El derroche y la deuda oculta de Moreno Valle

Durante la administración del gobernador Rafael Moreno Valle hubo proyectos muy cuestionados, como la construcción del segundo piso de la autopista México-Puebla, y la privatización del servicio de suministro de agua, que fue concesionado a empresas privadas

El derroche y la deuda oculta de Moreno Valle

Autor: Alfonso Yáñez Delgado

El libro «La democradura en tiempos de Moreno Valle» abunda en la crítica a los manejos financieros del exmandatario, materializados en “proyectos faraónicos o de fachada mediante los cuales endeudaría al estado, de manera oculta, por casi un cuarto de siglo” (p.41)

Entre ellos se cuentan el Museo Internacional del Barroco, con un costo de 7 mil 280 millones de pesos (p. 155), así como el Centro Integral de Servicios, consistente en construir un inmueble para concentrar todas las oficinas de servicios gubernamentales, con un costo total (considerados los intereses) de 8 mil 111 millones de pesos, a pagarse en 23 años. (p. 43)

El gobierno de Moreno Valle otorgó recursos por cerca de 17 mil 311 millones de pesos a la empresa armadora alemana Audi, que se invirtieron en obras de infraestructura para su instalación en el municipio de San José Chiapa, así como en la construcción de una Ciudad Modelo para dar alojamiento a los trabajadores de la empresa (p. 159).

A cambio de este apoyo más que generoso, y de otros subsidios provenientes del gobierno federal, la empresa se comprometió a generar 3 mil 800 empleos, de los que sólo 2 mil 900 serían para mexicanos y el resto para trabajadores extranjeros (p. 161).

Entre otros proyectos muy cuestionados de la administración del exgobernador se cuentan la construcción del segundo piso de la autopista México-Puebla y la privatización del servicio de suministro de agua, que se concesionó a empresas privadas.

El Congreso local aprobó que tales empresas podrían fijar sus tarifas y los adeudos de los usuarios serían considerados “créditos fiscales”, por lo cual podrían ser motivo de embargo a los bienes de los usuarios; mientras que la deuda del sistema de aguas (SOAPAP), pasó a manos del gobierno estatal, situación que “se convirtió en el primer FOBAPROA poblano” (p. 97).

La administración morenovallista llegó al extremo de gastar 386 millones de pesos en las celebraciones de la Batalla de Puebla, principalmente en una película bastante mala, que “resultó un verdadero fracaso” y en un gran desfile organizado por la empresa Five Currents, “quien se llevó la jugosa cantidad de 162 millones de pesos para los festejos” (p. 65).

En cuanto a la mencionada película “Cinco de mayo: la batalla”, tuvo un costo de 80 millones de pesos por lo que ha sido una de las películas mexicanas más costosas hasta la fecha, además de que contiene escenas tendenciosamente procatólicas, a tono con la ideología panista.

El despilfarro del gobierno estatal incluyó la compra de lujosos helicópteros de los que, se dice, no fueron usados en realidad en beneficio de la sociedad poblana (p. 70).

Cabe añadir que el 3 de septiembre de 2020, el gobierno de Puebla, encabezado por Barbosa, anunció la venta de tres de esos helicópteros, adquiridos durante el periodo de Moreno Valle.

AVIÓN PRESIDENCIAL:

  • Se venden
  • Salen a la venta tres helicópteros adquiridos por Moreno Valle
  • Costosos helicópteros que adquirió Moreno Valle

En contraste con todo ese derroche, la pobreza en Puebla crece de manera dramática (como se expone en el capítulo XI del libro que comentamos).

Por ejemplo, en lo relativo a la educación, Puebla ocupa el sexto lugar nacional en analfabetismo y el promedio de educación en el estado es de tercero de secundaria sin terminar (p. 164).

Entre 2012 y 2014, el porcentaje de pobres en Puebla pasó del 61.5 al 64.5 por ciento de la población (p. 169).

Resulta alarmante que la deuda que dejó el gobierno de Moreno Valle es mucho mayor que la indicada por las cifras públicas, puesto que una gran proporción de ella está oculta en la figura de los llamados “proyectos de prestación de servicios” (PPS).

En virtud de una reforma legal promovida por Moreno Valle, dichos proyectos, en los que intervienen entidades privadas, “no constituyen deuda pública” (p. 179) pero en términos prácticos sí lo son, pues comprometen, a largo plazo, recursos del erario.

Por ello, la deuda pública del estado de Puebla podría ser mucho mayor que la reportada por la Auditoría Superior de la Federación: en lugar de 24 mil 655 millones de pesos, 47 mil 209 millones (p. 191).

Cabe mencionar un par de ejemplos de esos contratos de tipo PPS, creados en el periodo de Moreno Valle.

De acuerdo con información difundida por el gobierno de Barbosa, el contrato OP/LPN007/SIMT-20170526 otorgó 248,293,060.23 millones de pesos a la empresa Corporativo de Pavimentos AC20 SA de CV, para un proyecto de trasporte masivo de la Cuenca Norte-Sur de la Zona Metropolitana de Puebal, Corredor 3 Valsequillo Capu, obra que se llevaría a cabo en 2017-18.

Otro de esos contratos (OPL/LPN003/SIMT-20170382), por casi 50 millones de pesos fue para la empresa “Aplicación de Ingeniería y Consultoría SA de CV”, a fin de “mejorar” la Avenida Juárez en el municipio de Puebla, en 2017 y 18.

Otro motivo de crítica a Moreno Valle ha sido la destrucción del patrimonio cultural de Puebla, como la Casa del Torno, inmueble que data del siglo XVIII, en su afán “por convertir a Puebla en una metrópoli tipo norteamericano” (p. 151).

Moreno Valle salió del poder con un saldo bastante negativo ante la opinión pública; pese a ello, se consideró prospecto panista en la carrera presidencial; infructuosamente, gastó 100 millones de pesos mensuales en su promoción presidencial, al grado de que, en la época de las precampañas, zonas de la ciudad de México, como la calzada de Tlalpan, exhibían abundante propaganda del exgobernador poblano.   


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