El analista británico Tom Fowdy, especializado en temas de política y relaciones internacionales, sugirió este martes en entrevista que el reciente golpe de Estado en Guinea, país africano rico en recursos naturales, podría tener algo que ver con una carrera entre EE.UU. y China por el dominio estratégico de ciertas materias primas.
El pasado domingo, el teniente coronel Mamady Doumbouya encabezó en Guinea un golpe de Estado que llevó a la disolución del Gobierno, la suspensión de la Constitución y la detención del presidente Alpha Condé.
Sin dejar de subrayar que es «demasiado pronto para confirmar si hay motivaciones políticas externas detrás del golpe», Fowdy llamó la atención sobre los vínculos que tiene Doumbouya con EE.UU. y otros países occidentales. Este oficial de cuerpos militares de élite fue entrenado por Israel y sirvió en la Legión Extranjera Francesa. Su esposa continúa trabajando en funciones de aplicación de la ley en Francia.
Fowdy además mencionó una foto ahora viralizada en la Red y en la que aparece Doumbouya reunido con el comando de EE.UU. en África, imagen que, añade, «ha llevado a muchos a suponer que esto pudo haber sido un golpe militar ‘respaldado por Occidente’, asistido por gente como la CIA».
«El Departamento de Estado de EE.UU. y la UE han denunciado el golpe y pedido la restauración de la democracia en el país, pero es poco probable que eso resuelva las dudas de muchos. Tampoco anula las enormes apuestas geopolíticas con respecto al desenlace en ese país, que en años anteriores, antes de la era de la competencia entre EE.UU. y China, habría sido ignorado», precisó el experto.
De «importancia estratégica» para China
El golpe de Estado en Guinea fue condenado por la Unión Africana y varios países, entre ellos China, que exigió la liberación del presidente Alpha Condé. Esta reacción de Pekín representa una «medida muy inusual», dado que el país asiático suele preservar el principio de no interferencia en relación con los Estados africanos, y por eso mismo da a entender que Guinea «tiene una importancia estratégica» para el gigante oriental, señaló Fowdy.
Guinea es un exportador clave del metal necesario para fabricar aluminio, la bauxita, además de tener abundantes reservas de mineral de hierro y contar con otros recursos minerales como cemento, sal, grafito, piedra caliza, manganeso, níquel y uranio.
China, por su parte, necesita acceso a los metales básicos de Guinea para impulsar sus propias industrias, así como para fortalecer su creciente capacidad militar y naval. En especial, la nación africana es importante como fuente alternativa de esos recursos, lo que permite a Pekín reducir su dependencia de los suministros de países «hostiles» como Australia.
De acuerdo con Fowdy, «un golpe militar por parte de un líder prooccidental crea grandes dolores de cabeza para Pekín, porque plantea enormes riesgos para su cadena de suministros, fabricación y ambiciones estratégicas, y la mantiene dependiente de Australia».
«La nueva ‘guerra fría’, por así decirlo, es una carrera entre China y Occidente por el dominio estratégico de las materias primas», recalcó el analista. Y destacó que aunque Pekín ha tenido durante mucho tiempo la ventaja en sus relaciones con los países africanos, «nunca debe olvidarse que en África Occidental, Francia, el excolonizador, sigue siendo la ‘hegemonía invisible’, con un poder militar y fiscal único sobre esos países».
«También existe una creciente evidencia de que Occidente ha hecho de la minería de materias primas claves una prioridad estratégica en relación con China, como al tratar de mantener a Pekín fuera de las minas en la región ártica. Así que aquí todavía no se puede descartar nada», concluyó Fowdy.
Cortesía de RT