Los cambios generan resistencia y más aún si afectan los intereses de una poderosa minoría. La idea de un dólar digital respaldado por la Reserva Federal de EE.UU. entusiasma a muchos pero genera un fuerte rechazo en los círculos financieros de Wall Street.
El dólar estadounidense es la principal moneda de reserva mundial y la divisa más utilizada en el comercio internacional. Sin embargo, en la última década su dominio se ha visto seriamente amenazado por la aparición de las criptomonedas y, especialmente, del yuan digital chino.
Ante esta realidad, la Reserva Federal de EE.UU. ha iniciado una campaña para promover el desarrollo de un dólar digital que ‘modernice’ la divisa estadounidense y, sobre todo, ayude a preservar su hegemonía en la economía mundial.
Durante una audiencia celebrada la semana pasada en el Congreso, el jefe de la Reserva Federal (banco central), Jerome Powell, afirmó que el dólar digital eliminará la necesidad de utilizar criptomonedas o stablecoins (criptomonedas cuyo valor está determinado por un activo estable o una cesta de activos) para realizar transacciones.
«Usted no necesitaría stablecoins; usted no necesitaría criptomonedas si tuviera un dólar estadounidense digital (…) Creo que ese es uno de los argumentos más fuertes a su favor”, dijo el funcionario a los congresistas.
Powell además anunció que en septiembre la Reserva Federal publicará un informe que explicará en detalle cuáles son los riesgos y beneficios de implementar un dólar digital. El objetivo del documento es iniciar el debate y las consultas públicas sobre la moneda digital.
Defensores y detractores
La propuesta del dólar digital gana cada vez más apoyo en algunos círculos políticos de EE.UU. La posibilidad de contar con una divisa que haga los pagos más eficientes, especialmente los internacionales, resulta muy atractiva para muchos congresistas.
En junio pasado la senadora demócrata por Massachusetts, Elizabeth Warren, y el senador republicano por Luisiana, John Kennedy, expresaron estar abiertos a la idea.
Según Bloomberg, Warren y otros demócratas subrayaron el potencial que tiene el dólar digital para ofrecer servicios gratuitos a las familias de bajos ingresos que ahora pagan altas comisiones bancarias o están excluidas del sistema por completo.
Sin embargo, el dólar digital también tiene numerosos detractores. Incluso, dentro de la propia Reserva Federal.
Randal Quarles, uno de los gobernadores de la entidad, dijo en un documento dirigido a la Asociación de Banqueros de Utah y citado por CNBC, que «una CBDC (moneda digital respaldada por un banco central) de la Reserva Federal podría plantear riesgos significativos y concretos».
Entre los supuestos riesgos que ve el funcionario estaría la posibilidad de que las personas eviten a los bancos tradicionales y acudan directamente a la Reserva Federal para obtener la moneda digital. Según él, esto reduciría significativamente los beneficios que obtienen los usuarios de la competencia entre los bancos.
Además, alertó que una moneda digital podría ser víctima de ciberataques.
Otros de los argumentos que expresan los detractores de la moneda es que su implementación puede resultar muy difícil y costosa.
“Primero, el sistema de pago en dólares estadounidenses es muy bueno y está mejorando. En segundo lugar, los beneficios potenciales de una CBDC de la Reserva Federal no están claros. En tercer lugar, creo que el desarrollo de una CBDC podría plantear riesgos considerables ”, dijo Quarles en junio pasado.
A Wall street no le hace ninguna gracia
La oposición más fuerte al surgimiento del dólar digital proviene de los principales beneficiarios del status quo: los bancos.
Según Bloomberg, estas instituciones dependen de los 17 billones de dólares depositados en su arcas para financiar sus principales negocios y obtener ganancias de la diferencia entre los intereses que pagan a los ahorristas y los que cobran por los préstamos.Y la campaña para asustar a los usuarios ya comenzó.
Greg Baer, presidente del Bank Policy Institute, una organización que representa los intereses de la industria, alertó en un artículo publicado en abril que «que a los compradores de viviendas, empresas y otros clientes les resultará más difícil y más caro pedir dinero prestado si la Fed interfiere en el rol histórico que ha tenido el sector privado en las finanzas».
Otros economistas citados por Bloomberg también advierten de que un dólar digital podría desestabilizar el sistema bancario y es muy probable que eso ocurra.
Si los consumidores deciden pasarse al dólar digital, los bancos perderían su hegemonía sobre el sistema financiero y tendrían que buscar otras maneras de financiar los préstamos que ofrecen.
Ahora serán los congresistas estadounidenses los que tendrán que decidir entre modernizar el sistema financiero para que beneficie a un mayor número de personas y el dólar mantenga su dominio en la economía mundial, o sucumbir a los intereses de los grandes bancos y dejar todo como está.
Cortesía de Sputnik
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