interesante de 310.000 menores de 18 años, de los cuales más de dos tercios eran mujeres», dijo Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).
Casi 5% de las argentinas menores de edad están casadas o en situación de convivencia con hombres, que en su mayoría tienen entre 10 y 15 años más que ellas. Entre los varones menores casados, se descubrió que la diferencia de edad con sus parejas era de uno o dos años, explicó la médica feminista.
FEIM elaboró un estudio diagnóstico cuantitativo-cualitativo, en el marco del Proyecto Matrimonios y Uniones Convivenciales en la Argentina, que se desarrolla desde octubre de 2019 con el apoyo del Fondo Fiduciario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Eliminar la Violencia contra la Mujer.
«Queríamos tener los datos de 2020 pero lamentablemente no hubo censo todavía por la pandemia, por lo tanto no pudimos comparar, pero creemos que han aumentado, no disminuido. Para nosotros es importante determinar cómo es la distribución y cuáles son los factores determinantes para ver si podemos hacer recomendaciones de cómo se puede prevenir», explicó Bianco.
El informe detalla que el matrimonio y las uniones convivenciales infantiles se consideran pertenecientes al ámbito familiar y privado, por lo cual los mandatos culturales y ancestrales existentes aún en muchas provincias donde son inflexibles los estereotipos de género propician su persistencia y naturalización.
En la Argentina, al menos una de cada seis mujeres tiene su primer hijo antes de cumplir los 19 años y 69% de esas adolescentes no planearon ese embarazo, según el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA). En el estudio de FEIM, las provincias de Misiones, Chaco y Formosa, en la zona norte de Argentina, lideran en cifras de niñas y adolescentes madres que viven en matrimonio o convivencia.
«En nuestro país la ley exige que tengan, para casarse, 18 o más años. Pero la verdad es que esto tiene excepciones. Donde hay comunidades con determinados hábitos y costumbres, tendremos que atender a eso de forma distinta a los que haya en una zona urbana», elaboró.
La fundadora y presidenta de FEIM desde 1989, dio dos ejemplos muy diversos de zonas donde detectaron altos casos. Uno, en departamentos de la provincia de Salta en su zona limítrofe con la provincia de Formosa, donde viven comunidades de pueblos originarios wichi; mientras que otro caso diferente fue el de colectividades menonitas, tradicional movimiento del protestantismo cristiano anabaptista, en la provincia de La Pampa.
Demasiado jóvenes para casarse
En el conjunto de los países menos desarrollados, 40% de las mujeres contraen matrimonio antes de los 18 años, y 12% antes de los 15 años, según el Fondo de Población de la ONU. De acuerdo a la ONG Too Young to Wed, creada por Stephanie Sinclair, una menor de edad es casada contra su voluntad cada dos segundos en el mundo.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), hacia 2020 habría cerca de 900 millones de mujeres en el mundo que se casaron siendo menores de edad. De acuerdo al Banco Mundial, 15 millones de niñas son casadas anualmente en el planeta. El problema sigue afectando mayoritariamente el continente africano, pero América Latina es la única región que no ha logrado reducir la proporción.
Un 30% de la deserción escolar femenina en nivel secundario se da porque las adolescentes se casan. Erradicar el matrimonio infantil reduce el embarazo precoz y el crecimiento poblacional en los estratos más pobres.
El matrimonio infantil viola acuerdos internacionales, como la Convención sobre los Derechos del niño y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres.
Según investigaciones del Centro Internacional para la Investigación sobre la Mujer —ICRW, por sus siglas en inglés—, las mujeres se casan antes de los 18 años son más propensas a sufrir violencia doméstica que quienes lo hacen después de esa edad y con frecuencia muestran síntomas de abuso sexual y estrés postraumático, como sentimientos de desesperación, desamparo y depresión severos.
Cortesía de Francisco Lucotti Sputnik
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