Un total de 286 familias indígenas provenientes de siete aldeas del municipio colombiano de Dabeiba, en Antioquia (noroeste) permanecen confinadas en la población de Pueblo Viejo, en ese mismo departamento, tras haber tenido que desplazarse de manera forzada por el temor a ser víctimas de minas antipersonal.
«Las minas antipersonal al lado de sus caminos no les han permitido trabajar la tierra y sus proyectos, sobre todo por la amenaza que tienen de los grupos armados al margen de la ley, entonces tuvieron que salir todos de sus siete veredas (aldeas)», dijo el miércoles director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, Wilson Córdoba, citado por la emisora Caracol Radio.
En total se trata de 984 indígenas que abandonaron sus territorios desde hace cinco días, precisó el funcionario.
Según la emisora, desde Bogotá fueron enviados helicópteros con 13 toneladas de ayuda humanitaria, ya que los indígenas advirtieron que empezaban a escasear sus alimentos.
«Esta ayuda humanitaria garantiza la seguridad alimentaria y manutención para mitigar el confinamiento en estas comunidades, gracias a la gestión con un consorcio de cooperación internacional hasta que los indígenas puedan volver a labrar sus tierras», señaló Córdoba.
En la zona de la que son originarios están presentes la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo (disidencia paramilitar), que se disputan el territorio por las rutas de narcotráfico que conectan con el departamento de Chocó (noroeste).
Cortesía de Sputnik
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