Por EFE
Estados Unidos, 14 de octubre de 2021. La ranchera, la salsa, la cumbia y el uso de la percusión son ritmos que podrían ser sinónimo de fiesta y diversión. Sin embargo, hoy en día también se han convertido en una herramienta clave para tratamientos terapéuticos.
La música les permite a profesionales de la salud aliviar y atender condiciones en pacientes con padecimientos agudos de salud, afirmó el terapeuta y músico Julián Silva, quien utiliza la música latina para tratar a sus pacientes.
«Los que nos dedicamos a este tipo de terapia trabajamos con pacientes que padecen traumas, dolores crónicos y diagnósticos terminales. Los encontramos en los momentos más difíciles de sus vidas y con la música tratamos algunas de sus condiciones»
Julián Silva
Terapeuta y músico
No es algo nuevo
De hecho, la técnica fue mencionada en teorías publicadas en los años 1800, y la profesión de terapeuta musical nació hace 80 años y, desde entonces, es un programa académico que se imparte en universidades de los Estados Unidos.
Y Silva es uno de los pocos especialistas latinos en tratar a pacientes con ritmos intrínsecos de la cultura hispana.
«En nuestra comunidad hay una gran necesidad de responder a las necesidades emocionales, sociales y culturales. Por esa razón, trato de adaptarme y utilizar el tipo de música con la que tienen una conexión especial«, manifestó el percusionista.
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Nacido en Colombia y criado en Estados Unidos, Silva actualmente trabaja en la ciudad de Oakland, California.
Desde ahí, ayuda a los pacientes que disfrutan los ritmos latinos y, aunque muchos de los residentes de ese estado suelen inclinarse más por la música regional mexicana, el corrido, la ranchera o la cumbia, Julián aprovecha los distintos ritmos hispanos para aliviar padecimientos como la ansiedad y agitación.
Añade que, según su experiencia, es difícil que «un latino no se emocione y no encuentre alivio con la música con la que se siente identificado y que forma parte de sus raíces latinas».
Descubrimiento personal
Según la doctora Amy Clements-Cortes, de la Facultad de Música de la Universidad de Toronto, la música puede catalogarse como una «necesidad cognitiva, una necesidad física, una necesidad espiritual y una necesidad emocional».
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Y para Silva esto no es ajeno. Su deseo de dedicarse a la música nació cuando se dio cuenta de que a través de melodías y canciones podía expresarse y comunicarse sin tener que preocuparse por tener un acento diferente.
La música le ayudó a integrarse y a conectarse con la gente. Su pasión lo llevó a convertirse en un profesional de esta disciplina y a integrarla con sus estudios.
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