El Ministerio de Exteriores de China declaró que el último ataque de un dron estadounidense en Afganistán, que costó la vida a 10 civiles cerca del aeropuerto de Kabul a fines de agosto pasado, no debería quedar impune.
«Estados Unidos no debe hacer intentos de escabullirse y eludir la responsabilidad, sin reparar en nadie. Se requiere una investigación rigurosa, después de lo cual los estadounidenses han de presentar el informe correspondiente al pueblo afgano y toda la comunidad internacional», manifestó el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian.
Los combatientes del movimiento talibán (proscrito en Rusia por terrorista) se hicieron con el control de buena parte de Afganistán en la primera quincena de agosto y el día 15 entraron en Kabul, retomando el poder tras dos décadas de intervención aliada que llegará a su término a fines de este mes.
Tras el retorno de los talibanes, el aeropuerto de Kabul se convirtió en la única puerta de escape para miles de afganos, excolaboradores de las tropas aliadas y representantes de otros grupos vulnerables que estaban desesperados por huir del país.
Con las multitudes agolpadas allí, y en medio del caos que reinó durante las evacuaciones, el aeropuerto se convirtió en blanco ideal de un ataque suicida que se produjo el 26 de agosto y dejó más de 200 muertos, entre ellos 13 militares estadounidenses, y otros tantos heridos.
Tras el atentado, reclamado por la rama afgana del ISIS (grupo proscrito en Rusia por terrorista), EE.UU. lanzó una represalia contra los yihadistas, y el 29 de agosto realizó un segundo ataque con un dron que tenía como objetivo impedir un atentado inminente, pero acabó matando a 10 miembros de una familia, incluidos siete niños, según varios medios.
Cortesía de Sputnik
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