«La muerte te tocó con su campana, te salió en el camino, te llamó, mientras en una esquina de la vida una muchacha cantaba tu canción» (Gitano Rodríguez)
1.- El trabajador debe tener claro que solo tiene derecho a indemnización si el despido es por el artículo 161 del Código del Trabajo, en cuyo caso le corresponde un mes por año de servicio y fracción superior a seis meses. En términos generales para calcular el pago de la indemnización debe considerar todos los ingresos fijos mensuales en su remuneración imponible, con la excepción de las asignaciones familiares y el pago de horas extras.
Tenga siempre presente que no existe el despido verbal ni telefónico, por lo que si le ocurre algo así, siempre debe presentarse en su lugar de trabajo. Si no le dejan entrar debe apersonarse en la Inspección del Trabajo correspondiente al domicilio de la empresa y colocar el reclamo por despido injustificado. Si está cerrada la inspección pueden colocar el reclamo en línea en www.dt.gob.cl.
Las causales de término de contrato de los artículos 159 y 160 del Código del Trabajo no dan derecho a indemnización, pero aún en este caso deben notificarle de que el pago de sus cotizaciones previsionales se encuentra al día, ya que de lo contrario el despido no aplicará hasta el momento en que el empleador certifique que dicho pago previsional está hecho. Ojo, no solo deben estar declaradas las imposiciones también deben estar pagadas efectivamente, de lo contrario el despido no es válido. No obstante, dicho pago de imposiciones no es requisito cuando el contrato termine por mutuo acuerdo de las partes, renuncia del trabajador o muerte del trabajador (números 1, 2 y 3 del artículo 159 del Código). Por eso es muy importante que aquellos compañeros que son llamados por su empleador para firmar renuncia o mutuo acuerdo, bajo el compromiso de que se pagará una indemnización voluntaria, deben estar muy alertas respecto del estado de sus cotizaciones previsionales. Esto lo pueden certificar solicitando en su AFP la cartola histórica.
2.- Me han pedido que haga pública una opinión por las primarias del domingo y cumplo con ello. No participaré pues no veo el reconocimiento que esperaba respecto de las demandas de la clase trabajadora. Ciertamente no votaría por algún representante de la derecha, que repiten hasta agotar su monserga de que son ellos o el comunismo. Eso de que hay en el país estado de derecho y que se debe dejar que las instituciones funcionen para enjuiciar y sancionar, es algo que ya no resiste el más mínimo análisis. A ellos nunca les han importado las demandas y aspiraciones de los más postergados y todo lo que digan en contrario es solo para cazar ilusos.
Tanto por el correo de la CGT como en los programas de radio diarios, muchos compañeros han hecho sentir sus preferencias por uno u otro de los candidatos de la izquierda. Les invito a ser consecuentes y participar activamente en esta primaria, dejándoles sí muy claro que este es un primer paso y que deberán ratificar su opción con el que gane en las elecciones presidenciales que se avecinan.
¿Por qué no votaré? Porque una lectura no acabada de los programas de gobierno de Jadue y Boric, no dan certeza de que se terminarán las inequidades más evidentes, vinculadas a los trabajadores.
No se menciona, por ejemplo, el término del contrato a honorarios que afecta a cientos de miles de trabajadores, particularmente en la administración pública. Tampoco se habla con claridad de una jornada continua de ocho horas diarias de trabajo, ni de la exigencia urgente de pagos por locomoción y colación. Solo de manera genérica se habla de eliminar el tope en el pago de la indemnización por años de servicio y terminar con el descuento del aporte patronal al seguro de cesantía. No hay un compromiso de establecer el derecho a sala cuna sin mínimo de trabajadoras por empresa, dentro de las cuestiones más importantes.
Todos quienes van a votar deben tener claro que este es un paso, pero que lo más importante sigue siendo obligación de ellos y está más allá de marcar un voto. Hay que seguir insistiendo en la educación de la clase y promoviendo la organización. Solo así el elegido profundizará en sus propuestas a los trabajadores. Si nos ven luchando organizados por lo nuestro tendrán que escucharnos. Y por supuesto hay que seguir haciendo esfuerzos para que la unidad se haga un ejercicio permanente y no solo sea un ejercicio para reunir votos.
Nuestra fuerza la Unidad Nuestra meta la Victoria.
Por Manuel Ahumada Lillo
Secretario CGT Chile
Pulso Sindical, 16 de julio de 2021