Al menos dos personas murieron y otras veinte están desaparecidas tras un alud de barro ocurrido en Atami, ciudad japonesa situada a poco más de 100 kilómetros de Tokio.
El evento natural arrastró casas, vehículos y buena parte del mobiliario urbano. La tragedia se produjo en medio de una temporada de lluvias récord, con acumulados que superan los 550 milímetros en poco más de 48 horas, reseñó el diario Clarín.
«Dos personas se encuentran en estado de paro cardiorrespiratorio», dijo a la prensa el gobernador local Heita Kawakatsu, utilizando la fórmula común en el país para indicar una muerte antes de la confirmación por parte de un médico.
Explicó que «la tierra cedió bajo lluvias torrenciales» creando un río de lodo que «arrasó casas y habitantes» y cortó una carretera nacional.
El dramático episodio se produjo a las 10.30 hora local del sábado. «Escuché un terrible ruido, y ví como descendía un muro de barro, mientras algunos trabajadores urgían a la gente a evacuar. Yo también corrí para ponerme a salvo en altura», relató un testigo a la cadena pública japonesa NHK.
«Cuando volví, habían desaparecido casas y automóviles» agregó. En distintos videos tomados por los vecinos se pudo ver cómo el gigantesco alud de barro se llevó por delante edificios enteros, vehículos y parte del tendido eléctrico y de la calzada de Atami, un popular destino turístico por sus «onsen» o baños termales japoneses.
Los rescatistas lograron recuperar los dos cuerpos, que fueron arrastradas por el barro hasta la zona portuaria de la ciudad. Mientras tanto, sigue la búsqueda de otras 20 que fueron consideradas como desaparecidas tras el alud.
El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, afirmó que se movilizarán «todos los recursos posibles» para tratar de hallar a los desaparecidos y asistir a las víctimas, en declaraciones a los medios locales una reunión de emergencia.
Las autoridades locales también ordenaron la evacuación de unas 20.000 personas en Atami y de varios miles más en diferentes zonas del sudoeste de Japón, mientras que las prefecturas de Shizuoka, Kanagawa y Chiba siguen bajo la máxima alerta meteorológica.
El alud se produjo en plena temporada de lluvias en Japón, que suelen provocar inundaciones y corrimientos de tierra.
Cerca de 800 milímetros cayeron desde el pasado jueves hasta este sábado en la prefectura de Kanagawa, al sudoeste de Tokio, mientras que en Shizuoka se registraron más de 550 milímetros.
Las intensas lluvias también causaron interrupciones en la red de transporte ferroviario, con suspensiones temporales de los servicios de alta velocidad Shinkansen entre las estaciones de Tokio y Shin-Osaka, además de otras líneas locales, según informaron las compañías operadoras.
La Agencia Meteorológica de Japón alertó del riesgo de que se sigan produciendo inundaciones y desplazamientos de tierra durante el fin de semana en la costa occidental del país, que se encuentra en plena temporada estival de lluvias, y ante las previsiones de que continúen las precipitaciones torrenciales.
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