Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Víctor Jara fue detenido el día siguiente, miércoles 12 de septiembre, junto a cientos de estudiantes y profesores en la Universidad Técnica del Estado. Después de cuatro días de torturas, fue asesinado por disparos en el antiguo Estadio Chile.
El cuerpo del cantautor fue encontrado días después por vecinos de la Población Santa Olga en las cercanías del Cementerio Metropolitano, junto a los cuerpos de Littré Quiroga, director de Gendarmería, y Eduardo «Coco» Paredes, director de la Policía de Investigaciones. Posteriormente, se estableció que Víctor Jara tenía 44 impactos de bala.
«Mi canto es una cadena sin comienzo ni final». Víctor Jara (1932-1973)
Víctor Jara, el revolucionario, el cantante, el poeta, el director y el actor de teatro, nació de una familia campesina, originarios de la pequeña localidad de Quiriquina, perteneciente por entonces al Departamento de Bulnes, actualmente San Ignacio, y caracterizada por un arraigado folclore. Su padre, Manuel Jara, se dedicaba a las tareas del campo, y su madre, Amanda (originaria del sur de Chile), además de dedicarse a las labores de hogar era cantora y guitarrera.
Víctor Jara promovió la música reivindicativa, con mensajes sociales, con conciencia y se convirtió junto a Violeta Parra en los principales emblemas de la música de Chile a nivel internacional, de amplio reconocimiento siendo varios sus temas los que se han traducido a diversos idiomas en distintas partes del mundo o han servido de inspiración para múltiples poemas de connotados artistas.
En 1973, el Golpe de Estado lo sorprende en la Universidad Técnica del Estado, y es detenido junto a profesores y alumnos. Lo llevan al Estadio Chile (actualmente “estadio Víctor Jara”, lugar en el que hay una placa en su honor con su último poema), donde permanece detenido varios días. Según numerosos testimonios, lo torturan durante horas, le golpean las manos hasta rompérselas con la culata de un revólver y finalmente lo acribillan el día 15 o 16 de septiembre (ver reportaje de Ciper aquí).
«Lo golpeaba, lo golpeaba. Una y otra vez. En el cuerpo, en la cabeza, descargando con furia las patadas. Casi le estalla un ojo. Nunca olvidaré el ruido de esa bota en las costillas. Víctor sonreía. Él siempre sonreía, tenía un rostro sonriente, y eso descomponía más al facho (fascista). De repente, el oficial desenfundó la pistola. Pensé que lo iba a matar, pero siguió golpeándolo con el cañón del arma. Le rompió la cabeza y el rostro de Víctor quedó cubierto por la sangre que bajaba desde su frente«, recuerda uno de los detenidos testigo, Boris Navia.
Estando preso escribió su último poema y testimonio: Somos cinco mil, también conocido como Estadio Chile.
Somos cinco mil en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad con hambre, frío, pánico, dolor, presión moral, terror y locura!
Somos Cinco Mil
(Angel Parra, Isabel Parra, Mauro Di Doménico, Ventiscka, Víctor Jara)
Escucha aquí la discografía de Víctor Jara
Aquí descargas gratuitas música, libros y más (Fundación Víctor Jara)
************************
Alfredo Seguel