Los enfrentamientos ocurridos en Sudáfrica entre manifestantes y fuerzas de seguridad tras la detención del expresidente Jacob Zuma han dejado hasta ahora un saldo de 72 muertos y más de 1.200 detenidos, informó la noche del martes la policía.
De acuerdo con los últimos datos ofrecidos por el cuerpo de seguridad, se habían contabilizado 72 víctimas mortales, 45 en la provincia de Gauteng (donde se ubican las ciudades de Johannesburgo y Pretoria) y 27 en la provincia oriental de KwaZulu-Natal. Además se han registrado 1.234 detenciones.
Según los medios de prensa locales, entre las razones de los enfrentamientos están los reclamos por la pobreza y la desigualdad, las que han convertido estos sucesos en los peores disturbios del país en años, desde el fin del régimen del apartheid.
Muchas de las muertes ocurrieron en estampidas caóticas cuando decenas de personas saquearon alimentos, electrodomésticos, licor y ropa de los centros minoristas, informó el primer ministro de la provincia de KwaZulu-Natal, Sihle Zikalala.
La violencia fue desencadenada por el encarcelamiento del exmandatario Zuma cuando sus partidarios salieron a las calles la semana pasada, pero la situación ha ido en aumento en los últimos días, en un contexto en el cual los efectos económicos de las restricciones por la pandemia de la Covid-19 han exacerbado los problemas.
El ministro a cargo de las fuerzas de seguridad, Bheki Cele, destacó que la mayoría de los arrestos ocurrieron en Johannesburgo.
Por su parte, el presidente Cyril Ramaphosa anunció el lunes que enviaría tropas para ayudar a las fuerzas policiales a detener los disturbios y «restaurar el orden».
El expresidente Zuma, el pasado 29 de junio, fue condenado a 15 meses de cárcel por desacato judicial, al negarse repetidamente a declarar en un caso en su contra por corrupción.
Aunque el propio exmandatario se entregó pacíficamente a las autoridades a última hora del pasado miércoles, las primeras protestas se produjeron como muestra de apoyo a Zuma, en forma de cortes de carreteras.
Los disturbios se producen en el peor momento de una agresiva tercera ola de casos de la Covid-19 en el país, que es el más golpeado por la pandemia de toda África, con unos 2.200.000 contagios y unas 64.000 muertes.
Por otra parte la refinería más grande de Sudáfrica suspende sus actividades
La refinería de petróleo más grande de Sudáfrica, situada en la provincia de KwaZulu-Natal y dirigida por Sapref, empresa conjunta de Royal Dutch Shell y BP, suspendió sus actividades debido a las preocupaciones de seguridad y problemas logísticos surgidos en medio de los continuos disturbios en el país.
La instalación, que produce diariamente 180.000 barriles de combustible, se cerró «debido a los disturbios civiles en curso y la interrupción de las rutas de entrega y suministro», declaró la compañía a Bloomberg. La decisión se tomó después de una cuidadosa consideración de los riesgos presentes, incluida la seguridad de los trabajadores y la necesidad de operar sin un suministro confirmado, explica la empresa.
La violencia generalizada registrada en los últimos días en el país llevó a retrasos en el abastecimientos de distintas mercancías. Así, por ejemplo, Sasol Ltd., fabricante local de productos químicos y combustibles, informó de interrupciones en las entregas a los clientes.
Cortesía de RT y Telesur
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