“Un 18 de Mayo”
Al interior de Antuco
en la alta cordillera
en mayo 2005
en el refugio Los Barros
caían plumillas de nieve
y soplaba brisa fuerte
cuando el Mayor a la tropa
nos ordenó la dura marcha
deseando Buena Suerte.
De madrugada ese día
dos compañías formamos
frente al emblema patrio
esperando avanzar.
Con el fusil en manos
y mochila a la espalda
escuchamos al Comandante
“de frente mar”.
Retumbaron los bototos
como trueno en la tormenta
con marcial compás,
poco a poco nuestros pasos
irían quedando atrás.
Con la mirada fija en el camino
muchos nevados kilómetros
tendríamos que andar,
el albergue La Cortina
era nuestro único destino
donde debíamos llegar.
Pero a medio andar la naturaleza
rugió con gran fiereza
con fuerte temporal.
Completamente desorientados
con el viento blanco
nada podíamos ver
nuestros ojos se nublaron
comenzamos a desfallecer,
nuestros pies entumecidos
no se podían mover
la nieve nos cubría
empezamos a caer.
Muchos que caímos
no nos volvimos a levantar
pese al esfuerzo del Sargento
y otros compañeros mas
que nos intentaron reanimar.
Mas con gran pena y muchas lagrimas
se tuvieron que conformar
con cerrarnos los ojos y decir:
“ADIOS COMPAÑERO
DESCANSA EN PAZ”.-
Los fallecidos fuimos quedando atrás
Incluido el valeroso Sargento
Morimos congelados por el viento
Del fiero temporal, en Antuco
En los alrededores del Volcán.
Ahora, nosotros jóvenes mártires
de esta trágica marcha que caímos
en Servicio Militar
estamos investidos
como Héroes de la Paz.
Fuimos cuarenta y cinco chilenos
que siempre nos recordarán,
que siempre nos recordarán
que siempre nos recordarán.
Bruno Bernal Díaz
Poeta y deportista porteño