1.- Una de las más importantes debilidades que dejó a la vista el estallido social del 2019 en Chile -con efectos y resultados aún por verse- es que no dispusimos de una organización sindical acerada y mayoritaria, que diera pautas claras y precisas a los trabajadores sobre el que hacer para ese momento y, al mismo tiempo, se mantuviera vinculada con organizaciones poblacionales, estudiantiles y sociales, con el objetivo de coordinar fuerzas y planificar acciones de movilización permanente, que nos pudieran habernos llevado hasta la convocatoria a una gran paralización nacional, instancia a la que debemos llegar con una propuesta y demanda clara -una suerte de Pliego de Chile– discutido previamente entre todas las orgánicas que buscan el cambio de sociedad.
Pese a lo excepcional del momento que se vivía, tal anhelo no se concretó porque no se hicieron mayores esfuerzos por intentar la unidad. Participamos en algunos ejercicios donde todos buscaban que se siguiera lo que proponían sin abrirse a escuchar al conjunto, y meses después nos pilló la pandemia que dejó a la vista no solo que no había coordinación para respuestas y orientaciones rápidas y claras, sino que puso al desnudo las falencias de las organizaciones sindicales, que entraron en una suerte de hibernación de la que muchas aún no salen.
2.- Débiles ejercicios de organización, poca y deficiente solidaridad, escasas propuestas, cero educación que ayude a entender lo que está pasando, son algunas de las deficiencias que han quedado a la vista. Cada organización hará sus lecturas, sin embargo, lo único visible es que parece no existir movimiento sindical organizado y solo aparecen algunos ejercicios individuales de orientación y apoyo que son absolutamente insuficientes, habida cuenta de la gravedad de lo que se está viviendo.
Y aquí salta la más importante de las preguntas ¿Cuál es la organización que estamos buscando? Nosotros, que nos definimos como miembros de la clase trabajadora, aspiramos a construir una organización que eduque a los trabajadores, promueva la organización en todas sus formas y encabece la lucha por las mejoras económicas y sociales que ha levantado nuestra clase. Una organización que utilice todos los instrumentos a su disposición para eliminar los vicios y las costumbres nefastas que el sistema capitalista ha instalado y validado entre los nuestros.
3.- Claramente requerimos de una organización que rompa con todas las formas y prácticas nefastas que han destruido la confianza, la fraternidad y la solidaridad entre los privados de casi todo. Una organización de trabajadores y trabajadoras conscientes, que cierre las puertas a todo aquello que pueda atentar contra sus intereses de clase. Una organización que combata sin pausas los silencios y las renuncias a las demandas históricas.
Para que un estallido social se sostenga y avance al paso siguiente, se requiere de una organización firme y poderosa que lo conduzca y los trabajadores deben ser parte de ella. No hay duda de que estamos al debe en este aspecto. De allí la importancia de educarnos para construir el instrumento y luchar por lo que de justicia merecemos, de lo contrario seguiremos esperando.
Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria
Por Manuel Ahumada Lillo
Secretario C.G.T. Chile
Publicado originalmente en Pulso Sindical el 22 de julio de 2021.