El marcador estaba 1 a 0 a favor del local a 15 minutos del final del partido cuando los ultras del Niza saltaron al césped del Allianz Riviera para agredir a los jugadores del equipo visitante, el Marsella. El encuentro debió ser suspendido, al borde de una batalla campal en la que incluso participó el entrenador argentino Jorge Sampaoli.
La invasión al campo de juego sucedió cuando el jugador del Marsella Dimitri Payet no aguantó más los insultos ni las botellas de plástico que volaban como proyectiles desde las gradas de la afición local. Al prepararse para lanzar un saque de esquina, el mediocampista decidió devolver con toda su furia un botellazo que había recibido.
Tras esa reacción, algunos hinchas del Niza corrieron hacia el césped, derribando los carteles publicitarios, y luego decenas de ultras se sumaron. Esto obligó a que los empleados de seguridad con chalecos amarillos se agruparan para intentar formar una barrera humana que protegiera a los jugadores y así evitar una batalla campal que podría haber terminado con numerosos heridos.
La televisación del partido mostró los incidentes, empujones, patadas y hasta golpes de puños que hubo en esos minutos de violencia ante el relato atónito de los comentaristas.
En un momento, la transmisión oficial dejó de tomar la riña entre hinchas y jugadores para mostrar al director técnico del Olympique de Marsella, Sampaoli. En un episodio de confusión absoluta se pudo ver cómo el entrenador debió ser sacado del campo del juego por sus propios colaboradores al no poder contener la ira.
El árbitro Benoit Bastien esperó varios minutos hasta que decidió suspender el cotejo de la Ligue 1.
La cámara fija situada en el túnel camino a los vestuarios captó la indignación que tenía Sampaoli: «Ahora somos los culpables nosotros? ¡Este está loco!».
Cortesía de Sputnik
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