Un nuevo campo de refugiados, ubicado en la isla de Samos y con capacidad para 3.000 personas, inauguró este sábado el gobierno de Grecia.
Las instalaciones, rodeadas de altas vallas de alambre de púas, están ubicadas a unos cinco kilómetros del antiguo campo de refugiados temporal de la localidad de Vathí, en la isla de Ítaca, informó Europa Press.
Samos se ha convertido así en la primera isla griega en tener lo que las autoridades llaman un «centro cerrado con acceso controlado». Ya se han planeado instalaciones similares para Lesbos y Chios.
De acuerdo con la prensa griega, las personas están autorizadas a dejar el campo entre las 8.00 y las 20.00 horas todos los días, excepto aquellos cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas y, como consecuencia, esperan ser devueltos a Turquía en virtud del pacto migratorio suscrito entre Ankara y la UE.
«El Gobierno está abordando el asunto de la migración, como prometimos a los ciudadanos», se ha congratulado el ministro de Migración griego, Notis Mitsarakis, ante la prensa. «Había 10.500 migrantes llegando a Samos hace tan sólo dos años, y hasta este momento este año han sido 111», ha explicado, antes de destacar que en el nuevo campo los migrantes tendrán buenas condiciones de vida y seguridad.
De forma paralela, ha subrayado que Grecia ya no es una puerta de entrada de la inmigración ilegal hacia la UE.
Organizaciones humanitarias ya han criticado el nuevo campo, que se ha financiado también con fondos procedentes de la Unión Europea. «Únicamente podemos ayudar a nuestros pacientes a sobrevivir», ha señalado Médicos Sin Fronteras (MSF) en un comunicado.
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