Bienvenidos lectores y lectoras de El Ciudadano México, a la octava Vida Excepcional. Recuerden compartir, pero principalmente inspirarse para seguir, no dejar de soñar y renacer una y otra vez…
La libertad es y será siempre tema controversial, más en la educación que se provee a los hijos, porque un exceso en cualquiera de sus extremos podría tiene resultados desastrosos.
María Luisa Solís Zepeda nos abre su mundo y comparte que su infancia fue afortunada, precisamente por esa libertad de la que gozó en casa con sus padres.
“Nos dieron todas las libertades (papás), a mí y mi hermano. Sí estaban atentos y nos protegían, pero nosotros supimos qué hacer con esa libertad”
María Luisa Solís Zepeda
Entrevistada
Reconoce que de niña fue muy traviesa y por rato malcriada, porque era la nieta consentida de ambas familias; y aquí aprovecha para abordar un tópico actual en la sociedad, el feminismo, al contar que su abuelo paterno era un caballero porque en todo momento fue comprensivo, amoroso, cariñoso; siempre daba lugar a su abuela, con respeto.
“Por eso me hace ruido el término feminismo ahora, porque estuve rodeada de matriarcados. Las mujeres de mi casa estaban empoderadas. Mis abuelos complementaban su vida. Yo lo que veía era amor. No había machos”
María Luisa Solís Zepeda
Entrevistada
Amor a las letras
La primer influencia cultural que tiene es su padre, quien en tono alegre dice que él “compraba libros por metro”, y lo que más poseía era obras literarias de películas, porque también tenía un especial gusto por el cine.
“Tenía libros de “Tiburón”, “El Padrino”. El leía más cuando estaba triste o deprimido”
María Luisa Solís Zepeda
Entrevistada
Relata que aunque eran niños, y lo “normal” era que sus padres les compraran juguetes. Ellos debían decidir entre una peculiar pregunta “Qué quieren, libro o disco, (de acetato)”. Y era una experiencia emocionante y muy especial porque esta compra se hacía en una distinguida tienda de renombre en Puebla, más hace 30 años.
Luisa siempre eligió libro y su hermano disco. Lo que los marcó para toda su vida, porque ella no soltó las letras, expandiendo su gusto en la Licenciatura de Literatura, y él halló su vocación en la música y la radio.
Detalla que el primer libro que leyó, a los 7 años de edad, se lo obsequió su padre, a manera de que ella disfrutara los cuentos; así que le regaló “Cuentos para Verónica”, de una autora argentina. Expresa que esta lectura la traumó, porque era una historia trágica, ya que al personaje principal que era una niña a la que se le perdía su mamá.
“Entonces yo temía mucho por mi mamá”
María Luisa Solís Zepeda
Entrevistada
Poco a poco, el gusto por estudios
Señala que no siempre fue una buena estudiante. Es primer grado de primaria en una escuela de su natal Villa Alta, Tlaxcala, su profesora le amarró una mano para mantenerla quieta. Aunque modesta acepta que inteligente sí es, porque recuerda que fue a un concurso municipal de conocimiento cuando estaba en ese nivel académico.
En la secundaria y preparatoria, disfrutó al máximo de amistades que hasta ahora sus más de 40 años mantiene, se iba de pinta y priorizó la juerga; los estudios pasaron a segundo plano. Es más en el nivel medio superior no le dieron sus documentos a tiempo porque debía materias.
Sin embargo ya a los posteriores niveles de estudio les dedicó toda su concentración. Luisa estudió la carrera de Lingüística y Literatura Hispánica en la BUAP; así como la Maestría en Estética y Arte en esa misma universidad, y Doctorado en Ciencias del Lenguaje, a través de una cotutela entre la Escuela Nacional de Antropología e Historia y la Universidad de Limoge en Francia.
De secretaria rechazada a fundadora de la Escuela ARPA de la BUAP
Luisa remarca que no quería ser maestra, “no estaba en mis planes”, pero para ese entonces su padre se había divorciado de su mamá y pasaron precariedad económica, esto alrededor de los 26 años. “Ha sido, junto con la muerte de mi mamá, los dos momentos más difíciles de mi vida; porque se me fueron con diferencia de escasos cuatro meses”. Entonces debía con urgencia obtener dinero.
(Cabe hacer un paréntesis. Ella explica que a raíz de la pérdida de sus padres, se enfermó de ansiedad y depresión, pero curiosamente no al momento, sino casi 4 años después),
Su búsqueda de trabajo comenzó con un examen para secretaria, pero no tuvo suerte porque “no era tan buena con la máquina de escribir”, luego alguien le recomendó una preparatoria abierta, para dar clases, y dio la materia de inglés.
Después, se le escapa una risa, al contar que la prepa donde impartía las clases, quedaba de paso del Colegio Cultural, (institución educativa, cerca del Paseo Bravo de Puebla). Y “Creí que ahí la cultura era lo principal”. En esa escuela dio por medio año la asignatura de Literatura. Pero también llevó su currículum a la Universidad del Altiplano, y al mismo tiempo le dieron oportunidad de dar clases de retórica en la Facultad de Arquitectura, en la Escuela de Diseño Gráfico, en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Así, poco a poco, fue creciendo su presencia en la máxima casa de estudios en Puebla; hasta llegar a ser parte del programa de Semiótica de la BUAP, lo que le brindó la oportunidad de concursar por una plaza de tiempo completo, la consiguió y comenzó a dar clases de lingüística y literatura en la Facultad de Filosofía, de 2008 a 2009.
Para 2013 llegó a ser cofundadora de la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales (ARPA), hasta hora, en donde instruye a sus estudiantes en las materias de:
- Estética y Arte, Semiótica, Metodología de la Investigación, Funciones Sociales del Arte, Iconografía, Historia del Arte, y Cinematografía. Justo ahora es la coordinadora del Programa de Semiótica de la BUAP.
“Mi materia, propia, es la Semiótica”
María Luisa Solís Zepeda
Entrevistada
Una amarga, dolorosa y triste vivencia
Como mentora, Luisa cuenta que lo más difícil que ha vivido pasó hace dos años. Algo que radicalmente cambió su forma de ejercer su profesión. Porque afirma que tras este incidente “quedé muy lastimada como profesora”.
“Yo les explique, a unas alumnas que querían denunciar a unos presuntos acosadores, de acuerdo a las leyes, cómo se tipifican los delitos de tipo sexual, trate de decirles, que hay diferencias entre acoso, hostigamiento, violación, y que a veces la línea entre uno y otro es muy ambigua, sutil…”
“Traté de explicarles todo esto. Pensé que no me había dado a entender, pero pregunté a otros alumnos y sí me habían entendido, el caso es que unas chicas, pues no sé si tergiversaron lo que dije, o lo descontextualizaron tras contarlo a un periódico»
María Luisa Solís Zepeda
Entrevistada
Tras esto, “me puse furiosa”, después entendí que en la declaración de estas alumnas había dolo, “no sé si de ellas, o del medio de comunicación”.
Lamentablemente ese rumor se corrió en la escuela, pero el asunto no terminaba, otra estudiante le compartió los mensajes de una conversación en whatsapp, de jóvenes feministas, en donde planeaban golpearla, porque la consideraban una misógina.
“A mí se me hizo una traición. Por eso ahora tengo mucho cuidado de ya no establecer ningún tipo de vínculo con los alumnos”
María Luisa Solís Zepeda
Entrevistada
Aunque no pensó en dejar la docencia a pesar de este triste y doloroso trago amargo, porque también ha tenido momentos inolvidables, como el día que sus pupilos la abrazaron un largo tiempo, al verla llegar al salón, sabiendo que su madre había muerto, lo cual ocurrió en 2014.
“Ellos compartieron mi dolor”
María Luisa Solís Zepeda
Entrevistada
La felicidad de publicar su primer libro
Para seguir alimentado su alma ávida de conocimiento, decide hacer un libro a invitación de una editorial romana, para la cual ya había escrito artículos; éste es una reescritura de su tesis doctoral de 500 páginas, el cual le llevó un año, para darle el formato requerido. Su obra literarita se llama “Decir lo indecible. Una aproximación semiótica al discurso místico español”, sobre un análisis desde la semiótica, desde la teoría de la significación, del discurso místico del ámbito religioso, del Siglo XVI, específicamente de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila.
Para ella, su trabajo de investigación es incesante, y ahora está enfocada en un estudio sobre el narcotráfico, pero la parte religiosa; ya hay un artículo publicado, pero aceptó profundizar en el tema, lo que derivó en cinco artículos que está juntando para armar un nuevo libro.
También su saber la ha trasladado a congresos nacionales e internacionales. Enfatiza que trata de ir a todos los encuentros extranjeros de Semiótica, uno al año. A través de postulaciones e invitaciones.
El último al que asistió fue en Suecia, por parte del Consejo Internacional de Semiótica Visual, en 2019. Esto también es gracias a su dominio del idioma inglés y francés; así como básico en italiano.
- También ha estado en Quebec, Canadá; Buenos Aires, Argentina, Lyon, Francia, Venecia, Bélgica, Lituania, Burgos, Coruña, España.
Y aunque es trillado, y pareciera que tiempo es lo que menos tiene, ella es la viva frase de nunca es tarde para aprender y justo ahora toma clases de dibujo, porque tiene habilidades para ello, esto se llama satisfacción personal; así como su fascinación por el tango, que la impulsó también a ser parte de un curso de este baile.
¿Y en lo emocional?
Luisa se ve como una mujer fría, como una de sus abuelas, pero en general en el amor le ha ido bien. Agradece que hubo quien le hizo crecer, mirar la relación de pareja desde la profunda confianza. Pero también hoy guarda el recuerdo, sin dolor, de quien le hizo mucho daño y la desestabilizó por completo.
Hoy vive con su actual pareja mucha estabilidad y paz. Donde hay una confiada seguridad.
“Respecto a ser mamá, nunca lo tuve presente. Tenía otros proyectos, como tener pareja, viajar. Me agradan los niños, son tan inteligentes, inocentes, pero nunca me vi como mamá. Ya con mi actual pareja decidimos que no”
“Y con la muerte de mis padres dije, no quiero volver a sentir esa angustia y dolor porque alguien que amo está enfermo. No soportaría tener un hijo, y verlo enfermo, en peligro o que le hagan algo. Me rebasaba la idea”
Recomendaciones a jóvenes con alma de artistas
“Uno tiene que estudiar lo que quiere, seguir la vocación. Seguir lo que te llama”
“No pensar es que estudio lo que quiero, y ¿si no hay trabajo?, porque vivimos en una sociedad donde encontrar trabajo es difícil, así tengas la carrera que tengas”
“Si estudias lo que quieres y eres bueno, si se pueden abrir puertas”
María Luis Solís Zepeda
Entrevistada
Nos leemos en la próxima Vida Excepcional…