La hidrocarburífera Equinor anunció la inminente perforación ‘offshore’ en el corredor biológico del Mar Argentino —candidato a zona marina protegida—, a 250 km de la costa argentina y 500 km al sur de Uruguay. Según la organización ambientalista internacional Greenpeace, los estudios señalan que la probabilidad de derrame de petróleo es del 100%.
La explotación de hidrocarburos offshore está a punto de comenzar en Argentina. La primera de 18 áreas de exploración adjudicadas durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) a nueve consorcios de empresas en tres cuencas del Mar Argentino ya obtuvo el visto bueno de la Secretaría de Energía de la actual administración y espera ser aprobado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable nacional.
En enero de 2021, la empresa argentina de hidrocarburos YPF, controlada por el Estado nacional, anunció su acuerdo con la multinacional Shell, de capitales británicos y holandeses, para las exploraciones que operará la noruega Equinor en el bloque 100 de la Cuenca Argentina Norte (CAN), frente a las costas de la provincia de Buenos Aires. Equinor presentó recientemente el aviso de proyecto, lo que volvería inminente las primeras perforaciones.
«Próximamente comenzaría una exploración petrolera, porque lo primero que van a hacer es perforar y ver dónde van a sacar. Esto es un problema porque es una zona donde esta actividad no tiene presencia, no hay bloques petroleros en la costa de Buenos Aires», dijo Luisina Vueso, coordinadora de la campaña por la protección del Mar Argentino de la organización ambientalista internacional Greenpeace.
El bloque CAN 100 comprende 15.000 km2, 75 veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires, por lo que es el más grande de la Cuenca Argentina Norte, con diferentes zonas de entre 200 y 4.000 metros de profundidad. Se ubica a 250 km al este ciudad balnearia de Mar del Plata, principal destino turístico de la provincia de Buenos Aires, y a 500 km al sur de la nación vecina de Uruguay.
La CAN se encuentra sobre el talud continental, el principal corredor biológico del Mar Argentino, zona identificada en 2014 por un grupo de los principales científicos marinos designados por el Ministerio de Ambiente como candidata a área marina protegida por su relevancia para los ecosistemas marinos y para la conservación de la biodiversidad.
«Es la zona más productiva del Mar Argentino, muy rica en biodiversidad, donde mucha de nuestra fauna va ahí a alimentarse, un verdadero vivero. Es increíble que, en el contexto de crisis climática que estamos viviendo y las promesas de ambición climática, esto esté pasando. Los estudios que existen hablan de probabilidades de derrame de 100%, con lo que implicaría eso para las comunidades costeras, que viven del mar, del turismo o de la pesca», alertó la activista.
La ONG realizó un pedido de información pública para conocer el análisis que está realizando el Ministerio de Ambiente, como autoridad competente, sobre el impacto que implica esta perforación.
A contramano del mundo
«Es bastante contraria a la dirección en la que está yendo el mundo. Muchos países han puesto una fecha de caducidad a la actividad offshore y moratorias a los bloques activos diciéndoles que en 2025 tienen que retirarse y que no van a entregar nuevas licencias», comentó Vueso.
Equinor define estándares para la perforación offshore que ejecuta en su país de origen, pero la exploración petrolera en esta región del Mar Argentino no se ajusta a sus propia vara, afirma Greenpeace.
De acuerdo a estimaciones realizadas por Rystad Energy —empresa independiente de investigación energética e inteligencia empresarial con sede en Oslo, Noruega—, a partir de 2026 la demanda de petróleo descenderá considerablemente a nivel mundial.
«El Ministerio de Ambiente tiene en sus manos la posibilidad de frenar su expansión con argumentos que sobran. Una vez que arrancan va a ser muy difícil frenarlos», destacó la especialista en economía del desarrollo.Se desconoce si bajo el Mar Argentino existe una roca madre generadora de hidrocarburos, así como su espesor y calidad. Las suposiciones radican en la relación geológica entre la costa argentina y la africana, donde hay explotaciones exitosas.
Las primeras exploraciones se realizaron a finales de la década de 1960 y se han realizado más de 130, pero en su enorme mayoría en profundidades menores a los 150 metros, con excepciones en el norte de las Islas Malvinas.
Las 13 empresas adjudicatarias de las 18 áreas de exploración sobre 225.000 km2 de superficie marítima del Mar Argentino —siete en la Cuenca Norte, nueve en la Cuenca Malvinas Oeste y dos en la Cuenca Austral—, contarán con un período máximo de hasta 13 años para realizar las actividades exploratorias de los bloques más profundos y de 11 años para las áreas más cercanas a la costa.
Estas actividades incluirán la perforación de al menos dos pozos y, durante el transcurso de estos permisos de exploración, las empresas podrán solicitar la concesión de explotación de esas áreas por un periodo de 35 años.Las organizaciones ambientalistas impulsan un Tratado Global por los Océanos en la Organización de Naciones Unidas (ONU), que en agosto de 2021 tendrá su última reunión de negociación. Permitiría la creación de santuarios marinos en aguas internacionales para proteger estos ecosistemas vulnerables que han sido devastados por la sobreexplotación.
«Nosotros estuvimos haciendo algunas simulaciones. En caso de derrame, teniendo en cuenta la profundidad, las corrientes y los vientos en cinco o seis días podría llegar a la costa atlántica y se extendería incluso hasta Uruguay», advirtió.
Cortesía de Francisco Lucotti Sputnik