En 1992, Julio César Chávez paralizó a México cuando enfrentó al boxeador puertorriqueño, Héctor «el Macho» Camacho por el campeonato mundial súperligero del Consejo Mundial de Boxeo. Al final, tras ganar por decisión unánime, el mexicano elevó su récord a 81 victorias sin derrotas y se ganó el título de mejor boxeador del mundo.
Anoche, en pelea de exhibición, Julio César Chávez dijo adiós a los cuadriláteros en una pelea de exhibición ante el hijo del «Macho» Camacho.
Lejos, muy lejos de la calidad que tuvo su padre, un «Macho» jr. pasado de peso se dedicó a más a correr y abrazar que a lanzar golpes. Julio, por su parte, mostró que aún le queda movilidad y que todavía puede conectar su legendario gancho al hígado con efectividad.
Hubo momentos de emoción, como cuando Chávez acorraló al «Machito» en una esquina y lo golpeó a placer como en aquel épico nocaut ante Meldrick Taylor en 1990.
Antes del cuarto y último round, Chávez se despojó de la careta protectora propia de los combates de exhibición, pero su rival no aceptó el reto.
Al final, Chávez dominó y se fue entre aplausos de la afición tapatía que ocupó el aforo permitido en el estadio Jalisco de Guadalajara.
En el centro del ring, el «César del boxeo» se fundió en un abrazo con el «Canelo» Álvarez, el mejor boxeador mexicano de la actualidad y considerado el mejor libra por libra del pugilismo de paga por muchos expertos.
Lejos quedó el pleito de otras exhibiciones como la que hace algunos meses dieron Mike Tyson y Roy Jones; Chávez dijo que fue su última vez, pero lo ha dicho antes y ha vuelto, y con la movilidad y aguante que mostró en esta ocasión, no sería aventurado pensar en un próximo pleito de exhibición.
El Junior no pudo con la Araña
En la semifinal, a ocho rounds, Julio César Chávez junior mostró de nueva cuenta lo lejos que está de su padre. En un combate a ocho rounds cayó derrotado ante el brasileño Anderson Silva, «The Spider».
Si bien el sudamericano solo tiene un par de peleas como boxeador profesional, es una leyenda en las Artes Marciales Mixtas. Posee los principales récords de la UFC en cuanto a defensas y más tiempo como campeón y es considerado por muchos el mejor peleador de MMA en la historia del deporte.
Esta noche mostró una gran condición física y buenos golpes, aunque con una defensa muy deficiente. Fue extraño ver a Silva imposibilitado de realizar sus maniobras letales del jiu-jitsu o sus patadas de artes marciales, pese a ello, ganó de forma merecida por decisión dividida con todo y que tiene diez años más que su rival.
Por su parte, Chávez jr. tiene 36 y muy lejos quedan las noches de gloria como cuando se coronó campeón mundial de peso medio. Además, el hijo de la leyenda deberá pagar una multa de cien mil dólares por pasarse del peso establecido para la batalla.
Omar y Ramón cierran su trilogía
También integró la cartelera el otro hijo de Chávez, Omar, quien fue derrotado ante el hermano mayor de Saúl Álvarez, Ramón, apodado el Inocente, quien le dio una paliza para dar cierre a una trilogía que se encontraba empatada un triunfo por esquina, tras las pelas en 2014 y 2017.
La pelea estuvo pactada a ocho episodios.
Al final, Julio César Chávez, a sus 58 años, mostró que es más capaz que sus hijos de seguir dando un buen espectáculo. Ayer fue una pelea de exhibición, pero en la memoria de muchos aún queda el recuerdo de las grandes noches de Julio César Chávez, el imbatible campeón mexicano de la década de los 90.