En la Cámara de Diputadas se tramita actualmente un proyecto ley para la prohibición de la explotación y comercialización de turberas y pomponales, cuya depredación está directamente involucrada con la pérdida de importantes ecosistemas y la crisis hídrica en diversas zonas del sur de Chile.
En este contexto, ¡CHILE SE ESTÁ SECANDO! Es el nombre de la campaña impulsada en este mes de agosto y que cuenta con la suscripción de casi 150 organizaciones y la adhesión de siete convencionales constituyentes, quienes exigen una ley de prohibición de explotación de turberas y pomponales.
Entre sus argumentos, señalan que “104 comunas de Chile se encuentran hoy con decreto de escasez hídrica, este dato nos obliga a actuar y levantar un llamado urgente para que el Parlamento del país apruebe proyecto de ley sobre la prohibición de explotación y comercialización de turberas y pomponales, debido al enorme valor de sus servicios ecosistémicos. Su contribución a la regulación de los procesos hídricos, captación y almacenamiento de carbono y hábitat para especies tienen impacto a nivel local, regional, nacional y global. Estos ecosistemas también influyen directamente en la calidad del agua, ya que operan como filtro natural hacia las aguas subterráneas y superficiales, reduciendo la movilización y transporte de sedimentos y fijando compuestos nocivos, como metales pesados”.
Asimismo, recordaron que “la crisis social, económica y ambiental que estamos viviendo requiere la atención y unión de todos los agentes para garantizar la sostenibilidad de la vida en el planeta y de la humanidad. La sequía, el aumento de gases de efecto invernadero y las diversas pandemias dan cuenta de una relación desequilibrada de los humanos en el planeta, por lo que se requiere de un esfuerzo común e inmediato para cambiar el rumbo de la relación sociedad-naturaleza ahora”.
Las organizaciones plantean que no están hablando sólo de medidas paliativas, sino que están hablando de un cambio de modelo radical en las formas de entender la economía y la relación con la naturaleza, y sus mecanismos y ciclos que permiten la vida en la tierra. “La intervención irreversible a ecosistemas de turberas y pomponales, ecosistemas claves en el ciclo hídrico de nuestros territorios y grandes mitigadores del cambio climático, está hipotecando la vida en todas sus formas”, señalaron.
En ese sentido, el proyecto de ley busca declarar como interés nacional el musgo sphagnum, por lo que prohíbe su extracción, explotación y comercialización y establece sanciones a su contravención. La iniciativa recientemente fue aprobada por la Comisión del Medio Ambiente y se espera que pase a la Sala de la Cámara en las siguientes semanas.
La campaña ¡CHILE SE ESTÁ SECANDO! tiene la adhesión de casi 150 organizaciones, entre ellas, diversas representaciones socioambientales de Chiloé, donde los pomponales son indispensables para la conservación del agua. También expresaron su apoyo las constituyentes Adriana Ampuero (D26), Constanza San Juan Standen (D4), Francisco Caamaño Rojas (D14), Gloria Alvarado (D26), Luis Jiménez (Aymara), Yarela Gómez Sánchez (D27) y Juan José Martin (D12).
Toda vida depende del agua: Extracción del pompón y depredación de humedales
Según el Decreto N.º 25, publicado en el Diario Oficial el 2 de febrero del 2018 y que comenzó a regir en el mes de agosto del 2019, se estaría llevando a cabo la primera regulación que impulsa el Ministerio de Agricultura para la extracción del pompón, el que entrega herramientas legales al SAG para el control y eventual prohibición de extracción de la especie Sphagnum magellanicum, el que se ha efectuado desde La Araucanía a Magallanes indiscriminadamente y sin control, con diversas denuncias principalmente en zonas de Chiloé y Aysén. Sin embargo, la medida ha sido considerada como insuficiente y la depredación ha continuado en medio de una severa crisis hídrica que se presenta en diversos territorios.
Varias voces han criticado dicho proceso, en primer lugar, porque no prohíbe una actividad que se relaciona directamente con el origen de las fuentes de agua, que debería ser lo prioritario, y en segundo término, se cuestiona la capacidad del Servicio Agrícola y Ganadero para fiscalizar la materia.
Alvaro Montaña, geógrafo e integrante del Movimiento Defendamos Chiloé, ha señalado que “en definitiva, el Ministerio de Agricultura ha legalizado una actividad económica perjudicial para el cuidado del agua dulce y le entrega la potestad de fiscalizar y sancionar los planes de manejo de cosecha de pompón al SAG, institución que carece de equipamiento, presupuesto y personal para esta tarea, por lo que todo hace presagiar que los pomponales chilotes correrán la misma suerte que los montes nativos, que han sido severamente talados y degradados pese a que la Conaf debiera fiscalizar los planes de manejo que impedirían su pérdida y destrucción. No todo en la naturaleza se puede extraer, hay ecosistemas cuyo valor es tan alto que es necesario preservar, por el agua de hoy pero sobre todo por la del mañana”.
Los niveles de reacción desde la institucionalidad para la protección de ecosistemas indispensables para la vida y las fuentes de agua en Chiloé, como los humedales, turberas, pomponales y bosque nativo, son tibios y ambigüos, mientras los espacios se siguen perdiendo, degradando y desapareciendo a un ritmo alarmante, y en consecuencia, los beneficios esenciales que dan los humedales a la existencia también van desapareciendo. Múltiples asentamientos humanos se siguen emplazando en estos espacios a través de la especulación inmobiliaria y extractivista e incluso, varios siguen siendo objeto de botaderos de basura o están amenazados por mega instalaciones viales o eléctricas.
En el trabajo de investigación denominado “Crisis hídrica en Chiloé: extractivismo y políticas públicas como detonante”, se señala que “para escapar de la problemática de déficit hídrico y contar con agua de calidad y a largo plazo, es indispensable mejorar el uso que los seres humanos hacen de los ecosistemas, donde son relevantes la mantención de las diferentes formas de vida, el suelo y el agua. El déficit hídrico estival, tiene una simple causa: que el agua que precipita en la temporada invernal no queda almacenada naturalmente en humedales, vegetación y suelos de los ecosistemas nativos chilotes. Por lo tanto, la principal causa del problema son las prácticas productivas y extracción no regulada de recursos naturales que han afectado a humedales (turberas y pomponales) y bosques nativos”.
“Escasez hídrica en Chiloé: diagnostico acotado y propuestas para un manejo sostenible del agua”, es la investigación que constituye el capítulo 4 [Pág. 99-128] del libro físico “Archipiélago” del Centro de Estudios Sociales de Chiloé (CESCH), señalando que de acuerdo al mapa de territorios vulnerables de Mideplan (2012), en Chiloé existen 13.000 personas con problemas de acceso al agua potable, concentrándose el primer problema en las comunas de Dalcahue, Queilén y Quemchi, mientras que en lo relacionado al agua potable, 5 comunas tienen más de 1.000 familias que no cuentan con servicio de agua potable.
Según el Cabildo del Agua de Chiloé (2015), “la población afectada por desabastecimiento hídrico corresponde al menos a un 35% de la población rural (aproximadamente 13% de la población total) de la Provincia de Chiloé”.
Cabe señalar que existe jurisprudencia con respecto a la protección de humedales. En fallo unánime, la Corte Suprema en agosto del año 2018, acogió recurso de protección y ordenó al Serviu de Los Lagos y a las empresas inmobiliarias GPR Puerto Varas Limitada y Socovesa Sur S.A. adoptar una serie de medidas de protección del humedal Llantén, ubicado en la ciudad de Puerto Montt. Entre otros puntos, el máximo tribunal establece que la recurrida Inmobiliaria, aún cuando sea dueño del terreno donde se emplaza el humedal, no se encuentra facultada para drenar sus aguas atendido el bien superior que ha de resguardarse, esto es, proteger el referido ecosistema.
En Chiloé, según la plataforma interactiva “Humedales Chiloé”, a partir de la información proporcionada por el Ministerio de Medio Ambiente, la Seremi de Medio Ambiente de la Región de Los Lagos y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), se han identificado un total de 1.315 humedales en el archipiélago, los que cubren una superficie de 35.479 hectáreas.
Cuarenta de estos humedales (436 hectáreas) corresponden a zonas costeras prioritarias, ecosistemas que cumplen un rol especialmente relevante como lugar de descanso, alimentación y reproducción de diversas colonias de aves playeras migratorias. Las turberas, en tanto, cubren 18.699 hectáreas, constituyendo los principales reservorios de agua del archipiélago. Por su parte, los humedales lacustres y ribereños (ríos, lagos y lagunas) ascienden a 354, cubriendo 16.343 hectáreas.
Finalmente, es importante señalar que el pompón, nombre común del Sphagnum magallanicum, es un musgo cuya característica más sorprendente es que es capaz de absorber muchísima agua: hasta 20 veces su peso seco, elemento fundamental para la existencia de fuentes de agua en diversos territorios y en especial, en el archipiélago de Chiloé, donde no existen glaciares ni montañas con nieve, pero sí humedales, turberas y pomponales.
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