Gustavo Rodríguez, el “Padre Gus”, conocido como “el cura del morral”, murió el 24 de junio víctima de cáncer en los pulmones. Luego de que la Arquidiócesis de Puebla confirmara oficialmente el fallecimiento, la red social se inundó de pronunciamientos por su partida.
El coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana e impulsor de la carava migrante “Antorcha Gualadapuna” hacia la catedral de San Patricio, en Nueva York murió a los 75 años de edad y 48 años de sacerdocio. Los últimos 30 años los dedicó a defender los derechos migrantes.
Él consolidó la parroquia de la Asunción –de la que era el párroco–, en un refugio para mexicanos y centroamericanos, en tránsito hacia Estados Unidos, en busca del “sueño americano” a quienes arropaba, seguro que era un deber cristiano. “Cada caminante es un Cristo. Jesús fue migrante por excelencia”. Yo veo en cada hermano o hermana migrante la cara de Jesús”, decía.
Pero “El Padre del morral” tuvo un alcance mayor, su voz fue un contrapeso contra el discurso y la narrativa oficial de xenofobia, intolerancia y discriminación que busca criminalizar a las minorías y denostar al migrante-pobre, por el hecho de serlo.
Esta semana, nuestra sección de mini documentales está dedicada al activista y sacerdote, Gustavo Rodríguez, recientemente fallecido en Puebla.
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