El Gobierno de Bolivia denunció este lunes 18 de octubre que varias personas implicadas en el magnicidio del expresidente de Haití, Jovenel Moïse, estuvieron en La Paz en víspera de las elecciones de octubre de 2020, para intentar atentar contra el entonces candidato y actual presidente, Luis Arce.
En una rueda de prensa, el ministro de Gobierno, Carlos Eduardo Del Castillo, confirmó que el 16 de octubre del año pasado, dos días antes de los comicios generales en Bolivia, ingresaron varios de los mercenarios acusados de asesinar a Moïse en Haití. «Lograron identificar que se estaba gestando un plan desestabilizador con el objetivo de no permitir que nuestro presidente asumiera el poder, en caso de ganar las elecciones», apuntó.
Según la investigación, uno de los implicados en hacer los contactos con los mercenarios fue el exministro de Defensa del Gobierno de facto de Jeanine Áñez, Fernando López, allegado del opositor Luis Fernando Camacho. La participación de uno de los miembros del gabinete en estos planes ya había sido difundida a mediados de este año por el portal The Intercept.
De acuerdo con las revelaciones de ese medio, que accedió a correos electrónicos y grabaciones de llamadas, López habría estado dispuesto a desplegar fuerzas militares extranjeras para impedir la asunción de Arce, o atacar a su Gobierno incluso después de que tomara el poder.
En la comparecencia de este lunes, Del Castillo difundió otras grabaciones en las que se escucha al exministro negociar sobre el traslado de paramilitares y sicarios a Bolivia, que permitieran evitar el triunfo de Arce.
Para esta operación se habría pactado un pago de 125.000 dólares al año a los mercenarios, además de bonificaciones y reembolso de gastos, con la mediación de un hombre identificado bajo las siglas de J.E.P., que permanece actualmente recluido a una cárcel de máxima seguridad boliviana, y Luis Suárez, apodado como ‘ciber rambo’, que habría realizado trabajos para el gobierno de Jeanine Áñez.
El Gobierno cruzó los datos proporcionados por The Intercept con reportes de inteligencia para determinar que había existido una coordinación para atentar contra el mandatario, cuando aún era candidato.
Aunque el ministro de Gobierno no ofreció detalles del resto de funcionarios de Áñez que se reunieron con los mercenarios, en vista de que la investigación aún está en curso, sí ofreció la identidad de varias personas que aparecen actualmente implicadas en el magnicidio a Moïse.
Una de esas personas es German Alejandro Ribera García, excapitán colombiano detenido en Haití, y Arcangel Pretel Ortiz, quien ha sido señalado por Martine Moïse como uno de los implicados en el asesinato de su esposo. Ambos habrían estado en Bolivia entre el 16 y el 19 de octubre de 2020.
«Este [Germán Ribera], quien aceptó haber participado del asesinato del presidente de Haití, llegó a Bolivia dos días antes de las elecciones nacionales [de 2020]. Eso no es todo, entre las fechas 16 y 19 de octubre, también logramos identificar el ingreso al país de otros señores», dijo.
En la lista de personas que viajaron a La Paz por esas fechas también figura el opositor venezolano Antonio Intriago Valera, dueño de la empresa CTU Security (registrada como Counter Terrorist Unit Federal Academy LLC), quien contactó a los mercenarios que mataron al expresidente haitiano y también estuvo vinculado a la fallida Operación Gedeón en Venezuela. Ronald Salamandra y Enrique Galindo Arias engrosan el registro de ciudadanos que viajaron a Bolivia desde EE. UU. y vía terrestre por Viru Viru (Santa Cruz).
«La intención principal de estos señores era acabar con la vida del presidente», insistió el actual ministro de Gobierno tras detallar que Ramírez y Arias se alojaron en un hotel de la capital boliviana, muy cercano a la concurrida Plaza Murillo, donde Arce realizaba concentraciones. Sin embargo, informes de inteligencia dentro del propio partido alertaron del peligro y el comando de campaña del MAS decidió no realizar más actos al aire libre.
De acuerdo con otros informes de inteligencia, que aún son parte de las pesquisas del caso, revelaron que varios de los señalados se habrían hospedado en el hotel Marriott de Santa Cruz con varias autoridades del Gobierno de Áñez, desde el 19 hasta el 23 de octubre, cuando finalmente abandonaron el país con destino a EE. UU. y Colombia.
«Como teníamos conocimiento de la presencia de grupos armados, la mayoría de las apariciones públicas del presidente fueron en lugares cerrados. Para el día de su posesión, creamos anillos de seguridad, incluso dentro de la Asamblea Legislativa Plurinacional», precisó Del Castillo, quien reiteró que «en Bolivia hubo un intento de magnicidio».
«No es coincidencia –aseveró el ministro– que quien está detenido en Haití por haber participado en el asesinato de un presidente, haya estado en Bolivia días previos y posteriores a las elecciones en las que ganó el presidente Arce, y que el señor Fernando López, que fue una cuota de poder de Luis Fernando Camacho en el Gobierno de Áñez, haya tenido contactos constantes con estos grupos irregulares y paramilitares, mediante empresas tercerizadoras».
Fuente: RT.