Por Gabriela Hernández/Redacción El Ciudadano
Puebla, Puebla, Desde las primeras horas del 15 de octubre, más de 5 mil pobladores de las 44 comunidades indígenas de Coyomeapan se concentraron en la cabecera municipal para bloquear los accesos carreteros e impedir al alcalde Rodolfo García López, electo por el Partido del Trabajo (PT), tomar protesta en esa localidad.
El alcalde electo, esposo de la diputada federal petista Araceli Celestino Rosas, tuvo que asumir el cargo en el Centro Integral de Servicios (CIS) de Ajalpan, a unos 55 kilómetros de distancia de la comunidad que se supone lo eligió.
En un mitin, que realizaron después de marchar por las calles de esa localidad, los pobladores advirtieron que no les importa ser encarcelados e, incluso dar su vida, por esta luchar contra el cacicazgo que la familia Celestino Rosas ha impuesto en esas tierras durante más de 11 años.
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La diputada federal por Morena, Inés Parra Juárez, dice que lo que ocurre en Coyomeapan es la manifestación -histórica en Puebla- de un pueblo organizado que se resiste a ser gobernado por un grupo político que ha abusado del poder y se ha enriquecido a costa de la pobreza de los pobladores.
Sin embargo, los Celestino no fue el único grupo caciquil que ganó los comicios del 6 de junio en Puebla. Algunos de ellos gobernarán tres años más, luego de ser postulados por Morena, el partido que prometió combatir los vicios del “antiguo régimen”.
¿Qué pasa con los cacicazgos regionales?
Gerardo Domínguez, consejero estatal de Morena, señala que, en esta entidad, cacicazgos regionales que antes combatieron al presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora se ostentan como los representantes de la Cuarta Transformación.
Coyomeapan, explica, es emblemático, pues cuatro pobladores que son obradoristas, hoy están presos por protestar contra los Celestino, mientras que ese grupo caciquil, que en el pasado fue opositor, hoy se asume como aliado del Presidente.
Y aunque en el artículo 3, fracción f, del estatuto de Morena, se advierte que este partido combatirá “la perpetuación en los cargos”, en los municipios de Tlatlauquitepec y Teziutlán, Porfirio Loeza Aguilar y Carlos Enrique Peredo Grau, respectivamente, tomaron protesta como alcaldes por cuarta ocasión tras haber sido candidatos del partido guinda.
Otro caso es el de Eloxochitlán
Lo mismo ocurre en Eloxochitlán, el municipio más pobre de Puebla, donde los hermanos Delfino y Honor Hernández Hernández se han turnado la presidencia municipal desde 2014 e iniciaron un tercer período con el apoyo del PT, aliado político del lopezobradorismo.
Domínguez afirma que esto derivó del reparto de candidaturas en donde las bases del partido fueron desplazadas por perfiles externos que resultaron ser lo peor el PRI y del PAN. Además, asegura, porque prevaleció el interés del gobernador Miguel Barbosa Huerta por fortalecer el sistema de cacicazgos de la entidad para controlar así las regiones.
Un sistema vigente en Puebla
El politólogo Daniel Velázquez Caballero, autor del libro Transfuguismo Político en Mixteca Poblana, coincide en que los resultados de los comicios muestran que el sistema de cacicazgos en Puebla, conformado desde el avilacamachismo, sigue vigente.
“Son alianzas volátiles, muy pragmáticas, económicas”, explica el académico, “pero que dan margen para que a nivel local se desarrollen en muchas ocasiones gobiernos autoritarios y en los últimos años dedicados a delitos como robo de gasolinas, trata de personas e incluso narcotráfico”
Daniel Velázquez Caballero
Politólogo
El gobernador Rafael Moreno Valle, expone el politólogo, intentó durante su mandato un “neo-avilacamachismo” con una alianza polipartidista.
«Esa estructura fue utilizada y sometida para que motivara su carrera hacia la presidencia de la República, cuando sucede la tragedia, que acaba con su vida y con la de su compañera, la gobernadora Martha Erika Alonso, esa estructura ahí se queda y ahora vemos que se adapta”
Daniel Velázquez Caballero
Politólogo
Extracto del reportaje publicado en el número más reciente de Proceso