Durante muchos años se creyó que los indígenas americanos que residían hace más de tres milenios en lo que ahora es el norte de Luisiana no eran más que cazadores y recolectores. Un nuevo estudio arroja luz sobre las actividades de la que se considera la primera civilización del continente americano.
Un equipo de investigadores volvió a excavar y a examinar el yacimiento de Poverty Point, descubierto en 1991 por el destacado arqueólogo Jon Gibson y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El sitio fue construido hace aproximadamente 3.400 años por cazadores recolectores a partir de casi dos millones de metros cúbicos de tierra, y supuestamente era una especie de meca a la que los nativos americanos acudían en peregrinación. No obstante, fue abandonado hace entre 2.000 y 2.200 años, probablemente debido a una fuerte inundación y al cambio climático.
Durante el estudio, los arqueólogos llevaron a cabo la datación por radiocarbono y el análisis microscópico y magnético del suelo y llegaron a la conclusión de que los indígenas lograron construir la sofisticada estructura —constituida por un enorme montículo de tierra de 22 metros y varias crestas concéntricas— en un corto período de tiempo a pesar de la falta de herramientas, animales domesticados o carros con ruedas.
«Hemos subestimado a los nativos y su capacidad para hacer este trabajo y hacerlo rápidamente de la forma en que lo hicieron. Una de las cosas más notables es que estos terraplenes se han mantenido durante más de 3.000 años sin fallos ni erosión importante», explica el principal autor del estudio, Tristram R. Kidder, de la Universidad de Washington en St. Louis.
A modo de comparación, el especialista señala que «los puentes, las autopistas y los diques modernos fallan con una regularidad increíble, pues construir cosas de tierra es más complicado de lo que se cree».
Los autores del estudio califican a los nativos de Poverty Point de «increíbles ingenieros con conocimientos técnicos muy sofisticados».
También creen que, al igual que los antiguos romanos o chinos, los indígenas descubrieron una insólita manera de mezclar distintos tipos de materiales para hacerlos «prácticamente indestructibles».»Hay una especie de magia en eso que nuestros ingenieros modernos aún no han sido capaces de entender», concluyen.
Cortesía de Sputnik
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